Efe – La marcha del Orgullo convirtió este sábado a Buenos Aires en una fiesta de la diversidad y en un foco del reclamo de los derechos del colectivo LGBTIQ (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer), que busca poner fin a la discriminación que todavía sufren. Buenos aires (argentina), domingo 3 de noviembre de 2019.
Los asistentes a esta 28 edición, que empezaron a congregarse por la mañana en la céntrica Plaza de Mayo, realizaron esta tarde una marcha hacia el Congreso nacional e inundaron con banderas multicolor, carrozas y música la Avenida de Mayo, una de las principales arterias de la capital argentina.
Cuando la marcha se hizo por primera vez, en 1992, contó con unos 300 asistentes, pero hoy son miles de personas -en su mayoría jóvenes- las que salen a la calle para bailar, celebrar la diversidad sexual y reclamar un país «sin violencia institucional ni religiosa» y el fin de los «crímenes de odio», según recoge la principal consigna de la marcha.
En Argentina, el encuentro se celebra en noviembre conmemorando la creación de «Nuestro Mundo», el primer grupo gay que funcionó en el país suramericano en 1967.
«Para nosotros es importante porque esto son años y años de gente que luchó, y hay que seguir luchando y conquistando muchos derechos para que la sociedad sea realmente diversa e igualitaria para todes», expresó a Efe Ramiro Velasco, uno de los asistentes al acto.
Velasco lleva acudiendo más de diez años, desde que salió «del closet (armario)» y esta 28 edición es especial porque es la primera vez que él y su pareja, Lionel Benín, traen a su hija.
«Me encanta que haya tanta gente, cada año somos más y es una fiesta. Y la gente en la calle, los que no participan de la marcha, se nota que lo reciben de otra manera, es cada vez menos la gente a la que se la ve con rechazo», añadió.
La política también estuvo presente en el acto, ya que marcharon carrozas a favor del Frente de Todos, la coalición peronista que encabeza Alberto Fernández, quien el pasado domingo ganó las elecciones generales del país y el próximo 10 de diciembre se convertirá en el nuevo presidente.
Entre los reclamos de la Marcha del Orgullo figuran el aborto legal, seguro y gratuito para personas gestantes, la actualización de la Ley de VIH, hepatitis e infección de transmisión sexual, una nueva Ley Antidiscriminatoria para erradicar con educación y políticas públicas el machismo, la xenofobia y el racismo y la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI).
Asimismo, se pide el cumplimiento del cupo laboral travesti trans, el fin de los travesticidios y transfemicidios y de la violencia institucional contra la diversidad y las disidencias.
Nelson, venezolano y residente en la capital argentina desde hace dos años, afirmó a Efe que es un «alivio» poder salir a la calle y poder celebrar este día.
«Aquí en Buenos Aires falta un montón, pero en otras partes del mundo es imposible salir a marchar, a expresar tu libertad y tus ganas de amar a alguien. Todavía falta un montón por hacer», aseguró.
