Redacción.- Pamplona (España), domingo 26 de febrero de 2023. Un país democrático se basa en la libertad de decidir tanto un ‘sí’ como un ‘no’. Esta premisa parece ser que no se ha contemplado desde un principio a la hora de informar a todas las mujeres en estos dos periodos de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Esta constitución, en la España libre, es legal desde hace 36 años, aprobada el 5 de julio de 1985, conocida como la ley de supuestos (supuesto terapéutico, criminológico y eugenésico), siendo más tarde en 2010 cuando se promulgó la ley 2/2010 título II artículos 13 y 14 de Salud Sexual Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), conocida como la ley de plazos, en que la práctica del aborto está despenalizada.
Resucitar y modificar la ley del aborto ha puesto en evidencia la clara influencia partidista del intocable y contradictorio Tribunal Constitucional y el ocaso mediático e ideológico en los grupos políticos de centro derecha, promoviendo sin calcular sus efectos secundarios, un desencanto estrepitoso a las siglas de unos partidos que han sido provida hasta hace 13 años y pro aborto actualmente, un mero lema de marketing utilizándolo como moneda de cambio o trueque social y situándolo como uno de los puntos electorales en vista al 22 de mayo, y engrosar el negocio a empresas e industrias farmacéuticas tanto en anticonceptivos como antidepresivos.
¿Qué enigma y confusión nos crea a nosotros, nuestra ciudad y nuestro país un posible equipo de Gobierno que no defiende el respeto a la vida y carece de los principios y valores fundamentales? Actualmente, tenemos un Gobierno que intenta crear un «Estado Educador» de prevención y aborto en lugar de un «Estado Educador» provida con programas y campañas estratégicas formativas, antes de la IVE, en defensa de un ‘sí’ a nacer.
Según la nueva ley 4/2022 BOE-A-2022-6044, se consagra el derecho a matar en vez del derecho a la vida. El aborto no es un delito, es un derecho. Considera la opción fácil y rápida el realizar un homicidio directo a quien concibe un hijo en su seno como un trastorno en la vida futura cuyo objetivo es olvidar como sin más y proseguir tus metas. Ninguna ley del mundo, circunstancia o finalidad podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilegítimo por ser contrario a todas las leyes morales. Todas las personas tienen derecho a la vida, y este derecho a las personas es superior al derecho de lo que acontece a su cuerpo. Desde el punto de vista médico, se considera «persona» o ser humano desde el momento de la concepción poniendo a la genética y sus 46 cromosomas como centro de escena. La Interrupción Voluntaria de Embarazo no debe ser vista como una lucha entre religiosos y ateos, sino como una necesidad de juicio que impone el Estado laico en cuestión de salud pública-social y de dignidad de las personas, en la que se condena matar, golpear, herir o hacer daño a uno mismo y al prójimo en el cuerpo, tal y como nos enseña el quinto mandamiento.
De todos los derechos que tenemos las mujeres, y no nos referimos al de igualdad de género y oportunidades, sino al más grande título y privilegio: Dar vida, ser madre. Un Hijo no te quita el futuro, te brinda uno nuevo en el que nos convierte especiales, fuertes y valientes por encima de toda naturaleza, como hicieron nuestras madres con nosotros en la que nuestras vidas estuvieron en sus manos.
