Waterloo (Bélgica), sábado 10 de agosto de 2024 (Lasvocesdelpueblo).- El fugitivo separatista, expresidente del Govern de la Generalitat de Catalunya y líder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont: «¿No les cae la cara de vergüenza? He estado nunca en ningún maletero de coche», advirtió hoy concretando que ya había llegado a Waterloo (Bélgica) y que escribía, asimismo, desde el chalet «Casa de la República Catalana» una reflexión sobre su viaje a Barcelona (Reino de España) y su posterior huida con la ayuda de la Policía de la Generalitat de Catalunya Mossos d’Esquadra; una evidencia con dos agentes detenidos por parte de los mismo Mossos d’Esquadra por estrecha colaboración con el fugitivo en su nueva huida de la Justicia.
«Hoy estoy en Waterloo (Bélgica) después de unos días extremadamente difíciles», expresó el fugitivo Carles Puigdemont Casamajó anoche, viernes 9 de agosto de 2024, pasado las 21:05 horas de -«9:05 p. m.»-, en sus redes sociales, de acuerdo con datos de la red social X.
Añade: «Hay que analizar la situación política y poner en perspectiva la razón profunda de la operación que hizo posible lo que ocurrió ayer» en Barcelona (Reino de España. «Y lo haré», agrega.
Continúa el prófugo: «Pero son miles de kilómetros en muy pocos días y muchas jornadas de una tensión difícil de explicar, y confío en que se entienda que me hagan falta todavía unas horas para reponer y coger aire», puntualiza.
Procede: «Lamentablemente, hoy el inefable Departamento de Interior de nuestro Gobierno de la Generalidad de Cataluña (de pere aragonés García, ERC) ha perpetrado una de las ruedas de prensa más deplorables que recuerdo, y me siento obligado a hacer un comentario».
Continúa el golpista fugitivo: «No puedo creer que la caza de brujas que se ha desatado contra algunas personas concretas, simplemente porque las han visto a mi lado en momentos determinados, sea protagonizada desde ámbitos políticos que se llenan la boca de lucha antirrepresiva», dice a sus socios secesionistas de la ultraizquierda separatista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
afirma: «La ola represora que ha desatado el conseller de Interior del Govern de la Generalitat de Catalunya en funciones, Joan Ignasi Elena García (ERC), y el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent Peña, es digna del Ministro de Interior del Gobierno de España, Fernando Grande-Marlaska Gómez (PSOE), o del exministro de Interior de Gobierno de España, Juan Ignacio Zoido Álvarez (PP)».
Señala: «He de decir que algunas cosas no me sorprenden, como eso que yo llevo un sombrero de paja (no voy a llevar ninguna, tampoco he estado nunca en ningún maletero de coche, y tampoco he residido nunca en Hamburgo: cosas que se inventan en los atestados policiales y tienen siempre aquello de la «presunción de veracidad»).
Dice: «Me sabe muy grave por las personas que están recibiendo la ira de unos responsables políticos y policiales que saben que no han estado nada a la altura del momento».
Concreta: «La reciben porque el consejero y el comisario jefe han tenido una rebeldía al ver que el espantoso, incomprensible y a vueltas delirante dispositivo policial no la ha entendido nadie y solo ha servido para molestar a los ciudadanos», recuerda diciendo pura verdad porque Consejería de Interior y Cúpula de los Mossos, pudiendo detenerlo durante su discurso en el Monumento Arco de Triunfo, no lo hicieron por razones claramente políticas: no querían detenerlo sino permitir que haga lo que quisiera porque para la «Policía patriótica» Mossos d’Esquadra, los más importante era la investidura del zurdo Salvador Illa Roca (PSC), tras acuerdo de investidura entre ERC y PSC. Su detención provocaría la suspensión del debate que posiblemente nunca se volvería a reanudar ante manifestaciones por toda Cataluña y un adelanto electoral sería una catástrofe para ERC y PSC y posiblemente un histórico resultado para Junts.
sigue: «Y para gastar inútilmente dinero público, que harían más servicio combatiendo la delincuencia y el crimen organizado que persiguiendo a políticos que no tienen ni una sola condena y castigando a agentes de los Mossos d’Esquadra por su compromiso cívico, y no porque hayan cometido ningún delito».
