Lluís Companys (ERC) ordenó fusilar a 63 catalanes el 11 de agosto de 1938

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 28.06.2019. Una delegación del brazo político de la banda terrorista ETA en las Instituciones (EH Bildu), liderada por el terrorista asesino de Hipercor, Arnaldo Otegui (2º d) y la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua (d), se reúne con la dirección de la ultraizquierda separatista ERC en Barcelona, liderado por el vicepresidente de ERC y del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, Pere Aragonés García (3º d) y el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián (2º i). En comunicado, las dos formaciones de ultraizquierda separatistas y filoetarras han indicado que su voto en el Congreso de los Diputados depende de lo que haga Pedro Sánchez, de «lo que quiere hacer, si quiere apostar por el diálogo y la negociación o si prefiere mantenerse alejado de actitudes y posicionamientos democráticos». Efe

Redacción – El pasado domingo, 11 de agosto de 2019, se cumplieron los 81 años del genocidio de 63 catalanes, masacrados por le «Führer» republicano del partido secesionista en Cataluña (ERC), presidente de la Generalidad de Cataluña en aquélla época, Luís Companys Jover. Entre los fusilados en los «fosos de « Santa Elena»» del Castillo de Montjuic (Barcelona), estaba también Ignacio Trias, nada más que el tío del ex alcalde de Barcelona, Xavier Trias (Convergencia y Unión -CIU-). Barcelona (España), jueves 15 de agosto de 2019. 

Así recuerdan los historiadores y profesores de la entidad catalana «Somatemps», que lidera el profesor universitario, escritor y autor de muchos libros sobre el separatismo en Cataluña, Javier Barraycoa Martínez.

«El 11 de agosto de 1938, 63 catalanes, eran fusilados en los fosos de Santa Elena, en el castillo de Montjuich», recoge «Somatemps», en un comunicado el apartado «Memoria Histórica» de su sitio web.

Los investigadores de ésta entidad subrayan que «todos» los masacrados del 11 de agosto de 1938 «fueron fusilados con órdenes con el sello de la presidencia de la Generalitat de Cataluña que recaía sobre Lluís Companys».

FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 11.08.2019. Memoria Histórica 81 años después de la masacre de 63 catalanes por el genocida Lluís Companys Jover (ERC), entonces presidente de la Generalidad de Cataluña. Entre los fusilados en los fosos de « Santa Elena» del Castillo de Montjuic (Barcelona), estaba también Ignacio Trias, nada más que el tío del ex alcalde de Barcelona, Xavier Trias (Convergencia y Unión -CIU-). Barcelona (España), jueves 15 de agosto de 2019. Imagen Somatemps. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo

FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 11.08.2019. Memoria Histórica 81 años después de la masacre de 63 catalanes por el genocida Lluís Companys Jover (ERC), entonces presidente de la Generalidad de Cataluña. Entre los fusilados en los fosos de « Santa Elena» del Castillo de Montjuic (Barcelona), estaba también Ignacio Trias, nada más que el tío del ex alcalde de Barcelona, Xavier Trias (Convergencia y Unión -CIU-). Barcelona (España), jueves 15 de agosto de 2019. Imagen Somatemps. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo[/caption]

Se niega y es incomunicado en el calabozo sin comer. Declara al fin, pero no firma. Llevado al Palacio de Justicia, se encuentra con presos de la FAI por los sucesos de mayo de 1937. Hace amistad con algunos y es conducido al Preventorio “A”, Cárcel Modelo. Se le acusa de: socorrer a personas perseguidas, ayudar a pasar la frontera, dar cartas de trabajo a enemigos del régimen…

En la Modelo: “¡Sufro al ver la miseria que hay dentro! ¿Creéis que se puede comer, teniendo al lado otro que ayuna? No sabéis la pena que se siente cuando a uno le piden pan y no hay para darle”. “Traedme pan y ropa”.

Hizo entrar medicinas para los enfermos, formas y vino para la Misa, ya que había muchos sacerdotes en la cárcel Modelo que la celebraban a diario.

El 14-agosto-1937, Ignacio sale de la Cárcel Modelo, pero el 13-enero-1938, es detenido por segunda vez al llegar al domicilio familiar. Llevado a la Modelo, tercera galería. Comparten la misma celda de la quita galería su hermano Alejandro, su padre e Ignacio hasta que el día 20 de abril de 1938 han sentenciado al padre y a su hijo Alejandro a pena de muerte. Alejandro es absuelto y llevado al Campo de Trabajo y su padre condenado a treinta años.

Tras pasar por un campo de trabajo, 25-mayo-1938, Ignacio es juzgado en el Palacio de Justicia y el fiscal pide para él y sus compañeros quince años de prisión. “

Escribe a su madre: A mí me condenarán a muerte y me fusilarán”. “Madre, no desespere, suceda lo que suceda. Si me ejecutan es que Dios lo permitirá así. He obrado siempre con la mayor rectitud de intención. No me he dedicado al espionaje: lo único que he hecho ha sido ayudar a quien me ha sido posible, he salvado la vida de muchas personas. Estoy satisfecho. De ser ahora, haría lo mismo”.

El 11-agosto-1938 a las 7.30 de la mañana, suben treinta y un condenados al un camión. En Montjuïc se juntarán con los treinta y dos que ya están en el Cuerpo de Guardia esperando su fusilamiento. Serán sesenta y tres los ejecutados, treinta y uno que procedían de la Cárcel Modelo y treinta y dos que ya estaban en el Castillo de Montjuïc.

Al arrancar el camión entonan el canto del Credo. Al Castillo llegan cantando. Se encuentran con los demás, entre ellos una mujer en avanzado estado de gestación. Se inicia el fusilamiento en grupos de seis.

Se forman diez grupos de seis y uno de tres. Sale cada grupo de seis, del Cuerpo de Guardia y llega al Foso de Santa Elena. Está lloviendo. Ignacio se encuentra entre los grupos centrales. Cada condenado lleva en el bolsillo un papelito con su nombre para posterior identificación.

Desde el Cuerpo de Guardia se oyen las descargas e Ignacio sigue animando sin desfallecer a todos, mientras les llega el turno. Llaman a su grupo y no se inmuta. Bajan los seis hacia el foso recibiendo ánimo y fortaleza por parte de Ignacio. Como canta el Oficio de Vísperas de los Mártires: “A la manera de corderos ofrecen su garganta a la espada sin quejarse ni murmurar. Un corazón sin miedo y una conciencia serena le sostienen en sus sufrimientos”. Por el suelo se encuentran los treinta fusilados anteriores que chorrean sangre.

Se colocan los seis frente al pelotón de ejecución. Ignacio toma el Rosario y grita: “¡Gloria a Cristo Rey!”