Mediador entre Gobierno y separatismo, elegido presidente de la Conferencia Episcopal

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 03.03.2020. El cardenal Juan José Omella durante la rueda de prensa. Efe

Efe – La elección del cardenal Juan José Omella al frente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) abre una nueva etapa en la Iglesia marcada por su voluntad de diálogo y colaboración con el Gobierno, a quien, sin embargo, ha pedido que trate a esta institución con «dignidad y respeto». Madrid (España), martes 3 de marzo de 2020. 

El arzobispo de Barcelona (73 años) era el candidato mejor posicionado para presidir la CEE (ha recibido 55 votos de los 87 emitidos) por la gran capacidad de diálogo y negociación que ha demostrado en el conflicto catalán, durante el cual ha hecho numerosos llamamientos a la concordia, a construir puentes y a fomentar la convivencia. Incluso intentó mediar, sin éxito, entre Rajoy y Puigdemont en otoño de 2017, en plena crisis.

En su primera comparecencia ante los medios tras conocerse su nombramiento, Omella ha vuelto a mencionar su voluntad de interceder y ha subrayado que su función al frente de la CEE será la de «buscar siempre los caminos de crear puentes, convivencia y fraternidad», especialmente en los temas más delicados.

La ley de la eutanasia, la reforma educativa que quita peso a la escuela concertada y a la asignatura de Religión, la fiscalidad de la Iglesia o la Memoria Histórica son algunos de esos temas «delicados» que el nuevo presidente de los obispos tendrá que abordar con el Gobierno.

Desde el Ejecutivo, no obstante, han confiado en que este nombramiento permita mantener las «habituales buenas relaciones» con la Iglesia y esperan que, cuando la agenda lo permita, se produzca una reunión entre la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, y Omella.

En la misma línea, el arzobispo de Barcelona ha subrayado su voluntad de colaborar con todas las instituciones del Estado «porque estamos al servicio del bien común» y porque «todos nos necesitamos».

No obstante y al igual que su predecesor en el cargo, ha advertido de que, aunque la Iglesia no quiere privilegios, sí demanda ser tratada «con dignidad y respeto, como se trata a todas las instituciones».

«Cuando hay voluntad de caminar juntos, podemos conseguirlo y, cuando queremos enfrentarnos, eso al final siempre produce heridas y mucho dolor, y eso no lo quisiera ni para el pueblo español, ni para la Iglesia católica», ha manifestado Omella.

En la votación de esta mañana, Omella se ha impuesto en segunda votación y por 55 de los 87 votos emitidos a otros «presidenciables», como el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, conservador y próximo a Antonio María Rouco Varela, que ha obtenido 29 votos, y al cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro; al obispo de Getafe, Ginés García Beltrán; y al obispo de Bilbao, Mario Iceta, con un voto cada uno.

No ha recibido ningún voto en esta segunda ronda, sin embargo, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que sonaba en las quinielas como posible candidato.

Los perfiles más próximos al papa Francisco han ganado peso en estas elecciones con la designación del cardenal Carlos Osoro como vicepresidente de la Conferencia, un hombre que en numerosas ocasiones ha subrayado la necesidad de que la Iglesia se aleje de la política y se centre en ayudar a los que más sufren, como los migrantes y refugiados.

Tanto Omella como Osoro representan esa «cultura del encuentro» que promueve Roma y ambos fueron creados cardenales por el actual pontífice. Son, por tanto, hombres del papa Francisco.

Los obispos han elegido al resto de cargos que formarán parte de la Comisión Ejecutiva de la CEE, formada por 9 miembros entre los que se incluyen al presidente y vicepresidente, entre los que están el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, y el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán.