Más de 214 miembros de los ‘Comunes’ firman que «El 1-O no iremos a votar» el referéndum

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Fotografía de las urnas en una escuela catalana durante la celebración del referéndum del 9N 2014 (REUTERS).

Redacción – Los ‘Comunes’ catalanes no votarán porque: «La consulta del 1-O no tiene la legalidad, pero tampoco la legitimidad de representar la mayoría, y en ningún caso será la consulta que quieren las tres cuartas partes de los catalanes, sino una maniobra para hacer como el 9-N , pasar en falso la pantalla del referéndum y avivar el conflicto con el Estado para polarizar el voto en las próximas elecciones catalanas». Cataluña (España), sábado 15 de julio de 2017. Fotografía: Imágenes de las urnas del referéndum (participativo del ex presidente catalán Artur Mas gavarró) en una escuela catalana durante la celebración del referéndum ilegal del 9 de noviembre de 2014 (9N). Archivo Reuters.

La Izquierda catalana, los llamados ‘Comunes’: Cataluña En Común’ que lidera la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, piden a la

Barcelona, sábado 1 de julio de 2017. Carme Forcadell, Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Neus Lloveras y Miquel Buch posan junto a todos los alcaldes de Cataluña participantes en el acto. (EFE).- El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha dicho que el independentismo es el primer movimiento sociopolítico en España que va «de abajo hacia arriba», y ha avisado a los alcaldes separatistas: «Por eso sois importantes, por eso les molestáis y por eso les dais miedo, y más que les daréis». Medio millar de alcaldes separatistas de diferentes localidades catalanas han expresado su «compromiso» con el referéndum anunciado para el próximo 1 de octubre en un acto celebrado hoy en el paraninfo de la Universidad de Barcelona.
En este acto, titulado «El mundo local por el referéndum», se ha leído un manifiesto en el que los alcaldes que lo suscriben aseguran que pondrán «a disposición de la organización del referéndum los locales habituales donde se celebran todas las jornadas electorales en nuestros municipios». Puigdemont ha sostenido que los alcaldes son «la garantía» para que el próximo 1 de octubre haya un referéndum en el que puedan votar tanto los partidarios como los detractores de la separación, y ha señalado como una prueba de buen hacer el hecho de que atiendan a todos los ciudadanos por igual, sin tener en cuenta su ideología, algo que a su entender no hace el Gobierno. «La clave está en que nosotros hagamos suficiente y entre suficientes para que las amenazas que el Estado nos quiera poner y nos dedica cada día sean insuficientes», ha subrayado el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras. En este sentido, Puigdemont ha recalcado que se acerca el momento en que los catalanes deberán elegir entre «arnes» -polillas en catalán- que se comen la democracia, o «urnas». Uno de los momentos álgidos del acto lo ha protagonizado el presidente de la Asociación Catalana de Municipios y Comarcas (ACM), Miquel Buch, que ha llamado a la unidad y ha pedido a todos los miembros del Govern y del Parlament presentes que se pusieran en pie para ver cómo «tienen a los alcaldes detrás». «Ahora estamos detrás vuestro, pero el próximo 1 de octubre estaremos a vuestro lado», ha exclamado entre los gritos de «votaremos» de los asistentes. Por su parte, la presidenta de la Asociación de Municipios para la Independencia, Neus Lloveras, ha anunciado que invitarán a las ciudades extranjeras hermanadas con las catalanas para que presencien el referéndum y hagan de «observadores», y ha subrayado que los consistorios «no echarán el freno» en la recta final. Entre discurso y discurso, un vídeo ha repasado los considerados «agravios» del Estado contra Cataluña, desde la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) de 2010 referente al Estatuto de Autonomía hasta la querella interpuesta contra la consellera de Gobernación, Meritxell Borràs, por el concurso para la compra de urnas, pasando por la inhabilitación del expresidente Artur Mas. Este no ha sido el único material audiovisual del acto: ha arrancado con la reproducción de un fragmento de un discurso de Enric Prat de la Riba, quien fuera presidente de la Mancomunidad de Cataluña entre 1914 y 1917. También han tomado la palabra diferentes alcaldes -uno por cada «veguería»-, que han defendido que la celebración de un referéndum es una «prioridad». El alcalde de Ripollet (Barcelona), José María Osuna, que es de Podemos, ha instado a todos los alcaldes separatistas «que quieren el cambio» a sumarse a la defensa del referéndum anunciado para el próximo 1 de octubre, ya que se trata de «una herramienta muy potente y una oportunidad irrenunciable que hace unos años era impensable». «Firmeza, determinación, convicción y hasta el final», ha resuelto la alcaldesa de Berga (Barcelona), Montserrat Venturós, que fue encausada por no descolgar la bandera separatista, la «estelada», en período electoral. Efe.

