Marlaska aprueba los encuentros en prisión entre condenados y sus víctimas

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 24.09.2109. El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska (c), durante la entrega este martes de las medallas al mérito penitenciario con motivo de la festividad de la patrona Nuestra Señora de la Merced. Junto a él, la secretaria de Estado de Interior, Ana Botella Gómez y el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz. Efe

Efe – Instituciones Penitenciarias iniciará antes de que termine el año un proyecto de Justicia restaurativa que propiciará el encuentro en prisión de un condenado con su víctima, salvo que se trate de presos por violencia machista o agresión sexual. Madrid (España), miércoles 25 de septiembre de 2019. 

Así lo ha avanzado el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, durante el acto de celebración del día de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias, en el que Prisiones reconoce el trabajo de funcionarios, fuerzas de seguridad y otros colectivos como la compañía de teatro de reclusas Yeses, galardonada con la medalla de oro.

Entre las novedades, el ministro ha destacado el impulso al programa de Justicia restaurativa en el que trabajan desde hace más de un año técnicos de la administración penitenciaria y que verá la luz antes de que acabe 2019.

Se trata, ha dicho Marlaska, de poner «frente a frente, cara a cara», a quien ha causado daño a un persona y asume ese acto para superarlo.

Fuentes penitenciarias consultadas por Efe han avanzado que el primer proyecto se pondrá en marcha pronto y que se iniciará en algunas cárceles andaluzas.

El programa de Justicia restaurativa incluye un amplio abanico de delitos, en los que la víctima directa decide voluntariamente citarse en prisión con el penado. No están permitidos los encuentros para condenados en prisión por violencia machista o por agresión sexual.

Marlaska ha defendido que el camino para reinsertar a una persona pasa porque el recluso reconozca el daño causado, un reto que tiene que afrontar Instituciones Penitenciarias.

A los nuevos desafíos también se ha referido el secretario general, Ángel Luis Ortiz, quien ha abogado por acometer una profunda reforma de la ley general penitenciaria, aprobada en 1979, con el objetivo de adaptarla a la nueva realidad penal y penitenciaria.

Tanto Ortiz como Marlaska han destacado la importancia de la ley general penitenciaria, la primera de la democracia que fue aprobada en 1979 por aclamación en el Congreso y que marcó la pauta de un sistema penitenciario «pionero», «humanista» y «garantista», en palabras del ministro.

Una norma que, ha añadido el secretario general de Prisiones, supuso la transformación de las cárceles que habían sido escenario con la dictadura de represión para convertirse en referente internacional.

«Creo que ha llegado el momento de acometer su reforma», ha enfatizado Ortiz antes de apuntar algunas de las líneas generales de esos futuros cambios como la regulación de la prisión permanente revisable, la libertad condicional, la normativa actualizada respecto a las penas no privativas de libertad o la utilización de medios telemáticos.

Reconocer la condición de agente de la autoridad a los funcionarios de prisiones o determinar qué profesionales tienen acceso y qué misión cumplen en las cárceles son otras de las propuestas que el actual secretario general considera necesarias incorporar en esta posible reforma.