Racismo Institucional

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 10.06.2021. El presidente de Gobierno de coalición nacionalsocialista separatista de la Generalidad de Cataluña de ERC y JxCat apoyado en CUP, Pere Aragonès García (ERC), durante el acto en que el grupo de expertos creado por su régimen en la Generalidad de Cataluña para diseñar la «Cataluña de 2022», formado por quince hombres y quince mujeres de diferentes ámbitos y disciplinas, han presentado este jueves las conclusiones de su trabajo. Efe

Barcelona (España), jueves 17 de junio de 2021. Dicen los expertos en psicología que el primer paso para curarse emocionalmente de una crisis, es pasar un duelo. Aceptar los hechos tal y como son, sin adornos, ni paños calientes y así poder hacer borrón y cuenta nueva desde la verdad, por muy dolorosa que esta sea. Si no se acepta lo ocurrido, nunca podrás superarlo.

Esta semana he podido reafirmarme en mis creencias sobre la doctrina nacionalista y los conflictos emocionales que ha provocado en toda la sociedad Catalana, tanto en las mentes de los ciudadanos nacionalistas, como en las mentes de los más tenaces y aguerridos luchadores constitucionalistas. He visto la profunda la herida emocional que ha provocado el nacionalismo tras décadas de adoctrinamiento, dejando una sociedad dividida en dos, disminuida y en pleno retroceso. Esta herida va a tardar mucho en cicatrizar y superarse.

Estuve en una reunión con «compañeros del metal». Todos los allí reunidos teníamos la mejor de las intenciones y nos unía un espíritu de mejorar nuestra sociedad y defender nuestros derechos como ciudadanos de Cataluña. La voz del Constitucionalismo. No voy a entrar en más detalles.

Durante mi intervención afirmé que en Cataluña, los españoles estábamos sufriendo Racismo Institucional. Cuál fue mi sorpresa que el mero hecho de escuchar la palabra Racismo, provocó un sarpullido en parte de los miembros de la mesa. Incluso alguno llegó a tachar el término de poco elegante, otros comentaban que había que suavizar el termino para hacerlo más transversal o aceptable.

Históricamente, el Nacionalismo esta intrínsecamente ligado al racismo, es una ideología excluyente que necesita odiar al otro para reafirmarse en sí mismo. Será políticamente incorrecto, una verdad incómoda, pero no tiene nada que ver con la elegancia. Creo para luchar contra esta doctrina de odio, es importante conocer los hechos históricos y tener argumentos.

La hostilidad de los gobernantes de Cataluña hacia lo español es constante. Son Hispanófobos. En cualquier otra nación europea sería imposible que un gobernante emitiera un discurso antisemita o islamófobo, sin que tuviera ninguna consecuencia penal, repercusión política o rechazo frontal de la sociedad.

Sin embargo, aquí en Cataluña nos pueden llamar a los españoles, atrasados o duros de mollera. Decir «inmigrantes andaluces» de forma peyorativa. Incluso directamente que los castellanos que hay aquí son, los pobres o de clase baja.

El sistema de Inmersión lingüística catalán es reaccionario, sectario y dogmático. Vulnera la declaración de derechos del niño y las directrices de la Unesco. La Unión Europea se ha pronunciado en contra y la Generalidad jamás ha acatado ninguna de las sentencias en contra de la inmersión. Utilizan de forma sistemática el sistema educativo, para adoctrinar a la ciudadanía como si viviéramos en el mismo mundo distópico de 1984 del libro de George Orwell.

Yo me pregunto, que ocurre en la conciencia Colectiva del Constitucionalismo que tras escuchar y sufrir este tipo de barbaridades por parte de nuestros gobernantes nacionalistas, somos nosotros mismos, quienes nos autocensuramos y preferimos utilizar eufemismos y edulcorar nuestros mensajes, antes que denunciar los actos racistas de nuestros gobernantes.

Es aquí donde interpelo a cada individuo. Puede que quizá dulcificando la realidad, sea más fácil seguir viviendo. Es más sencillo ponernos una venda en los ojos y seguir tirando, antes de aceptar que somos víctimas de una injusticia y aceptar que nos maltratan. Si ya para un individuo, aceptar el maltrato es difícil, porque nadie elije ser víctima, para la conciencia de un colectivo es mucho más complicado.

Si el constitucionalismo no acepta el hecho de que estamos siendo víctimas de racismo, jamás podremos superarlo.

Ha llegado el momento en Cataluña de luchar por nuestros derechos civiles, de luchar por querer ser como queramos y vivir a nuestra manera. De forma similar a la que se hizo en Estados unidos por los derechos de los afroamericanos o el Apartheid.

Paula Cordera