Belén Olías explica su historia personal con la anorexia en su libro «Clara frente al espejo»

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Belén Olías (Madrid, 1995), autora del libro "Clara frente al espejo", en el que explica su historia personal con la anorexia, asegura que personificar la anorexia le ayudó a combatir la soledad en la que la tenía sumida la enfermedad. EFE

Efe – «La enfermedad era la parte insana de mi cerebro, aunque siempre quedaba una pequeña parte saludable, que era la que tenía que ser lo suficientemente fuerte como para poder ocupar todo ese trozo insano». Barcelona, 17 abril 2016. Fotografía: Belén Olías (Madrid, 1995), autora del libro «Clara frente al espejo», en el que explica su historia personal con la anorexia, asegura que personificar la anorexia le ayudó a combatir la soledad en la que la tenía sumida la enfermedad. Efe. 

Belén Olías (Madrid, 1995), autora del libro «Clara frente al espejo», en el que explica su historia personal con la anorexia, asegura que personificar la anorexia le ayudó a combatir la soledad en la que la tenía sumida la enfermedad. En una entrevista con Efe, Olías ha explicado que las páginas de internet, que empezó a utilizar en busca de «trucos» para adelgazar de forma más rápida, se refieren a la anorexia como ‘Ana’ y asegura que pensó que «si me sentía tan sola y la anorexia siempre me acompañaba, voy a personificarla y ponerle el nombre de Ana».

La autora de «Clara frente al espejo» (Arcopress) consideraba que su vida era «un desastre y no valía para nada, pero Ana sí», por ello «pasó de ser la enfermedad y yo a Ana y yo, porque Belén ya no estaba» y añade que podía encontrar en su enfermedad un refugio paradójico al aislamiento al que le estaba llevando la anorexia.

Olías describe que se encontraba en constante conflicto consigo misma porque «por un lado pensaba que tenía que comer porque era peligroso, pero por el otro no quería ingerir alimentos, para adelgazar». «La enfermedad era la parte insana de mi cerebro, aunque siempre quedaba una pequeña parte saludable, que era la que tenía que ser lo suficientemente fuerte como para poder ocupar todo ese trozo insano», ha puntualizado.

La joven escritora cuenta en el libro que la enfermedad de la debilidad le hizo sentirse fuerte por primera vez y lo achaca a que en un momento en el que todo se descontrola, «lo único a lo que te agarras es a la comida, que es algo que sí puedes controlar, porque tú decides lo que comes o en este caso lo que dejas de comer».

Olías cuenta que «de forma insana», se sentía fuerte cuando veía comer a los demás, mientras que ella sí era capaz de no probar el plato y alimentarse sólo de manzanas durante semanas, y asegura que «cuando llegaron las autolesiones, que iban más allá de la privación de alimentos que mucha gente hace con las dietas, me sentía orgullosa de soportarlo y de incrementar su profundidad cada vez».

La joven afirma que la enfermedad debilita el cuerpo, que se acaba consumiendo a sí mismo, pero a la vez le hacía sentir «más fuerte que nunca», lo que utiliza para ejemplificar «lo ilógico de esta enfermedad». Olías explica que su enfermedad empezó con una dieta en la que tenía que ingerir 100 calorías menos que el día anterior, y ello evolucionó en una obsesión sin fin en la que «aunque pensaba no bajar de las 600 calorías porque generaría preocupación a mi alrededor y se notaría mucho, llegué hasta las 350 diarias».

La narradora de su propia historia «en el infierno de la anorexia» recuerda que, aunque la mente no tiene límites, el cuerpo sí los tiene y «hay un momento en el que no puede adelgazar más porque es sabio y entiende que tu vida puede correr un riesgo inminente».

Sin embargo, su cura no llegó hasta una visita a la novena psicóloga a la que acudía, aunque reconoce que por primera vez ella era la que quería curarse y no lo hacía solo para contentar a su familia, y admite que «me quedaba poco de vida, ya no tanto por el peso, sino porque tenía una depresión muy grave, con intentos de suicidio, y todo se me estaba yendo de las manos».

Olías afronta con ilusión su futuro tras haber conseguido superar la anorexia y planea iniciar sus estudios en psicología ya que opina que «hay un punto en el que solo la experiencia de haber pasado por algo similar a lo que sufre tu paciente te hace comprender mejor cómo se siente», en parte gracias a las historias de tus compañeras de terapia, y piensa que «muchas veces es necesaria una perspectiva personal, además de clínica».