Responsabilidad ante el Juicio sobre el caso del niño Gabriel Cruz del 9S de septiembre

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FOTOGRAFÍA. ALMERÍA (ESPAÑA), AÑO 2019. Espacio de la «Ballena» dedicado a, Gabriel Cruz, el pequeño asesinado por la expareja de su progenitor, inaugurado por los padres del niño Ángel Cruz y Patricia Ramírez, en Almería. Efe

Efe – La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha pedido este martes a los periodistas y medios de comunicación que mantengan una conducta responsable en el tratamiento informativo del juicio sobre el caso del niño Gabriel Cruz, que arranca el 9 de septiembre en la Audiencia de Almería. Madrid (España), martes 27 de agosto de 2019. 

«Sin perjuicio de proteger el derecho de los ciudadanos a estar informados, los periodistas y los medios deben aplicar estrictamente principios deontológicos básicos como el respeto de las personas a su propia intimidad e imagen», según se fija en las normas del Código Deontológico de la FAPE recordadas con motivo del citado juicio.

Y se recalca que se prestará «especial atención al tratamiento de asuntos que afecten a la infancia y a la juventud y se respetará el derecho a la intimidad de los menores».

Otras normas son que solo la defensa del interés público justifica las intromisiones o indagaciones sobre la vida privada de una persona sin su previo consentimiento y que deben evitarse expresiones, imágenes o testimonios vejatorios o lesivos para la condición personal de los individuos y su integridad física o moral.

Asimismo, se establece que al tratar asuntos en los que medien elementos de dolor o aflicción, el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre los sentimientos y circunstancias de las personas afectadas.

La FAPE ha considerado también que «la conversión de la información en espectáculo es uno de los grandes males que están minando la credibilidad y el prestigio del periodismo» y que el objetivo de lograr la máxima audiencia «no puede conseguirse a base de dar pábulo a rumores, especulaciones y noticias falsas».

Y ha recordado que el periodista también debe asumir el principio de que toda persona es inocente mientras no se demuestre lo contrario, un principio que, en su opinión, «se relega con excesiva frecuencia en beneficio del morbo y del sensacionalismo».