sociedad catalana NO votar ni participar en el referéndum de autodeterminación anunciado en Cataluña para el 1 de octubre de 2017 (1-O). 

El manifiesto, que firma también el líder de Podemos en Barcelona, Marc Bertomeu, sostiene que: «Tampoco puede ser un referéndum efectivo de resultado vinculante, entre otras razones porque no interpela a toda la sociedad catalana y su pluralidad de posicionamiento».

Lista de los más de 214 firmantes (aquí).

Manifiesto íntegro en catalán (aquí).

El 1-O, yo tampoco iré a votar el referendum

Un grupo de personas inscritas en la alianza de la Izquierda catalana a las últimas elecciones generales españolas del 20-D de 2015 y 26-J de 2016 (Cataluña en Común), gente común que:

«Confluimos desde diferentes sensibilidades políticas, hemos promovido un manifiesto sobre el 1-O, que ha recogido 214 adhesiones, para hacer sentir una voz presente no sólo en la pluralidad del nuestro espacio político sino también en la diversidad de nuestros votantes».

Así aseguran en un comunicado de prensa al que Lasvocesdelpueblo ha tenido acceso este sábado 15 de julio de 2017.

«Queremos contribuir a la cohesión de nuestra política aportando una sensibilidad que se encuentra en la Cataluña real de nuestros barrios, pueblos y ciudades, entre las personas que nos han apoyado electoral y para quien la aparición de los comunes ha supuesto una nueva esperanza para construir una alternativa entre el procesismo y el inmovilismo», añaden.

Los ‘Comunes’ explican que:

«Este manifiesto», más abajo, «se presentó a la reunión decisoria del día 8 de julio de Cataluña en Común, con la voluntad de aportar al debate una voz colectiva que recogiera el espíritu mayoritario de las intervenciones de nuestra gente común a las asambleas territoriales sobre la 1-O».

El manifiesto, aseguran, «no se puso finalmente a votación porque compartíamos los aspectos principales del documento aprobado, como considerar que el 1-O es una huida hacia adelante del gobierno de Juntos por Sí», «que este no es el referéndum que Cataluña merece y necesita y que una parte significativa de la población catalana no se siente invitada a participar en el 1 de octubre», han dicho.

Asimismo, las más de 214 personas promotoras y adheridas a estos manifiesto «no nos sentimos invitadas y creemos que este es el sentimiento mayoritario que se respira en muchos barrios populares donde En Común ganó las últimas elecciones».

Este manifiesto, redactado durante la última semana de junio de 2017, ha recogido adhesiones de inscritos y simpatizantes, nace desde abajo, con todo el respeto a la pluralidad de opciones en relación a la participación, y plantea: «No participar en el 1-O ni llamar a la participación».

Porque «la consulta del 1-O no es el referéndum democrático y efectivo que reclaman las tres cuartas partes de la sociedad catalana», apuntan.

Porque «la consulta del 1-O no cumple ninguna de las condiciones de la Asamblea Constituyente de un País en Común: no es efectivo, no interpela la pluralidad de la sociedad catalana y no tiene reconocimientos internacionales ni garantías democráticas», reiteran.

«Porque el planteamiento del 1-O degrada el significado de un instrumento democrático pensado para resolver problemas», firman.

