Piden a los vecinos que sean un «radar» para detectar el maltrato infantil en Cataluña

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FOTOGRAFÍA. Hospitalet de Llobregat (Barcelona), 30.03.2020. Vecinos de L'Hospitalet salen a sus balcones como cada día a animar y homenajear a los sanitarios, cuando se cumple el decimoquinto día del estado de alarma decretado por el Gobierno por la pandemia de coronavirus. Efe

Efe – Los Mossos d’Esquadra han pedido a los ciudadanos que durante el confinamiento extremen la atención y sean una especie de «radar» para detectar casos de abuso sexual y maltrato infantil en el vecindario, ante el riesgo de que pasen desapercibidos por el aislamiento de las víctimas. Barcelona (España), miércoles 1 de abril de 2020.

En una entrevista a Efe, la jefa de la Unidad Central de Proximidad y Atención al Ciudadano de los Mossos, la inspectora Montserrat Escudé, ha advertido de que en colectivos vulnerables, como los menores, siempre existe una «cifra negra» de casos que no afloran, pero temen que con el confinamiento aún sea mayor, ya que la mayoría de maltratos se producen en el entorno familiar.

Según Escudé, con los menores encerrados en casa se pierde una de las vías más habituales para saber si son víctimas de abusos o maltrato en su casa: bien porque lo detecta el profesor o bien porque el niño lo cuenta a un amigo de la escuela y ese a sus padres y de ahí se abre el ciclo para que el caso llegue a la policía.

Con el confinamiento, que brinda a los maltratadores y abusadores su escenario ideal -ya que siempre buscan el aislamiento de la víctima-, se reducen las posibilidades de que pueda entrar en escena una tercera persona para denunciar la situación.

«En este caso, si los vecinos oyen gritos, lloros constantes de un menor o cualquier situación que intuyan que pueda obedecer a la violencia en el domicilio, que lo comuniquen», ha pedido la inspectora, que ha reconocido que el confinamiento deja «poco margen» para detectar malos tratos o abusos a menores: «Todo lo que no se nos comunique queda muy soterrado».

Por este motivo, los Mossos apelan a los vecinos a que actúen como «radares», al igual que a los responsables de supermercados y farmacias -los pocos establecimientos que siguen abiertos en el confinamiento-, y que a la mínima sospecha que detecten se conviertan en un «altavoz» del menor.

Se trata, según Escudé, de ejercer una «responsabilidad comunitaria» especialmente imprescindible en esta etapa de confinamiento en que, por lo general, las denuncias han caído un 83 % en el conjunto de delitos, pero que en casos como la violencia machista o la que se ejerce contra los menores ven agravado el riesgo, al convivir aislados con el maltratador.

«Lo que nos preocupa es que hay entre el 70 y el 80 % de la violencia y abuso sexual infantil que se comete en el entorno familiar. El aislamiento, que es la estrategia que utiliza el maltratador, se agrava porque ya existe un confinamiento real, físico», ha indicado.

Escudé ha detallado además que ya se han dado casos de profesores que en charlas virtuales con sus alumnos han detectado casos susceptibles de ser víctimas de malos tratos, por lo que han aplicado los protocolos que ya tienen en marcha las escuelas.

Y con los menores sin poder salir de casa y con la mayor parte del tiempo enganchados a las redes sociales, la inspectora ha pedido además que los padres no bajen la guardia respecto al ciberacoso y la sextorsión, porque ahora los menores están más expuestos, ya que dedican más tiempo a internet.

«Hay que estar muy atentos», ha recomendado la inspectora, que ha pedido que se aborde en el ámbito familiar el acompañamiento para enseñar a los hijos a no contactar con desconocidos para evitar los perfiles falsos detrás con que se ocultan los ciberacosadores.

Precisamente por ello, desde la fundación Vicki Bernadet, la psicóloga Pilar Polo ha instado a las familias a tomarse el confinamiento como «una oportunidad para observar, escuchar y hablar» con los menores y detectar así situaciones de abusos ya que, tal como ha enfatizado, de un modo u otro siempre acaban comunicando lo que les sucede.

«Es un buen momento para hablar del respeto al cuerpo y ahora que el contacto está prohibido, que nadie puede obligarte a hacer nada que no quieras», ha continuado antes de defender que es el momento idóneo para abordar asuntos que difícilmente surgen en el día a día.

De acuerdo con Polo, también es imprescindible estar atentos a los «silencios», dado que cuando el abusador y el menor conviven bajo el mismo techo es posible que no se oigan muchos ruidos, lo que puede servir de alerta. «Es importante observar si las dinámicas familiares han cambiado mucho estos días», ha insistido.

Por otro lado, la psicóloga Patrícia Bosch, de la asociación Àngel Blau, ha puesto sobre la mesa otra asunto peliagudo: la «vulnerabilidad» de las personas pedófilas.

«En la medida en la que les ofrecemos apoyo, estamos evitando nuevas víctimas», ha sostenido al destacar la relevancia de que cuenten con herramientas y recursos para aliviar su «angustia y estrés» y puedan «romper el silencio» de modo que no comentan abusos o acoso o consuman pornografía infantil.

«Es clave dotar de estrategias a los menores para que se empoderen y aprendan a decir no y también a los pedófilos para aliviar su malestar personal y que no cometan abusos», ha recalcado.