El ex-secretario general del PP y su socio tenían 19 cuentas bancarias millonarias en Suiza

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El ladrón del PP, Francisco Granados (i), junto a su jefa, Esperanza Aguirre (d) durante un acto de campaña del PP en la capital del País. Foto Efe.

Efe – El ex secretario general del PP en Madrid Francisco Granados y su socio David Marjaliza, y sus mujeres también como titulares, contaban con 19 cuentas bancarias millonarias en Suiza, algunas a nombre de sociedades controladas por ellos. Madrid, 18 febrero 2016. Fotografía: El ladrón del PP, Francisco Granados (i), junto a su jefa, Esperanza Aguirre (d) durante un acto de campaña del PP en la capital del País. Foto Efe.

Según figura en la parte del sumario del caso Púnica cuyo secreto se ha levantado hoy, Granados y su esposa, Nieves Alarcón, abrieron una cuenta en la entidad BNP Paribas de Suiza con fondos procedentes de otro banco en la que entre 2000 y 2006 hicieron ingresos por importe de 1,5 millones de euros.

Presumiblemente la cuenta fue cancelada en 2007, pero transfirieron los fondos, por importe de 1,7 millones de euros, a otra cuenta abierta en Suiza a nombre de la sociedad Costarricense DROZ&CO cuyo beneficiario era Marjaliza, según el sumario. Existían además otras cuatro subcuentas en diferentes divisas en las que al menos se ingresaron cerca de 1,3 millones entre los años 2007 y 2012.

Mientras, Marjaliza y su mujer, Adela Cubas, abrieron una cuenta en el BNP Paribas, que recibió entre febrero de 2003 y mayo de 2006 la cantidad de 4,1 millones. Ese montante fue transferido a otra cuenta abierta en el 2006 en esa misma entidad a nombre de la sociedad mercantil Sheraton Trading que, según los datos de la comisión rogatoria internacional, recibió en cinco años más de 5,7 millones de euros.

David Marjaliza y la sociedad Sheraton Trading señalaron como origen de esos fondos depositados en las cuentas el producto de numerosas transacciones inmobiliarias, una afirmación que no pudieron justificar documentalmente. El sumario indica que en el domicilio de la secretaria de Marjaliza, Ana María Ramírez, se encontraron documentos en los que aparece una sociedad, Oldfield Properties, domiciliada en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes.

Los investigadores y el juez creen que esta sociedad no tenía otra finalidad que «la de eludir responsabilidades penales por blanqueo de capitales». Por otro lado, según el sumario, Marjaliza ocultaba un patrimonio de 33,4 millones de euros en una sociedad llamada Nexus, que estaba a nombre de una empleada suya, Sara Hervás, según documentos intervenidos a su secretaria, Ana María Ramírez.

Según consta en un informe de la UCO de la Guardia Civil, Marjaliza controlaba un vasto complejo empresarial cuyo diseño no obedecía a una actividad empresarial real, sino que lo que trataba era de establecer una red de participaciones cruzadas con la que ocultar la titularidad real de los bienes. A través de esa compleja trama, Marjaliza llegó a acumular más de 30 millones de euros, cantidad de la que es titular la sociedad Nexus que, través de participaciones en distintas sociedades acumula un patrimonio de 33.498.675,30 euros.

Otros indicios de que mantiene patrimonio oculto se ha deducido de llamadas telefónicas, entre ellas una de Marjaliza con su madre Cecilia Villaseñor Granados en relación con la venta de un barco cuyo importe (en torno a los 100.000 euros) a tenor de la conversación lo habría guardado su madre en una caja fuerte.

En otra conversación entre Marjaliza y José Manuel Cruz Calvo, este último le solicita que le saquen 800.000 euros de una cuenta de la sociedad Sale Loft y que están relacionados con la empresa de Aranan Gestión de Patrimonio Inmobiliario. Marjaliza le dice entonces que hable con Sara Hervás para que saque el dinero a otra empresa del entorno

Los investigadores creen también que Marjaliza mandó construir un zulo o habitación oculta en el inmueble de su propiedad en la calle Libertad 14 de Valdemoro para ocultar parte de su patrimonio tanto obras de arte como dinero en efectivo. nEl sumario también señala que Marjaliza ocultó en dos depósitos de Ginebra 28 obras de arte, entre ellas de Eduardo Chillida, Miquel Barceló, Pablo Palazuelo o Antoni Tapies, así como cinco fotografías, cuatro esculturas y 185 plumas por valor de 4.240.934 euros.

Bienes que el cabecilla de la Púnica adquirió para blanquear las ganancias ilícitas obtenidas, en su mayor parte, con el tráfico de influencias en los negocios inmobiliarios de la localidad de Valdemoro.