Los negros se pintan de amarillo por la continuidad de Alpha Condé en Guinea (África)

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FOTOGRAFÍA. CONAKRI (GUINEA) ÁFRICA, 17.10.2020. Guinea -antes conocida como Guinea-Conakri-, celebra el domingo elecciones en un contexto de tensión donde preocupa el riesgo de violencia tras un año de manifestaciones contra el polémico tercer mandato que busca el presidente saliente, en las que han muerto decenas de personas. Efe 

Efe – La República de Guinea -antes conocida como Guinea-Conakri-, celebra el domingo elecciones en un contexto de tensión donde preocupa el riesgo de violencia tras un año de manifestaciones contra el polémico tercer mandato que busca el presidente saliente, en las que han muerto decenas de personas. Guinea-Conakri (África), domingo 17 de octubre de 2020.

Algo más de 5,3 millones guineanos están llamados a las urnas para elegir al próximo presidente del país, donde este domingo cerca de 15.000 colegios electorales abrirán de las 08:00 GMT hasta las 18:00 GMT.

Aunque doce candidatos compiten en la votación, son dos los favoritos: el presidente saliente, Alpha Condé, en el poder desde 2010 y reelegido en 2015; y el líder de la opositora Unión de Fuerzas Democráticas de Guinea (UFDG), Cellou Dalein Diallo.

Si ninguno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta, debería celebrarse una segunda vuelta en el decimocuarto día después de la proclamación de los resultados en la primera ronda. El ganador gobernará con un mandato de seis años, renovable una vez.

Condé, de 82 años, ha prometido favorecer la paridad, apoyar a la juventud, desarrollar las localidades mineras y mejorar el nivel de vida de los guineanos y el suministro de agua y electricidad.

Entre las promesas de Diallo, de 68 años, están la construcción y modernización de las infraestructuras, la creación de empleo para los jóvenes e invertir en el desarrollo de la agricultura.

Estas elecciones están marcadas por la falta de consenso en el censo de votantes, un discurso de división étnica durante la campaña y la violencia en las manifestaciones de la oposición y la sociedad civil contra el tercer mandato de Condé.

De acuerdo con la Constitución, el mandatario saliente agotaría a finales de este año su segundo y último mandato permitido.

No obstante, tras meses de incertidumbre, el mandatario convocó un referéndum para aprobar una nueva Constitución que, junto a las elecciones legislativas, tuvo lugar el pasado 22 de marzo y en el que se apoyó el cambio con un 91,5 % de los votos.

RIESGO DE VIOLENCIA

Tanto Condé como sus partidarios consideran que los años de poder anteriores a dicho cambio no deben tenerse en cuenta y el contador de mandatos se reinicia.

Sin embargo, no están de acuerdo con esta visión ni la oposición ni grupos de la sociedad civil, reagrupados en el Frente Nacional para la Defensa de la Constitución (FNDC), plataforma que se oficializó en abril de 2019 para impedir el tercer mandato, el referéndum y una extensión en el poder del presidente más allá del término del último mandato que le queda, el 21 de diciembre de 2020.

Según Amnistía Internacional (AI), al menos 50 personas han muerto en menos de un año por la represión en las protestas contra Condé, cifra que la oposición guineana eleva a más de 90 fallecidos.

En una rueda de prensa en Dakar en septiembre pasado, Diallo advirtió de que el «riesgo» de violencia en las elecciones de octubre «es enorme» debido a que Condé «está aferrado al poder».

Dado el aumento de la tensión, cientos de personas han huido esta semana de sus hogares en la ciudad de Kankan (centro-oeste), sacudida por choques entre partidarios de Condé y Diallo.

Este viernes no se podía llegar a la capital, Conakri, desde la carretera de Coyah (a menos de 30 kilómetros), tras el levantamiento de barricadas por soldados para evitar el tráfico.

Además, un coronel murió en la noche del jueves al viernes tras un ataque a un cuartel del Ejercito en Kindia (oeste) de hombres armados que liberaron a varios prisioneros militares.

La campaña electoral del presidente Alpha Condé ha estado también marcada por un discurso étnico en busca de movilizar a la población bajo una base identitaria.

La ONU pidió a todos los candidatos que se abstengan de agitar las divisiones étnicas con fines políticos, ya que «tales maniobras son extremadamente peligrosas y deben ser detenidas».

A su vez, Guinea cerró a finales de septiembre las fronteras con tres de sus seis países vecinos, Senegal, Guinea-Bisáu y Sierra Leona, sin ninguna explicación oficial, lo que ha generado el temor de que empeore el clima de tensión.

REGISTRO ELECTORAL SIN CONSENSO

Ell censo de votantes sigue sin contar con el consenso de la clase política.

Según constató la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO), para las elecciones legislativas y el referéndum Constitucional del pasado 1 de marzo, había inscritos 11,6 millones de votantes, de los cuales 3,5 millones estaban duplicados, 164.000 habían fallecido y cerca de 59.000 eran menores de edad.

La Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) aseguró que los electores duplicados y menores fueron retirados del registro al eliminar a más de 2,4 millones, como recomendaron los expertos de la CEDEAO.

Aún así, Diallo denunció un aumento del número de votantes en los feudos de la gobernante Agrupación del Pueblo de Guinea (RPG).

No obstante, según el portavoz de la CENI, Mamady Kaba, se trata de «realidades demográficas» y el aumento poblacional en la zona pro Condé se debería a la atracción de la explotación artesanal de oro.

Guinea es uno de los países más pobres del mundo, situado en el puesto 174 de 189 del Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU, pero posee un importante potencial minero, hidraúlico y agrícola.

Sus reservas de bauxita, materia prima para producir el aluminio, son unas de las más importantes el mundo y han atraído en los últimos años a inversores de China, Rusia, Francia o Emiratos Árabes, que buscan adquirir tierras para proyectos mineros.