Afirma: «Ya digo que no he tenido nunca la voluntad de entregarme voluntariamente ni de facilitar mi detención porque me parece inaceptable que se me esté persiguiendo por razones políticas y que, encima, no se esté aplicando la ley de amnistía».
Ataca: «Entiendo las razones por las que el Tribunal Supremo tiene la obsesión por tenerme en sus manos pero ni el operativo ni la reacción de los mandos políticos y policiales de los Mossos es comprensible ni aceptable».
A su juicio: «A los Mossos no se les debe pedir lealtades a ideas y narrativas políticas». porque: «eso lo hacen los españoles con su Policía y la Guardia Civil». «Aquí hemos defendido siempre un modelo policial propio y de carácter nacional, que se lo creen muchos agentes que tienen vocación de servicio público. Como presidente, me siento muy orgulloso del papel de los Mossos d’Esquadra en la gestión de los atentados de Barcelona y Cambrils, y de la forma en que los mandos supieron atajar una crisis en la que también tenían que competir con otros cuerpos policiales».
Defiende: «Y todo el mundo sabe que el Mayor José Lluís Trapero no era precisamente de la cuerda política del Govern de la Generalitat de Catalunya de 2017. Pero entonces actuó con una gran responsabilidad y un gran sentido de la institución, que es lo que sí le podíamos exigir el consejero Joaquim Forn Chiariello y yo mismo como responsables políticos».
Vocifera: «Y cuando se decidió montar una ‘Operació Gàbia’ (Operación Jaula) fue porque había que atrapar a unos terroristas que acababan de perpetrar una masacre en La Rambla de Barcelona; unos terroristas; gente que acababa de asesinar indiscriminadamente; no un responsable político que tiene una orden de detención que toda Europa ha rechazado y que, por descontado, no ha matado a nadie. ¿Cuántas órdenes de detención hay en estos momentos vigentes contra ladrones, violadores, narcotraficantes y asesinos? ¿Y cuántos dispositivos como el de ayer se están montando? ¿No les cae la cara de vergüenza?».
Manifiesta: «La degradación a la que los comparecientes de la rueda de prensa de hoy han arrastrado el cuerpo de Mossos d’Esquadra será muy difícil de revertir. La vía hacia su españolización (principalmente en el sentido de modelo policial) comenzó con un tripartito y culminará con un gobierno que el propio tripartito ha hecho posible».
Sentencia: «Y una consideración final» -dice- «si el consejero Elena y el departamento de Interior hubieran cumplido con la ley y me hubieran dado la escolta que me corresponde, habrían sabido en todo momento cuál era mi recorrido por Barcelona y por Cataluña». «No les habría sido necesaria la delirante operación de ayer, que formará parte para siempre más de su biografía pública y no como un mérito precisamente».
El fugitivo Carles Puigdemont Casamajó, como no podría ser de otra manera, lo ha expresado en dialecto catalán.
TEXTO EN DIALECTO CATALÁN| «¿No les cae la cara de vergüenza?»
Carles Puigdemont Casamajó
Avui sóc a Waterloo després d’uns dies extremadament difícils. Cal analitzar la situació política i posar en perspectiva la raó profunda de l’operació que va fer possible el que va ocórrer ahir. I ho faré. Però són milers de quilòmetres en molt pocs dies i moltes jornades d’una tensió difícil d’explicar, i confio que s’entengui que em calguin encara unes hores per reposar i agafar aire.
