Una familia atrapada en la nieve: «Gracias a Dios y a la Guardia Civil que no ocurrió nada»

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En la imagen, una agente de la Guardia Civil, de los 400 efectivo del cuerpo que participaron en el desfile de la celebración de la Fiesta Nacional del Reino de España en la capital del país este 12 de octubre 2016. Lasvocesdelpueblo.

Redacción – Finalmente, unas dos horas después, consiguieron que la pequeña recibiera asistencia médica. 2 agentes de la Guardia Civil, fuera de servicio, cenaban con sus familias en un restaurante de Santiago de la Espada, uno de los núcleos de Santiago-Pontones, en plena Sierra de Segura; bajo cero. «A la niña no le bajaba la fiebre, tenía ya 39 y tuvimos claro que había que ir al centro de salud», recuerda la madre. Recibieron la ayuda de dos hombres de verde que lograron sacar a los tres de la nieve. «Gracias a Dios y a la Guardia Civil que no ocurrió nada». Barcelona (España), miércoles 1 de febrero de 2017. Fotografía: ‘Gracias a Dios y a la Guardia Civil que no pasó nada al final’, dice la familia. Dos agentes, fuera de servicio, rescataron a una familia atrapada en la nieve. Según el diaria Jaen, hasta el lunes 30 de enero de 2017, la familia no pudo llegar hasta el coche. En la imagen, una agente de la Guardia Civil, de los 400 efectivo del cuerpo que participaron en el desfile de la celebración de la Fiesta Nacional del Reino de España en la capital del país este 12 de octubre 2016. Archivo Lasvocesdelpueblo.

Así recoge el diario local ‘Diario Jaen’ este martes 31 de enero de 2017, la crónica de un día de una familia española que acabó con un final feliz gracias a la colaboración de dos héroes de la patria fuera del servicio.

Dos guardias civiles, fuera de servicio, cenaban con sus familias en un restaurante de Santiago de la Espada, uno de los núcleos de Santiago-Pontones, en plena Sierra de Segura; bajo cero. Mientras, en su todoterreno, Marcelino González González, África Torres Torres y la hija más pequeña de este matrimonio, Carmen, conducían desde la aldea de Los Gorgollitos hasta Santiago de la Espada.

La nieve les impidió avanzar y, sin pretenderlo, vivieron una auténtica aventura que, menos mal, salió bien. Recibieron la ayuda de dos hombres de verde que lograron sacar a los tres de la nieve. «Gracias a Dios y a la Guardia Civil que no ocurrió nada», reflexiona.

«A la niña no le bajaba la fiebre, tenía ya 39 y tuvimos claro que había que ir al centro de salud», recuerda la madre.

«No se me va a olvidar en la vida. A las once menos cinco, mi marido me dijo: ‘El coche no va ni para adelante ni para atrás’. Estábamos atrapados», aclara, sorprendida aún de la pared de nieve que se encontraron en «Despiernacaballos», una ruta que eligieron, precisamente, porque es más corta.

«Llamé a un hombre con el que tenemos mucha confianza, el dueño del restaurante, le dicen ‘El Ponce’, para que nos ayudara», explica.

Al otro lado del teléfono, este segureño dio rápido con la solución.

Entre sus clientes tenía a dos guardias civiles y les pidió ayuda.

Captura pantalla de la crónica del 'Diario Jaen' sobre los hecho. 'Gracias a Dios y a la Guardia Civil que no pasó nada al final', dice la familia. Dos agentes, fuera de servicio, rescataron a una familia atrapada en la nieve. Según el diaria Jaen, hasta el lunes 30 de enero de 2017, la familia no pudo llegar hasta el coche. lasvocesdelpueblo.
Captura pantalla de la crónica del ‘Diario Jaen’ sobre los hecho. ‘Gracias a Dios y a la Guardia Civil que no pasó nada al final’, dice la familia. Dos agentes, fuera de servicio, rescataron a una familia atrapada en la nieve. Según el diaria Jaen, hasta el lunes 30 de enero de 2017, la familia no pudo llegar hasta el coche. lasvocesdelpueblo.

Estos, informaron a sus superiores y a la central de la Comandancia, y fueron al cuartel en busca del todoterreno oficial para llegar hasta Marcelino, África y Carmen.

Solo pudieron avanzar unos 300 metros, al toparse con metro y medio de nieve.

Tuvieron que ir a pie, en plena noche, hasta el coche, un «paseo» de casi dos kilómetros, alumbrado con linternas.

Los dos uniformados y los padres se turnaron para llevar a la pequeña en brazos hasta el vehículo del Cuerpo, donde, por fin, metieron a la chiquilla para que no pasara frío.

«El camino se me hizo eterno. La llevamos envuelta con un chaquetón y mantas, pero hacía muchísimo frío, no podíamos aguantar así», deja claro África Torres Torres.

Su esposo y los dos guardias civiles se organizaron para salir de la vía secundaria hacia la carretera A-317, que sí estaba transitable, y, de ahí, al centro de salud. Para evitar que el coche patrulla quedara también bloqueado, hubo que circular marcha atrás, por la senda abierta antes y, en un momento dado, abrir hueco con palas para poder poner el cuatro por cuatro de frente.

Finalmente, unas dos horas después, consiguieron que la pequeña recibiera asistencia médica.

«Llegamos sobre la una y ya la atendieron», relata, aliviada y agradecida con la reacción de los miembros del Instituto Armado a los que, por lo pronto, los padres de África, ya han convidado a una cerveza».

Son los guardias civiles Jesús Álvaro Samblás y Francisco Javier Carmona, que, como manda en la decimónica Cartilla que les sirve de guía fueron «pronóstico feliz para el afligido».