Margallo (PP) y Rubalcaba(PSOE) piden una reforma urgente de la Constitución para evitar conflictos territoriales

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Agencias – El exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo y el exlíder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba han coincidido hoy en la urgencia de una reforma de la Constitución a través del diálogo que evitaría conflictos territoriales y que tiene que incluir un sistema de financiación autonómico solidario. Madrid (España), martes 29 de noviembre de 2016. Fotografía: exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo (i), y el exsecretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, a su llegada esta mañana a la inauguración del encuentro «Reforma constitucional y organización territorial» que, organizado por El Mundo y Expansión, incluye varias mesas redondas. Efe.

También se han mostrado de acuerdo en que la reforma no puede estar sólo encaminada a resolver el desafío secesionistas de Juntos Por El Sí y la CUP en la comunidad autónoma española de Cataluña, sino que debe ser general y en que solo la pertenencia de España a la Unión Europea es algo que debería obligar a cambiar determinados aspectos del texto constitucional de 1978.

García-Margallo y Rubalcaba han hecho estas reflexiones durante su participación en unas jornadas organizadas por ‘El Mundo’ sobre la salud de la Constitución de 1978 y su posible reforma, que ha inaugurado la presidenta del Congreso de los Diputados del Reino de España, Ana Pastor, y en las que también han participado Miquel Roca, uno de los padres de la Carta Magna, y Rodolfo Martín Villa, exvicepresidente del Gobierno.

El acuerdo, el diálogo y el respeto. Estas han sido las premisas que los ponentes han puesto como condición para una reforma constitucional.

Si bien García-Margallo, Rubalcaba y Roca han coincidido en la necesidad de esa reforma, Martín Villa se ha mostrado más reacio al considerar que hay otras prioridades.

García-Margallo ha recordado que siempre ha sido partidario de una reforma constitucional, cuyos ejes serían modernizar la regulación de las libertades y derechos, acabar con la discriminación de la mujer en la sucesión al trono, reformar el Senado, clarificar el mapa competencial entre la Administración central y las comunidades autónomas y fijar los principios básicos del sistema de financiación.

Para el exministro, diputado constituyente, «no es una reforma radical» sino que se trata de «actualizar los pactos» y para ello PP, PSOE y Ciudadanos «tienen suficientes elementos comunes para abordarla sin riesgo».

A su juicio, la Constitución tiene «errores de diseño, de funcionamiento y defectos sobrevenidos», como el debilitamiento de competencias, la multiplicación de órganos y el aumento de la conflictividad, como el desafío catalán.

Ha puesto una serie de «líneas rojas» (la soberanía del pueblo español, la igualdad de derechos y deberes y la cohesión social) y ha subrayado que hay que dejar claro «qué se quiere modificar y qué no» porque de lo contrario «se abriría una caja de Pandora de consecuencias incalculables».

En este sentido, el exjefe de la diplomacia española ha sostenido que la reforma no puede abordarse «para dar satisfacción a las pretensiones secesionistas catalanas».

Rubalcaba ha apostado igualmente por impulsar una reforma en un sentido federal «sin prisa pero sin pausa» para ayudar a resolver la triple crisis que vive España: política, social y territorial.

El exlíder socialista ha afirmado que la Constitución Española del 1978 tiene «disfunciones» porque han ocurrido cosas que en su momento eran imposible de prever y que afectan a la relación de España y Cataluña y por tanto al conjunto del funcionamiento del Estado autonómico.

Ha explicado que cuando propone un cambio constitucional en sentido federal no sólo lo hace pensando en abordar problemas reales de convivencia, sino el conjunto de los problemas del Estado autonómico «para reforzarlo y no para ponerlo en cuestión».

Así, ha abogado por desarrollar el sentido federal del Estado autonómico al estilo de Alemania y Austria, definiendo qué competencias corresponden al Estado y cuáles a las comunidades.

Ha apostado igualmente por un Senado territorial donde estén representadas las regiones y por un sistema de financiación que «debe ser suficiente para que las comunidades puedan ejercer sus competencias y que debe ser solidario».

Y federal es también, ha continuado Rubalcaba, introducir en la Constitución «singularidades» de las comunidades.

«No sé si le falta tiempo» al separatismo del J×Sí y la CUP «para ganar, pero sí estoy convencido de que al constitucionalismo le falta un proyecto político» que agrupe a «la gente que no quiere irse de España pero que no quiere que las cosas sigan como están», ha sostenido.

Miquel Roca, quien ha considerado que la Constitución de 1978 fue «un éxito de la democracia», ha dicho no saber si fue el mejor texto pero ha dejado claro que «vino a resolver problemas históricos de España sobre la base de la convivencia».

«Si alguien la quiere modificar, bien, pero que diga para qué. Mientras no sea así ¡Viva la Constitución de 1978!», ha añadido.

Martín Villa por su parte ha dicho no ser «en exceso optimista» y ha considerado que ve más importante una reforma de las administraciones y de la justicia, aunque ha apuntado que ve «lógico» que se plantee su reforma.

Ha preguntado si lo que se pretende es «un desguace total de la Constitución para crear otra» o una reforma y ha destacado que «no hay que tocar» la unidad nacional, el respeto a las comunidades y sus poderes competenciales, la monarquía y los deberes y derechos.

Ana Pastor ha apelado al diálogo y al respeto «para cualquier reforma de la Constitución» evitando «posturas intransigentes y agitación democrática (…) Desde el diálogo estoy segura que podremos avanzar. Si no es así, mejor que no lo hagamos», ha añadido.