Artur Mas: La sentencia del 9-N «nos hace daño» pero España «se equivoca»

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BARCELONA (ESPAÑA), 13.11.2018. El expresidente de la Generalitat Artur Mas (c), durante la declaración que ha realizado hoy en los jardines del Palau Robert. Efe.

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Los condenados por el referéndum ilegal no autorizado por la Justicia del 9 de noviembre de 2014 en Cataluña (9-N), a pagar todos los gastos del referéndum secesionista, 5 millones de euros, ha recalcado el expresidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, no sólo recurrirán la sentencia, sino que afrontan esta situación con «entereza, serenidad, firmeza y convicción», y no con «resignación ni desfallecimiento». «Si alguien piensa que haciéndonos daño de esta manera nos desmoralizaremos o nos hundiremos, van muy equivocados», ha advertido. Barcelona (España), martes 13 de noviembre de 2018. fotografía: BARCELONA (ESPAÑA), 13.11.2018. El expresidente de la Generalitat Artur Mas (c), durante la declaración que ha realizado hoy en los jardines del Palau Robert. Efe.

 Artur Mas ha prometido hoy que «no desfallecerá» pese a los «intentos de destrucción personal», tras la condena del que ha rebautizado como «tribunal de ajuste de cuentas» sobre el 9N, una sentencia que ha admitido que «hace daño» pero no les da «miedo».

El golpista Artur Mas ha comparecido hoy en los jardines del Palau Robert, flanqueado por los exconsejeros golpistas Joana Ortega, Francesc Homs e Irene Rigau, además de otros condenados por el Tribunal de Cuentas a devolver casi cinco millones de euros gastados por la Generalidad en la consulta ilegal no autorizada del 9N de 2014.

Los condenados, ha recalcado Mas, no sólo recurrirán la sentencia, sino que afrontan esta situación con «entereza, serenidad, firmeza y convicción», y no con «resignación ni desfallecimiento»: «Si alguien piensa que haciéndonos daño de esta manera nos desmoralizaremos o nos hundiremos, van muy equivocados», ha advertido.

«Nos hacen daño, pero no nos dan miedo», ha advertido Artur Mas, que ha afirmado que su «gran pecado» fue actuar «en consecuencia y con coherencia» con lo que los catalanes habían votado en las elecciones y «tirar hacia adelante».

Así, arropado también por Eduard Pujol y Eusebi Campdepedrós en representación de Convergencia-PDECAT-JxCat, ha asegurado que, pese a las consecuencias sufridas, volvería a convocar una votación como la del 9N, porque el Gobierno catalán que lideraba actuó «con convicción, coherencia y sentido democrático», convencido de que hacía «un buen servicio a la democracia y a Cataluña».

Mas ha tildado la condena de «aberración, incluso bodrio», un «abuso total de las normas» que el Tribunal de Cuentas se ha «saltado a la torera», pues se ha limitado, a su juicio, a seguir «los dictados que se hicieron» desde el Ejecutivo del PP.

Se ha preguntado, en este sentido, «qué se podía esperar» cuando la magistrada que ha redactado la sentencia ha sido Margarita Mariscal de Gante, ministra de Justicia en el primer Gobierno de José María Aznar.

Ha sostenido que un proceso como el independentista tiene «daños colaterales» -entre los que ha citado esta condena o la prisión de los líderes independentistas- que son «intentos claros de destrucción personal, intentos de represión y de persecución, es decir, de venganza».

Pero «por muchos avisos a navegantes que haya», el «movimiento soberanista» no se «diluirá», ha indicado.

Mas ha afirmado que el apoyo mostrado de forma personal por el actual presidente catalán, Quim Torra, y el también expresident Carles Puigdemont, así como el de las entidades independentistas hace que el «daño» causado sea «menor» y las «ganas de seguir luchando, más grandes».

Artur Mas ha recordado, asimismo, que la Generalidad de Cataluña, «la teórica perjudicada por estas irregularidades», no reclama a los condenados «ni un solo euro», de la misma forma que el Poder Judicial no movió «ni un solo dedo» para impedir que la consulta ilegal no autorizada por la Justicia del 9N se llevara a cabo.

Artur Mas ha defendido que, convocando estas votaciones, el Gobierno catalán «puso la cara por muchos» ciudadanos, incluidos los que no son independentistas, pues lo que buscaba el Ejecutivo era que la gente «fuera consultada».