Los diestros Enrique Ponce, Alejandro Talavante y José Garrido ofrecen una gran tarde de toros en Mérida

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El diestro José Garrido hoy durante el segundo festejo de la Feria de Mérida, en la que se han lidiado toros de Cayetano Muñoz. EFE

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Con los tres toreros a hombros culminó la única corrida de lidia a pie de una feria que debe de recuperar el esplendor que en su día tuvo. Los diestros Enrique Ponce, Alejandro Talavante y José Garrido ofrecieron este sábado 3 de septiembre de 2016 una gran tarde de toros en Mérida, al término de la cual salieron en volandas por la puerta grande del centenario coso emeritense tras repartirse un total de siete orejas. Mérida (Extremadura), España, domingo 4 de septiembre de 2016. Fotografía: El diestro José Garrido hoy durante el segundo festejo de la Feria de Mérida, en la que se han lidiado toros de Cayetano Muñoz. Efe.

FICHA DEL FESTEJO.- Seis toros de Cayetano Muñoz, desiguales cuajo y hechuras y juego. Noble, aunque le costaba humillar, el primero; noble y soso, el segundo; manejable por el pitón derecho, el tercero; blando pero enclasado, el cuarto; de rebrincada embestida y muy a menos, el quinto; y sin recorrido y deslucido el sexto. Enrique Ponce, de azul celeste y oro: estocada desprendida (oreja); y estocada (dos orejas). Alejandro Talavante, de gris plomo y plata: estocada tendida y dos descabellos (oreja); y pinchazo y estocada (oreja). José Garrido, de nazareno y oro: estocada trasera (oreja con fuerte petición de la segunda); y pinchazo y estocada (oreja). La plaza registró algo más de dos tercios de entrada en los tendidos.

MAESTRÍA, POSO Y AMBICIÓN

Ante una corrida de Cayetano Muñoz, que tuvo nobleza y resultó manejable, aunque con matices, se vivió en el coso emeritense una buena tarde de toros. Lo propició un encierro que dio facilidades, aunque también adoleció de falta de raza. Todo iba bien hasta el quinto toro, al que le faltó recorrido, y se acentuó en el sexto, el peor, pues los cuarto primeros tuvieron buen son.

Enrique Ponce dio cuenta de su maestría. Digno de estudio fueron los dos planteamientos de sus faenas, como siempre, a favor del toro. Al animal que abrió plaza, que no andaba sobrado de fuerzas, no lo obligó al inició de su trasteo y lo fue haciendo poco a poco. El temple hizo el resto y hasta se permitió el valenciano llevarlo por abajo, despacio y con suprema expresión. Oreja al canto.

Más toro fue el cuarto, que tuvo alegría de salida y dobló con clase en el capote de Ponce, aunque acabaría acusando el puyazo. El de Chiva le dio sitio en los primeros compases para acabar bajándose la mano, a la vez que lo hizo todo muy despacio.

Otra vez fue el temple el que mejoró a un animal de enclasada embestida, pero al que hubo que encontrar la tecla. La depurada técnica del torero hizo el resto. Gran estocada y dos orejas. El poso de Alejandro Talavante quedó al descubierto. Su verdad cuando se pasa cerca los toros, ese espléndido final del muletazo y su estética, cada vez más lograda.

Tuvo un primer toro con nobleza pero al que faltó transmisión. Con él lució el de Badajoz en una faena que inició desde los medios con el «cartucho de pescao». Como el animal no andaba sobrado de casta, lo llevó en línea en series de muy buen remate, vertical y ajustado. Oreja. El quinto, ya de salida, cuando se acostó en el capote de Talavante y echaba las manos por delante, decía que iba a ser deslucido. Mal picado, no tuvo recorrido en la muleta. Valiente Talavante con él, se dio un arrimón de extrema sinceridad y cobró otro trofeo.

José Garrido completaba el cartel en sustitución del peruano Roca Rey. Y cierto es que el extremeño hizo honor a la gran segunda parte de temporada que está cuajando. Toreó con ajuste y primor con el capote a su primero, a que hizo una faena de buen concepto por el pitón derecho. Oreja, con fuerte petición de la segunda.

El que cerró el festejo fue el peor con diferencia. Le levantó y volteó en el tercer muletazo tras iniciar la faena de rodillas muy cerrado en tablas. Después Garrido puso la emoción que el animal no transmitía porque su recorrido no pasaba de medias embestidas. Toreo muy de cercanías. Oreja meritoria.

Con los tres toreros a hombros culminó la única corrida de lidia a pie de una feria que debe de recuperar el esplendor que en su día tuvo.