Varias personas curiosean los libros en Barcelona el Día del San Jorge de Cataluña, primera vez desde hace 2 años por el COVID 19

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 23.04.2021. Varias personas curiosean los libros de una de las paradas de las Ramblas de Barcelona este viernes, cuando Cataluña celebra una esperada "diada" de Sant Jordi que por primera vez desde hace 2 años tendrá puntos de venta de libros y rosas en las calles, aunque sólo frente a las tiendas o en recintos perimetrados, con control de accesos, medidas higiénicas y cita previa para la firma de ejemplares, una jornada que pese a todo dará aire al sector editorial y de la flor. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Varias personas curiosean los libros de una de las paradas de las Ramblas de Barcelona este viernes, cuando Cataluña celebra un esperado Día de San Jorge (Sant Jordi) que por primera vez desde hace 2 años tendrá puntos de venta de libros y rosas en las calles, aunque sólo frente a las tiendas o en recintos perimetrados, con control de accesos, medidas higiénicas y cita previa para la firma de ejemplares, una jornada que pese a todo dará aire al sector editorial y de la flor. Barcelona (España), viernes 23 de abril de 2021.

En el séptimo día consecutivo en Cataluña en el que bajan los ingresados por el coronavirus, las calles de pueblos y ciudades se están llenando desde primeras horas de la mañana de gente que desea celebrar el Día del san Jorge, tras el «apagón» de 2020, cuando la población permanecía confinada.

Antes de las nueve de la mañana, no era raro toparse en el metro de Barcelona o bajando de un autobús con niños pequeños, ataviada ella con un vestido de princesa y él con un antifaz con forma de dragón, mientras otro compañero de escuela iba con un acartonado escudo, con roja cruz pintada.

Ya hace días que se iba hablando de un Dia del Libro y la Rosa descentralizado, diferente a los celebrados en otras ocasiones, pero con ganas de ser muy parecido, aunque ahora haya que llevar mascarilla, mantener distancia social y lavarse las manos constantemente.

Hacia las nueve de la mañana, los técnicos acababan de dar los últimos golpes para montar tenderetes en los diferentes espacios perimetrados de las grandes ciudades (sólo en Barcelona hay once) donde este año se venderán los libros -igual que frente a las librerías- y los escritores firmarán sus ejemplares.

Los puestos de rosas también estaban a punto en ese momento del día e incluso en algunos de Rambla Cataluña ya había colas, mientras los primeros escritores en salir con calzado cómodo para mantener el contacto con sus lectores estaban ilusionados por un día que ven con esperanza y de reinicio de la denominada normalidad.

Las zonas perimetradas más concurridas antes de las doce, eran las del Paseo de Gracia y la de Jardines, con gente esperando para entrar, mientras que en Plaza Universidad y Plaza Real, por ejemplo, era más tranquilo, aunque algunos escritores como Francesc Serés o Carlos del Amor ya tenían el lápiz afilado, igual que la directora del Instituto Ramon Llull, Iolanda Batallé.

En Paseo de Gracia, largas colas para obtener una preciada firma de autores como María Dueñas, Javier Cercas o Gerard Quintana, mientras el cantante y escritor Pau Riba ha aparecido sin mascarilla.

El teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, ha sido uno de los que ha querido que su volumen de «Independencia» fuera firmado por Cercas.

A pesar de que el confinamiento comarcal no se levanta hasta el lunes, podría ser que algunos o unos cuantos hayan aprovechado la jornada para volver a pasear por San Jorge por el centro de la capital catalana desde otras poblaciones.

Al lado de los escritores que firman se puede leer un cartel que indica que «no se permiten selfis», pero si la ocasión lo posibilita hay quien pide al autor poder tomar una imagen con la que celebrar una vuelta casi masiva a las calles.

En algún puesto también se puede leer que solo se admite «pago en efectivo o bizum, no tarjetas».

Carme, que se ha acercado a la Plaza Real, ha considerado que «está muy bien que podamos volver a estar hoy en las calles y es un éxito. Venimos del barrio de Gracia y por Jardines ya no se podía pasar».

Por su parte, Xavier y Ángel, dos jubilados que habitualmente compraban los libros antes de la jornada, hoy están «encantados» de poderlo hacer con cierta tranquilidad en esta plaza del centro de Barcelona.

A pesar de que no hay tenderetes en las Ramblas, desde primera hora hay colas en las floristerías de la popular vía, mientras las terrazas de bares y restaurantes del centro están prácticamente ocupadas en su totalidad.

En Gerona, la celebración se ha desplazado hasta el Parque de la Devesa, mientras que en Lérida se ha apostado por la Avenida Francesc Macià y Tarragona ha optado por volver a la Rambla Nova, como ya es tradicional.