Lamentablement, avui l’inefable Departament d’Interior del nostre Govern ha perpetrat una de les rodes de premsa més deplorables que recordo, i em sento obligat a fer-ne un comentari. No puc creure que la caça de bruixes que s’ha desfermat contra algunes persones concretes, simplement perquè les han vist al meu costat en moments determinats, sigui protagonitzada des d’àmbits polítics que s’omplen la boca de lluita antirepressiva. L’onada repressora que ha desfermat el conseller Elena i el comissari en cap dels Mossos és digna de Marlaska o de Zoido. He de dir que algunes coses no em sorprenen, com això que jo vaig dur un barret de palla (no en vaig portar pas cap, tampoc no he estat mai en cap maleter, i tampoc no he residit mai a Hamburg: coses que s’inventen en els atestats policials i tenen sempre allò de la «presumpció de veracitat»)
Em sap molt de greu per les persones que estan reben la ira d’uns responsables polítics i policials que saben que no han estat gens a l’alçada del moment. La reben perquè el conseller i el comissari en cap han tingut una rebequeria en veure que l’espantós, incomprensible i a voltes delirant dispositiu policial no l’ha entès ningú i només ha servit per molestar els ciutadans. I per gastar inútilment diners públics, que farien més servei combatent la delinqüència i el crim organitzat que no pas perseguint polítics que no tenen ni una sola condemna i castigant agents dels Mossos d’Esquadra pel seu compromís cívic, i no pas perquè hagin comès cap delicte.
Ja vaig dir que no he tingut mai la voluntat d’entregar-me voluntàriament ni de facilitar la meva detenció perquè em sembla inacceptable que se m’estigui perseguint per raons polítiques i que, al damunt, no s’estigui aplicant la llei d’amnistia. Entenc les raons per les quals el Tribunal Suprem té l’obsessió per tenir-me a les seves mans però ni l’operatiu ni la reacció dels comandaments polítics i policials dels Mossos és comprensible ni acceptable.
Als Mossos no se’ls ha de demanar lleialtats a idees i narratives polítiques. Això ho fan els espanyols amb la seva Policia i la Guàrdia Civil. Aquí hem defensat sempre un model policial propi i de caràcter nacional, que se’l creuen molts agents que tenen vocació de servei públic. Com a president, em sento molt orgullós del paper dels Mossos d’Esquadra en la gestió dels atemptats de Barcelona i Cambrils, i de la forma com els comandaments van saber entomar una crisi en què també havien de competir amb altres cossos policials. I tothom sap que el Major Trapero no era precisament de la corda política del Govern. Però aleshores va actuar amb una gran responsabilitat i un gran sentit de la institució, que és el que sí li podíem exigir el conseller Forn i jo mateix com a responsables polítics. I quan es va decidir muntar una operació Gàbia va ser perquè calia atrapar uns terroristes que acabaven de perpetrar una massacre a la Rambla. Uns terroristes. Gent que acabava d’assassinar indiscriminadament. No un responsable polític que té una ordre de detenció que tota Europa ha rebutjat i que, per descomptat, no ha matat ningú. Quantes ordres de detenció hi ha en aquests moments vigents contra lladres, violadors, narcotraficants i assassins? I quants dispositius com el d’ahir s’estan muntant? No els cau la cara de vergonya?
La degradació a què els compareixents de la roda de premsa d’avui han arrossegat el cos de Mossos d’Esquadra serà molt difícil de revertir. La via cap a la seva espanyolització (principalment en el sentit de model policial) va començar amb un tripartit i culminarà amb un govern que el mateix tripartit ha fet possible.
I una consideració final. Si el conseller Elena i el departament d’Interior haguessin complert amb la llei i m’haguessin donat l’escorta que em pertoca, haurien sabut en tot moment quin era el meu recorregut per Barcelona i per Catalunya. No els hauria calgut la delirant operació d’ahir, que formarà part per sempre més de la seva biografia pública. I no pas com un mèrit precisament.
Waterloo (Bélgica), viernes 9 de agosto de 2024| Puigdemont: «¿No les cae la cara de vergüenza?».
Avui sóc a Waterloo després d’uns dies extremadament difícils. Cal analitzar la situació política i posar en perspectiva la raó profunda de l’operació que va fer possible el que va ocórrer ahir. I ho faré. Però són milers de quilòmetres en molt pocs dies i moltes jornades d’una…
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) August 9, 2024