Puigdemont: «España debe pedir perdón por el 155 y sus crímenes franquistas en Cataluña»

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FOTOGRAFÍA. BÉLGICA, AÑO 2020. El juez belga encargado de resolver la euroorden cursada por el Tribunal Supremo español contra los huidos del Procés, el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont (i) y su exconsejero Toni Comín, se pronunciará el 18 de febrero sobre si anula o suspende la orden de detención y entrega en virtud de su inmunidad como europarlamentarios. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias – El prófugo de la Justicia española, Carles Puigdemont Casamajò: «No se podrá pasar página de los hechos acontecidos en otoño de 2017 en Cataluña hasta que el Estado pida perdón por la activación del 155». «El Artículo 155 de la Constitución Española en 2017 en Cataluña fue un golpe de Estado con responsables directos e indirectos y una venganza contra todo el pueblo de Cataluña». «No se puede pasar página inocentemente sin asumir responsabilidades (…) Ya se hizo con error con el régimen del 78. Se pidió lo mismo: pasemos página, no hace falta que investiguemos los crímenes del franquismo, no hace falta que restituyamos los derechos que se pisaron de tantas familias», ha dicho. Videoconferencia Parlamento de Cataluña (Barcelona) España, martes 4 de febrero de 2020.

El prófugo de la Justicia expresidente del Gobierno cesado por el Artículo 155 de la Constitución española y golpista de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont Casamajò, ha advertido este martes de que «no se podrá pasar página de los hechos acontecidos en otoño de 2017 en Cataluña hasta que España pida perdón» por la activación del Artículo 155 de la Constitución Española y la «represión de España» que conllevó, que perjudicó «a todos los catalanes (los separatistas)».

El golpista que fuera presidente de Gobierno regional durante el referéndum ilegal no autorizado por la Justicia del 1-O en Cataluña ha comparecido por videoconferencia desde la Eurocámara ante la comisión del Parlamento de Cataluña que investiga la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que siguió a la declaración Unilateral de Independencia de Cataluña (DUI), y lo ha hecho una semana después de que lo hicieran los exconsejeros golpistas de su Gobierno cesado encarcelados por sedición.

«No se puede pasar página inocentemente sin asumir responsabilidades (…) Ya se hizo con error con el régimen del 78. Se pidió lo mismo: pasemos página, no hace falta que investiguemos los crímenes del franquismo, no hace falta que restituyamos los derechos que se pisaron de tantas familias», ha dicho.

Puigdemont ha defendido que, tras el 1-O, buscó abrir una vía de diálogo con el Estado -«recibí críticas de sectores que hoy dan lecciones de moderación y me acusan de radical», ha deplorado- para evitar la intervención de la autonomía catalana, pero finalmente optó por la declaración unilateral de independencia como «única opción digna y democrática» frente a la actitud del Gobierno del Reino de España.

El huido de la Justicia ha asegurado que «el 155 fue un golpe de Estado con responsables directos e indirectos» y «una venganza contra todo el pueblo de Cataluña».

Se ha preguntado asimismo si «alguien duda aún de que la convocatoria de elecciones no habría frenado el golpe de Estado del 155», en línea de lo escrito por Puigdemont del Gobierno Mariano Rajoy en su libro pero en contra de lo que en esta misma comisión opinó el expresidente catalán, José Montilla (PSOE -PSC-).

Para Puigdemont, el 155 supuso «la liquidación de las escasas esperanzas que todavía quedaban casi 40 años después de la aprobación de la Constitución» y, por otra parte, la «única manera» que el Estado encontró para que los catalanes sigan siendo «sus súbditos».

Ha afirmado que su «principal preocupación», visto que el Estado consideraba la posibilidad de suspender el autogobierno catalán, fue «frenar» el 155 y «salvaguardar a las instituciones del zarpazo que se quería efectuar sobre toda Cataluña».

Pero el diálogo que dice que intentó abordar no fructificó porque «se quiso aplicar la venganza» y los poderes del Estado, empezando por el Gobierno, «decidieron perjudicar el normal funcionamiento del país. Como castigo, no como solución».

«He sido sincero. Abordé seriamente y honestamente la posibilidad de unas elecciones y creo que si el Estado hubiera ofrecido garantías, incluso con las incomprensiones que en aquel momento se hubieran dado, yo habría convocado elecciones», ha indicado.

El golpista ha dicho que para el separatismo «la violencia nunca ha sido una opción» mientras que ha lamentado que los representantes de España no hayan «contestado nunca» a la pregunta de si piensan «renunciar a la violencia para impedir la independencia de Cataluña».

Ha ironizado asimismo con el acto de «justicia poética» que, a su juicio, es que los líderes políticos de aquel momento en las instituciones del Estado «hoy ya no están» porque «la gente les ha echado, les ha castigado», mientras que él es eurodiputado y otros de los líderes del proceso separatista en Cataluña (Procés), aunque en la cárcel, siguen mereciendo la confianza de los electores.

En la sesión en la que ha intervenido el huido d ela Justicia española Carles Puigdemont Casamajò han participado los partidos separatistas: JxCat, ERC, los comunes y la CUP mientras que se han ausentado, como es habitual en esta comisión, los representantes de Ciudadanos, PSC-Units y PP.