Redacción – Quiero ser candidato a la alcaldía de Barcelona en las próximas municipales de mayo del 2019, porque me he propuesto rescatar la ciudad en la que vivo desde hace unos 40 años y proyectarla en el mundo. Proyectarla como consecuencia de los aberraciones cometidas tanto por la casta soberanista como por aquellas otras fuerzas que gobiernan el Consistorio pero riendo las gracias a las políticas antiespañolas. Barcelona (España), jueves 13 de marzo de 2019.
¿Por qué soy candidato a la alcaldía de Barcelona?
Sin ser de la casta política sino del mundo de la empresa, tantos años del procés independentista como los últimos 4 años de gobierno de Colau, han hecho de Barcelona una ciudad que ha perdido muchos enteros entre los españoles, los propios barceloneses y los millones de turistas que nos visitan. Por si fuera poco, han caído las inversiones y se han fugado miles de empresas, y las que quedan o podrían quedar huyen por las nefastas decisiones adoptadas.
Barcelona se considera el bastión de los soberanistas y la capital de aquella Catalunya que desean instrumentalizar para sus fines independentistas. Cuando hace un año alcé mi voz contra las tropelías de los políticos indepes y contra los golpistas enfrentados a la Constitución Española, el Estatut de Cataluña y el estado de derecho, mucha, mucha gente no se esperaba mi reacción crítica contra todos ellos y hoy cerca de unos 15.000 me animaron a dar el paso para presentarme a las elecciones municipales.
Por eso además, me he propuesto combatir la falta de garantías del soberanismo y aliarme con el estado de derecho para que vuelva el Orden y la Justicia que parecen haber desaparecido de escena. Soy también de los que piensan que “fuera de la Ley no hay Democracia”.
Con mi candidatura quiero además trabajar para ilusionar a todos los barceloneses con una serie de proyectos estrellas a desarrollar a largo plazo, emulando si se puede las pasadas Olimpiadas del 92.
Asimismo quisiera situar en el mapa a Barcelona en el mundo, a diferencia de mis contrincantes, como la capital europea de los nuevos motores económicos del futuro que resumo en: la economía verde y la economía digital. Asimismo afianzar Barcelona como capital del Mediterráneo, city de la inclusión y segunda capital española atrayendo algunas sedes ministeriales como ya hacen otros países federalistas europeos.
Yo, Karl Jacobi, que procedo del mundo de la iniciativa privada, jamás me había planteado entrar en política, hasta que me he dado cuenta que a lo mejor hace falta gente de fuera, experimentada en gestionar equipos y presupuestos como en una empresa privada que se debe al mercado e inversores, sabiendo priorizar para aportar soluciones concretas y para hacer frente no solo a los retos derivados del soberanismo sino también a los desafíos del futuro, que no son pocos como son: la revolución 4.0, la lucha decidida contra el cambio climático a escala municipal, sentar las bases para atraer talento y crear empleo, así como recuperar muchas de las 5.000 empresas y organismos internacionales fugados con Puigdemont y Colau, y otros tantos que están en riesgo de deslocalizarse de nuestra Barcelona si no lo evitamos.
Quiero que mis hijos y mis nietos puedan retornar a Barcelona y vivir con paz y seguridad, cosa que hoy no ocurre, porque una minoría ha impuesto una especie de “dictadura catalana” contra todo aquel que no piense y actúe como aquellos políticos, sus brazos revolucionarios y sus medios subvencionados, que han tensionado la convivencia de todos los barceloneses, catalanes y resto de españoles por un sueño imposible fuera de la ley y fuera de la Democracia.
