Un neonazi jefe de los CDR en busca y captura confirma que se ha fugado al extranjero

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MATARÓ (BARCELONA) ESPAÑA, 02.06.2018. Vista de al menos un millar de ultras violentos CDR atacando con piedras, botellas, huevos, etc. a los niños, mujeres, jóvenes y ancianos españoles durante la manifestación pacífica de la disidencia catalana en Mataró (Barcelona). Los Mozos independentistas preparan una emboscada a los españoles donde fueron expuestos a la agresión de los dos costados, en el norte y sur de la plaza del Ayuntamiento. Un callejón sin salida, mejor dicho una ratonera, denuncia un manifestante. Más tarde, los mozos detuvieron a un español, tras la manifestación en la Plaza Miquel Biada de Mataró ante aplausos de los independentistas e indignación de los españoles. Además, los mozos independentistas secuestraron a una mujer española y su hija menor en el sur de la plaza del Ayuntamiento de Mataro entre independentistas hasta que vinieran exigir su libertad las españolas y la seguridad del acto con la niña y la madre española en el miedo. Lasvocesdelpueblo (81)

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Desde el extranjero, el joven racista llama a la movilización en cataluña contra las españolas y españoles en la región catalana. Uno de los líder de la organización racista de neonazis en cataluña que se autoproclama ‘Comité de Defensa de la República Catalana’ (CDR) y se hace llamar Adrià, un vecino de Esplugues de Llobregat, comarca del Bajo Llobregat (Barcelona), acusado por la Justicia de sedición, rebelión y pertenencia a grupo terrorista y actualmente en busca y captura por las Fuerzas de Seguridad del estado ha anunciado este viernes, 8 de junio de 2018, que se ha fugado en el extranjero y que, «a pesar de la miedo que siente», está bien. Barcelona (España), sábado 9 de junio de 2018. Fotografía: MATARÓ (BARCELONA) ESPAÑA, 02.06.2018. Vista de al menos un millar de ultras violentos CDR atacando con piedras, botellas, huevos, etc. a los niños, mujeres, jóvenes y ancianos españoles durante la manifestación pacífica de la disidencia catalana en Mataró (Barcelona). Los Mozos independentistas preparan una emboscada a los españoles donde fueron expuestos a la agresión de los dos costados, en el norte y sur de la plaza del Ayuntamiento. Un callejón sin salida, mejor dicho una ratonera, denuncia un manifestante. Más tarde, los mozos detuvieron a un español, tras la manifestación en la Plaza Miquel Biada de Mataró ante aplausos de los independentistas e indignación de los españoles. Además, los mozos independentistas secuestraron a una mujer española y su hija menor en el sur de la plaza del Ayuntamiento de Mataro entre independentistas hasta que vinieran exigir su libertad las españolas y la seguridad del acto con la niña y la madre española en el miedo. Lasvocesdelpueblo (81)

Vídeo. Esplugas (Barcelona), 08.06.2018. Neonazis ultras violentos durante la lectura de la carta del prófugo líder de los CDR de Esplugas, Adriá.

Después de casi dos meses de silencio, tras su huida y de no tener ninguna noticia de él, los racistas miembros de su grupo de apoyo han hecho pública una carta del prófugo ultra racista donde denuncia la «represión» a la que está siendo sometido y donde asegura que la «miedo» que ha sentido desde que el pasado 10 de abril de 2017 la policía se presentó en su casa se ha transformado «en miedo a la indiferencia».

En la misiva, el violento de 25 años también hace un llamamiento a participar en la manifestación convocada mañana domingo, 10 de junio de 2018, a las 17:00 horas de la tarde ante el Ayuntamiento de Esplugues (Barcelona) para denunciar su situación y la «persecución» de que son víctimas: él, Tamara Carrasco y los miembros de los CDR «para protestar pacíficamente».

Dice un agresor que los CDR protestan «pacíficamente». Los mismos que atacan con botellas, bastones, huevos a los niños, bebés, y mujeres españolas en manifestaciones en Cataluña, precisamente en la última de Mataró (Barcelona).

A continuación, reproducimos la carta entera que han leído amigos y familiares:

Carta del neonazi de CDR

«Son las seis de la mañana, cuando me despierto sobresaltado por el ruido de un motor, seguramente imaginario. Me acerco a mirar por la ventana.

Es la tercera vez esta noche, y el número mil estas últimas tres semanas. Igual que las otras novecientas noventa y nueve veces, no veo ningún coche en la ventana. Sólo en el bosque hay un animal que hace su sonido característico cada vez que oye o ve alguna cosa… o cuando le da la gana. Normalmente grita cuando se acerca un coche, pero a veces lo hace sin motivo. De hecho, es una alarma natural que me mantiene alerta por si tengo que salir corriendo.

Aprovecho para ir a la cocina y bebo un vaso de agua. Mientras vuelvo a la habitación me pregunto cuánto de tiempo tendré que vivir con este miedo. Me tapo otra vez y mi subconsciente me susurra la respuesta. Sé que tiene razón, pero de momento me niego a aceptarla.

Hoy, 8 de junio del 2018, un mes y medio después de haber escrito eso, ya hace 59 días que la policía llamaba a mi puerta y amenazaba con echarla abajo si no la abría. Una vez más la mano que mueve el martillo de la injusticia descansa sobre el fusil del miedo, y el dedo que nos señala desde los despachos espera ansioso el gatillo para hacer añicos nuestros sueños.

El miedo a que sentía entonces ha cambiado. Ahora tengo miedo a la indiferencia. A que, a pesar de todo, nos quedemos sentados en la silla inmersos en nuestro papel de espectadores; que todavía haya gente que piense que a la policía nos protege; que al ver a cualquiera de nosotros dentro de un furgón policial gire la cara y diga algo habrá hecho; que sigamos justificando al opresor, el torturador o el soldado que sólo sigue órdenes; que tu vecino se crea toda la mierda que vomitan los medios, y después la vaya predicando bajo la bandera de la verdad; que dentro de la multitud de funcionarios que intervienen en un proceso judicial, no haya ni uno con el valor suficiente para denunciar la injusticia.

Pero, sobre todo, tengo miedo de que la gente tenga miedo. Lo que no sabe el opresor es que con su estrategia nos ha llevado hasta al lado del precipicio, que volver atrás no es una opción cuando miras atrás y ves miles de compañeras gritando dispuestas a saltar contigo, y que una vez nos estemos cayendo ya será demasiado tarde para detenernos y entonces se darán cuenta de que nos caemos encima suyo, sin poder reaccionar.

Es con estas compañeras con las que os animo a salir, este domingo, a las 17.00 en el Ayuntamiento de Esplugues, para denunciar la arbitrariedad y la desproporcionalidad de los hechos que se me imputan, y para dejar bien claro que su represión no nos hará callar».