Porque «el referéndum que queremos no forma parte del conflicto sino de la solución y debe estar dirigido al conjunto de la ciudadanía de Cataluña para decidir su futuro, que no pasa exclusivamente por sí o el no» a la separación de Cataluña con respecto al resto de España.

El manifiesto

Manifiesto ante la convocatoria del 1 de octubre y 214 firmas

«El 1 de octubre no iremos a votar

1.- En la asamblea de un País en Común se establecieron las condiciones de los comunes para apoyar un referéndum: un referéndum efectivo, que interpele toda la sociedad catalana y su pluralidad de posicionamientos, con reconocimientos internacionales y garantías democráticas.

La convocatoria del 1-O, tal como ocurrió el 9-N, no reúne ninguna de estas condiciones.

2.- Cualquier votación impulsada por un gobierno en un país democrático exige unas garantías que aquí no se dan, como son:

Una ley reguladora conocida con anticipación por la ciudadanía y debatida ampliamente por las fuerzas políticas; una administración electoral para garantizar la igualdad, la objetividad y la transparencia de todo el proceso, desde el inicio hasta el escrutinio; un censo electoral;

Unas mesas electorales con miembros elegidos aleatoriamente entre el censo electoral, y unos medios públicos respetuosos con la pluralidad de opciones.

3.- La convocatoria no tiene el reconocimiento internacional para que no reúne las condiciones para su homologación democrática por la Comisión de Venecia, órgano consultivo del Consejo de Europa.

De hecho, tampoco tiene el reconocimiento nacional, ya que el Pacto Nacional por el Referéndum impulsado por el Gobierno mismo, no lo avala ni lo reconoce como tal.

4.- Tampoco puede ser un referéndum efectivo de resultado vinculante, entre otras razones porque no interpela a toda la sociedad catalana y su pluralidad de posicionamientos, sino que es una propuesta unilateral dirigida a los votantes de una mayoría de gobierno, Juntos Por el Sí (JxSí9 y la CUP, que no obtuvo la mayoría de votos en las últimas elecciones autonómicas, que aseguraban que eran plebiscitarias.

5.- El referéndum tiene un interés secundario para el gobierno de la Generalidad de Cataluña, como lo demuestra el hecho de que el partido de su presidente, el PDeCAT, no va a votar a favor de Pablo Iglesias, el primer candidato a presidente de España que defiende un referéndum para decidir el futuro de Cataluña, en abstenerse en la moción de censura a Mariano Rajoy.

6.- La consulta del 1-O no tiene la legalidad, pero tampoco la legitimidad de representar la mayoría, y en ningún caso será la consulta que quieren las tres cuartas partes de los catalanes, sino una maniobra para hacer como el 9-N, pasar en falso la pantalla del referéndum y avivar el conflicto con el Estado para polarizar el voto en las próximas elecciones catalanas.

7.- Cataluña en Común defiende los derechos de aquellas personas que se sientan llamadas a participar en el 1-0, sin tolerar ninguna medida de fuerza del gobierno del PP para impedirlo.

Con la misma coherencia no puede llamar a la participación ni participar en una consulta que pretende ser un referéndum sin cumplir ninguna de las condiciones de lo que debería ser el referéndum democrático y efectivo que necesitamos.

8.- Cataluña en Común no puede avalar la convocatoria y celebración de una consulta ni ninguna movilización sustitutoria que, además de no ser un referéndum real, degrada el significado de un instrumento democrático pensado para resolver problemas dando la voz y el voto a toda la ciudadanía.

9.- El referéndum que aprobamos en la asamblea de los comunes no forma parte del conflicto sino de la solución. Es el instrumento que debe permitir que sea la ciudadanía de Cataluña quien decida su futuro encaje con el resto de España, que no pasa exclusivamente por sí o el no a la independencia.

10.- La propuesta de los comunes, además de defender un referéndum efectivo, con garantías y reconocimiento, es lograr un Estado plurinacional sustentado en la fraternidad de los pueblos y en la capacidad de generar alianzas y tejer complicidades con las fuerzas políticas del Estado y de Europa».