¿No quieres feminismo? Pues dos tazas

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FOTOGRAFÍA. ESPAÑA, 13.12.2020. Raquel Córcoles (i) y Carlos Carrero (d) de Moderna de Pueblo. «Coñodramas» (Zenith) es un trabajo realizado a cuatro manos y dos cabezas, las de Córcoles (Reus, 1986) y las de Carlos Carrero (Madrid, 1984), pareja sentimental y coguionista de los últimos trabajos de Moderna, una compenetración palpable al entrevistarles (vía zoom), cuando las frases que comienza uno las acaba la otra, y viceversa, y que se ve reflejada en el libro. Un crédito de Beatriz Tafaner. Lasvocesdelpueblo (Ñ Pueblo)

Efe – «¡Cuidado! Este libro atufa a feminismo y sólo habla de cosas de chicas», advierte la historietista Raquel Córcoles sobre «Coñodramas», última entrega de su personaje Moderna de Pueblo, que cumple ahora diez años y con el que demuestra que se puede ser reivindicativa sin perder el humor y riéndose de sí misma. Barcelona (España), domingo 13 de diciembre de 2020.

Esta novela gráfica, en la que un grupo de amigas, Moderna y sus colegas, se ven sumergidas en un mundo laboral donde los hombres siguen marcando el ritmo, sirve como catálogo de comportamientos «machirulos», a los que las mujeres, incluidas las que han tenido éxito profesional, deben hacer frente para dejar oír su propia voz, sin estar pidiendo perdón por ello a cada paso.

«Coñodramas» (Zenith) es un trabajo realizado a cuatro manos y dos cabezas, las de Córcoles (Reus, 1986) y las de Carlos Carrero (Madrid, 1984), pareja sentimental y coguionista de los últimos trabajos de Moderna, una compenetración palpable al entrevistarles (vía zoom), cuando las frases que comienza uno las acaba la otra, y viceversa, y que se ve reflejada en el libro.

Aunque el humor prevalece, «Coñodramas», que intercala historias de unas atípicas superheroínas que discurren paralelas a episodios semibiográficos de Córcoles, tiene un regusto a ajuste de cuentas.

«No eres el primero que lo pregunta», se sorprende la dibujante, pero no era esta la intención, sino «reflejar» cómo funcionan aún las cosas en el ámbito laboral, un status quo «dibujado por hombres», al que, incluso, han quitado algo de «mala leche y bilis», apostilla Carrero.

«Yo me pongo a hacer páginas y páginas de ideas y guiones, sobre temas que me han llamado la atención. Carlos pone el orden, hace mapas de tramas, como si fuera CSI, y reflexiona sobre qué estamos contando», explica la dibujante sobre su forma de trabajar.

«Coñodramas» toca, por ejemplo, esa especie de falsa dicotomía entre lo femenino y/o lo feminista -¿eres de «Girls» o de «Sexo en Nueva York»?- o las dudas de una creadora a la hora de elegir entre lo supuestamente frívolo y lo culturalmente aceptable bajo el punto de vista de la censora óptica masculina.

Una idea reflejada por los recuerdos que Córcoles/Moderna tienen de su paso por un famoso semanario de humor («El Jueves» en la vida real) donde la dibujante se llegó a sentir como la «Pitufina» en una aldea repleta de lectores masculinos.

«Pensé, ‘voy a hacer chistes guarros para que vean que soy una tía que molo’, hacer lo que hacen ellos, vamos. No sabes lo que condiciona estar en un sitio en el que tu público es prestado», rememora Córcoles sobre una época en la que veía que sus viñetas, que lo «petaban» en las redes (su verdadera tabla de salvación), eran recibidas con condescendencia por los guardianes del «Canon Oficial del Humor Gráfico».

Córcoles y Carrero cuestionan por qué autores como Joe Matt pueden, por ejemplo, hablar sin parar en sus historias «de la masturbación y de hacerse pajas», y las mujeres no deben hacer humor de la regla o de la copa menstrual.

Por eso, esta novela gráfica hace suyos, como carta de presentación -incluido su título «Coñodramas- muchos de los tópicos y las definiciones con las que cierta visión tóxica de lo que es o no cultura de calidad suele descalificar los trabajos realizados por mujeres.

«Es un concepto que nació de nuestro propio desbloqueo. Darle la vuelta a las ideas, conducirlas a nuestro favor. El humor es lo que al final nos desbloquea. Riámonos del tufo feminista, y expongamos que existe ese problema de que aún queda mucho por hacer», resume la dibujante.

Moderna de Pueblo es un personaje que Córcoles creó para un blog en 2010, una rubia (entonces) veinteañera «de provincias», que parodiaba con ironía la vida «cool» y el postureo de la gran ciudad.

Un personaje que dio el salto al mundo editorial, convirtiéndose en un fenómeno tanto en su versión en papel («Soy de pueblo», «Los capullos no regalan flores», «Cooltureta»…) como en las redes sociales (1,6 millones de seguidores es Instagram y 170.000 en Twitter) y que ha llegado a vender más de 100.000 ejemplares de «Idiotizadas» (Zenith, 2017), libro anterior a «Coñodramas».

Con este título de «Idiotizadas», Moderna va a convertirse en película de la mano de Álex de la Iglesia como productor (Pokeepsie) y de Eva Hache como directora, en un proyecto con la participación de Atresmedia que, según explica el tándem creativo, todavía no tiene nombre para los roles principales, y que todo apunta pueda estrenarse a finales de 2021 o principios del 2022.

«Estamos viendo qué papel nos van a dejar jugar en el proyecto, y no lo tenemos muy claro», reconoce Córcoles, que, por otro lado, sí que tiene alguna sugerencia para poner rostro a Moderna.

«Hemos propuesto abiertamente a Gakian (una influente barcelonesa), una cómica que nos encanta y que además encaja mucho con los valores de Moderna, aunque la otra opción que nos gusta es la idea del cástin abierto; con ‘Yo soy la Juani’ lo hicieron y molaría muchísimo. Pero creo que no tenemos ese poder de decisión. La última palabra es de la productora», se resigna la ilustradora.