El reto de Felipe VI, futuro rey de España

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las voces del pueblo

Felipe VI deberá alejarse de la esencia clásica de la política española que se resume en la «interpretación de un papel» y acercarse a la gente para demostrar lo que ya aparenta: el niño rey; primordial para la proximidad y la sensibilidad a las dificultades de las clases medias de su futuro reino.

El niño que asumió la responsabilidad de príncipe de Gerona y de Asturias hace 13 años, heredará la corona de España en menos de 18 días. Don Felipe VI heredará una nación moderna, democrática pero, sucia de corrupción. Hoy don Felipe es un hombre maduro, preparado y sobre todo es una persona de fiar. Don Felipe ha sabido durante estos últimos tiempos, alejarse de la corrupción y de las múltiples enfermedades morales de las autoridades y representantes sociales de la nación española. nadie puede poner en cuestión su honor.

El reto de Felipe VI

La primera tarea de Felipe será integrar a los jóvenes españoles que no se sienten identificados por la política española; modernizar y renovar la institución que representa con una transparencia sin precedente en las cuentas; facilitar en la medida que pueda el juicio del deportista de balón mano del fútbol club Barsa, Iñaki Urdangarin Liebaert, que en tan poco tiempo, ha sabido manejar para desacreditar la institución monárquica española y empujarla hacia el precipicio.

Asumiendo esta responsabilidad, que es sin ninguna duda un clamor popular en la actualidad, al niño rey, solo le quedará un último esfuerzo. Su Majestad Felipe VI deberá alejarse de la esencia clásica de la política española que se resume en la «interpretación de un papel» con una foto y un mensaje y; esforzarse para proyectar la sensibilidad y la cercanía con el pueblo que representa.

Don Felipe «rey» deberá esforzarse para seguir personificando al aquel príncipe que vimos en Barcelona recordando a un empresario separatista catalán de poca educación de coger la mano de aquella persona que le saludaba, a pesar de las discrepancias ideológicas. «Ni que sea por educación, tendrías que darme la mano». Lamento su alteza real, don Felipe, a un empresario separatista catalán de poca educación, tras negar saludarle por cuestiones ideológicas independentistas catalanas.

Hace 4 días, la esperanza de muchos españoles desesperados estaba en manos de unos demagogos consecuencia del fracaso de la autodestrucción de los grandes partidos emergidos en tramas de corrupción y totalmente alejados de la realidad popular de los ciudadanos españoles, entre otras cosas.

Tras la abdicación del rey, los nervios de los demagogos aprovechadores de la inestabilidad de la patria española justifican la garantía que representa don Felipe. Don Felipe, sin ser coronado rey, ha quitado en menos de 24 horas todo el protagonismo a los demagogos y sus reivindicaciones se han quedado en nada.

Es evidente que en España, el rey manda poco pero, juega un papelón institucional destacado. Un papel de estabilidad para la democracia española. En su último discurso, en el Monasterio de Leyre (Navarra), -con el motivo de la entrega del premio príncipe de Viana de la cultura 2014 al historiador Tarsicio Azcona- don Felipe de Borbón y Grecia reiteró su empeño y su convicción a seguir sirviendo a su patria; una nación que calificó de comunidad social unida y diversa.

«Permitirme que respete el procedimiento parlamentaria empezado, y me limite a reiterar públicamente empeño y convicción» de dedicar todas sus fuerzas a la fascinante tarea de seguir sirviendo a los españoles y a la querida España, una nación, una comunidad social y política, unida y diversa que hunde sus raíces en una historia milenaria». Manifestó el futuro rey de España asegurando que será su hija, Leonor de Borbón y Ortiz, entregará el próximo premio de Viana; que por cierto será la heredera más joven de Europa. Seguramente, ya sabe decir, ¡viva España!.