Las españolas tratan este domingo de conquistar la primera copa del mundo de España

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FOTOGRAFÍA. KUMAMOTO (JAPÓN), 13.12.2019. La española Ainhoa Hernández Serrador (c) celebra junto a sus compañeras de la selección española femenina de balonmano, la victoria ante la todopoderosa Noruega. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Liderada por una imponente Lara González y respaldada con las paradas de Silvia Navarro, el hilo conductor entre las «Guerreras» españolas de hoy y de ayer, la defensa española no podrá rebajar lo más mínimo su rendimiento si quiere contener el poderoso ataque de  los Países Bajos. Y es que las españolas para vencer a los Países Bajos este domingo a la final del mundial de balonmano, un equipo que juega igual o incluso más rápido que Noruega, no sólo bastará con defender, sino que tendrán que cuidar como nunca en ataque la posesión para evitar las pérdidas de balón. Pero la fe y la confianza del conjunto español en sus propias posibilidades le permiten soñar con superar cualquier reto, por difícil que parezca. El carácter competitivo que ha permitido a la selección española lograr lo que parecía un imposible hace apenas un par de semanas, cuando arrancó el torneo en busca de una plaza para los preolímpicos, plantarse en la gran final. Kumamoto (Japón), sábado 14 de diciembre de 2019.

La selección española femenina de balonmano tratará de tocar el cielo, coronándose este domingo (12:30) por primera vez en su historia campeona del Mundo ante los Países Bajos, en una final que tendrá como premio añadido la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio.

La culminación de un sueño que arrancó hace once años en el Europeo de Macedonia, cuando una nueva hornada de jugadoras acabó con todos los prejuicios, colgándose una medalla de plata, que dio origen a la leyenda de las «Guerreras».

Las Eli Pinedo, Marta Mangué o Macarena Aguilar situaron en los años siguientes a España en el epicentro del balonmano mundial con una nueva plata continental, un bronce mundialista y, sobre todo, un bronce olímpico en los Juegos de Londres, que les hizo un hueco en la memoria colectiva de este país.

Un fulgor que fue apagándose paulatinamente, hasta revivir con fuerza en este Mundial de Japón con un equipo plagado de nuevos rostros, pero con el mismo espíritu guerrero.

El carácter competitivo que ha permitido a la selección española lograr lo que parecía un imposible hace apenas un par de semanas, cuando arrancó el torneo en busca de una plaza para los preolímpicos, plantarse en la gran final.

A base de defensa, mucha defensa, y de un inteligente y fluido ataque, las de Carlos Viver han ido superando todos los obstáculos que han ido encontrándose en el camino.

Una trayectoria que tuvo su punto culminante, en espera de la final del domingo, con la auténtica lección de juego que ofreció en las semifinales ante la todopoderosa Noruega, la gran dominadora en la última década del balonmano mundial.

Pero las «Guerreras» no se conforman, quieren más, quieren coronarse como el mejor equipo, quieren gritar a los cuatro vientos que España ha regresado a la élite mundial.

«Ya es tarde para que nos entre el miedo», aseguró el preparador español al ser preguntado por su rival en la gran final.

Y eso que los Países Bajos, un conjunto que ha peleado por los metales en todos los grandes campeonatos desde que se colgó la medalla de plata en el Mundial de 2015, es un equipo para asustar.

Pero la fe y la confianza del conjunto español en sus propias posibilidades le permiten soñar con superar cualquier reto, por difícil que parezca.

Confianza que se sustenta en un trabajado esquema de juego que tiene su máxima expresión en el sistema defensivo del equipo español.

Una auténtica tela de araña de brazos y piernas que a base de continuas salidas y ayudas ha conseguido anular ya en este torneo a estrellas como la rumana Cristina Neagu o la central noruega Stine Oftedal en el duelo de semifinal.

Liderada por una imponente Lara González y respaldada con las paradas de Silvia Navarro, el hilo conductor entre las «Guerreras» españolas de hoy y de ayer, la defensa española no podrá rebajar lo más mínimo su rendimiento si quiere contener el poderoso ataque de  los Países Bajos.

Un juego ofensivo que pivota sobre la central Estavana Polman y las laterales Laura van der Heijden y Lois Abbingh, dos «cañoreras» de talla mundial.

Precisamente un gol de Abbingh en el último segundo condenó el pasado año en el Europeo de Francia a una dolorosa derrota (28-27) de la que las de Carlos Viver tienen mucho que aprender.

Y es que para vencer a los Países Bajos, un equipo que juega igual o incluso más rápido que Noruega, no sólo bastará con defender, sino que tendrá que cuidar como nunca en ataque la posesión para evitar las pérdidas de balón.

Posiblemente la faceta del juego donde se ha notado más la evolución del conjunto español, que ha limitado al máximo sus errores en esta parcela del juego Un cambio en el que ha jugado un papel fundamental la central Alicia Fernández, una de las grandes revelaciones de este campeonato, junto con la pivote Ainhoa Hernández, que ha explotado definitivamente en el Mundial de Japón.

Máximos representantes de la nueva generación de «Guerreras» que no quieren dejar de hacer historia y buscarán subir el domingo ante los Países Bajos el último peldaño que les permita coronarse como las nuevas campeonas del Mundo.