Progresismo al galope 

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 07.10.2020. Irene Montero Gil, la ministra de Igualdad del Gobierno de coalición de ultraizquierda del presidente Pedro Sánchez (PSOE) y de su marida a ella (Irene Montero) el vicepresidente Pablo Iglesias, se dirige a comparecer ante la Comisión de Igualdad del Congreso, este miércoles, en Madrid. Efe

El progresismo es fantasioso, va viento en popa metido en el paquebote fascio-comunista de los años 30-40 del siglo XX. Montan una acémila con la que quieren cabalgar al galope tendido pensando que montan un purasangre.

Y eso lo ven los tuertos, los tontos, y hasta los zascandiles. Pero nunca lo verán los fanáticos casquivanos, los tarúpidos y zurumbáticos que siguen borreguilmente a los carcunda (de ideas retrógradas). Es lo fácil, es la moda, luce y se exhibe porque manda en sus calzones.

La salvaje manipulación de la opinión pública donde el gobierno progresista se ha instalado es la antítesis de la democracia. ¡Lamentable espectáculo el que ofrece el 4º poder! Servilmente arrodillado a los sucios pies de dirigentes que abonan con dinero público el muladar en que han convertido a ese 4º poder. Poder que ha perdido nombre, honor, crédito y hasta razón de ser en esas condiciones; todos los que se han dejado…comprar.

Primero y cuarto poderes, a lomos de su acémila, han llegado en su trote progresista, a las puertas mismas de la parca en cuyos brazos se han lanzado con gran deleite «para ser libres de no poder nunca más elegir», nunca más ser libres. ¡Qué deliciosa libertad elegir librarse de ser libres!

Pero eso es solamente una pequeña parte de su progreso. Van logrando que las colas del hambre ya no tengan término. El gobierno las promociona, y el 4º poder las silencia ¿Se trata de multiplicar candidatos a la eutanasia? No bastan las numerosas eutanasias de mayores en residencias, hay que darle gente a la nueva ley y el cuarto poder se apresta, colabora «desinteresadamente», que para eso cobra.

Y surge, como por encanto, un Maestre que se exhibe en periodismo proponiendo formar chivatos en el ejército y las fuerzas del orden, algo así como comisarios políticos. Solo le falta montar pantallas estilo «1984» y llenar con ellas el territorio español. Le podemos proponer a él para “gran hermano” a quien seguirían todos los “primos” más arriba mencionados.

El más reciente progreso de este gobierno progre: pone bandera y escudo de España hasta en las míseras vacunas empaquetadas cual si de féretros estatales se tratara. ¡Qué progreso! ¿Consultó acaso con el vice? Pues le puede caer gorda, porque no era esa la enseña que él recomendara. ¡Cuánta miseria propagandística para tan miserable gobernanza!

Veamos más progresismo, ¡y bien rancio! La ministra de igualdá, Irene Montero Gil, se atribuye que las vidas del 0´4 % de los españoles “sean valiosas y dignas de ser vividas”. Parece ser que antes de la ministra esas vidas no valían nada y eran indignas de ser vividas. Es así como se expresa quien con entusiasmo vota para que otras vidas, que quizás son valiosas y muy dignas, sean aniquiladas o exterminadas porque en un tiempo de sus vidas han sufrido, han sido débiles o han sido manipuladas por mor de la legal eutanasia. ¿Cómo podemos casar esas contradicciones tan progres?

Gobierno de progreso que ha degradado la política hasta el extremo de colgar el social-comunismo del dinero de los plutócratas mundiales ultra-capitalistas. ¿Cómo podemos casar esa contradicción tan progre? Gobierno social-comunista a las órdenes del gran capital mundial; o sea, la total tergiversación de todo cuanto las izquierdas dicen, predican, planifican, engañan, porque su soporte amigo es ahora el gran capital mundial. Así se entiende que les interese más crear pobreza subvencionada que crear empleo, que fomentar el desarrollo y que atender al bien común que incluye (y muy especialmente) a los más necesitados. ¡No hombre, no, eso lo resuelven las colas del hambre!; por cierto, allí están todos ayudando, menos la administración pública que está a lamer plutócratas.

¿Cuánto de progre tiene que un presidente sea el burladero de sus colegas en el gobierno, que el mismo Parlamento se ríe de él, que es la mofa de media ciudadanía, que es el outsider en Europa, que se le ningunea en el medio mundo que conoce la realidad de la España amañada por él? Todo eso tiene de progre. Progresar a nuestra costa lo hace el marroquí que sabe tomar por «el pito del sereno» al mamerto que rige España.

Pero eso es poco, al lado de ser sistemáticamente burlado por el zascandil cobijado, cual conejo agazapado, pero con uñas de halcón; cuando las saca y las muestra al jefe, éste se baja los pantalones, y lo que haga falta, ¡Eso es ser un líder progre, sí señor!

Las ideas necesariamente conllevan consecuencias y las palabras siempre tienen significado. Cuando cambiamos palabras, cambian los significados. Si cambiamos la palabra Democracia por la palabra Soros, todo es trastocado. Cuando cambian la palabra comunismo por Bill Gates, ya nada significa lo mismo. La primera consecuencia, fruto de la ideología progre, es que quedan totalmente abandonados los manipulados trabajadores, los autónomos, los pequeños empresarios, los obreros; o sea, el pueblo, es lo que significa «no dejaremos a nadie atrás», está claro. La segunda consecuencia es «colas del hambre» cada día mucho más largas. La siguiente consecuencia es que vendrán a esas colas a comprar votos que quedarán cautivos de por vida, si las mentes no se encienden cuando vayan a votar.

Eso es el progresismo. La historia continúa.

Isidro García Getino