David Fernández (CUP) pide investir Artur Mas a cambio de un «plan de choque» social «real»

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Redacción –  El exdiputado de Candidatura de Unidad Popular (CUP) y actual dirigente de CUP, David Fernández, ha pedido hoy a los diputados autonómicos de CUP en el Parlamento catalán «dos votos» de CUP para facilitar la investidura del presidente catalán en funciones, Artur Mas Gavarró, a cambio de «un plan de choque social real y concreto2 del gobierno catalán. El dirigente de CUP lo ha manifestado hoy en una reflexión al diario catalán, ‘Diari Ara’, que reproducimos íntegramente, a continuación. Barcelona, 3 de diciembre 2015. Fotografía: El líder de CUP, David Fernández. Foto /Ferran Forné. Lasvocesdelpueblo.

«Haz bien su parte, sólo en esto reside el honor»

Alexander Pope

Y arriba que siempre hace subida y enero será empinado ya toda prisa. Panorámica: anomalía democrática inquisitorial, emergencia social ante el paisaje devastado que deja la crisis y excepcionalidad política constituyente con histórica mayoría social independentista. Momentum: salir de él. Podremos? Esta vez, no es poco, de nosotros depende. Hilos a la obra, en medio de un país destartalado que hay que reconstruir con tanta paciencia insistente como filosofía de guardia urgente. Ya decía Adorno que la esperanza radica siempre en los que no encuentran consuelo.

Dialéctica procesal

Quizás los dos últimos meses -poco edificantes en tantos sentidos y tan reales vez- han tenido la virtud de desvelarnos del país que aún somos. Tal como es, sin mitos ni ritos. Más vale saberlo, que la culpa de la cara nunca la tiene el espejo. La reductio ad unum, un error de todos? Tal vez. ¿Los despropósitos devastadores de vieja política? Ojo vivo que las heridas curan, pero las cicatrices permanecen y no se puede jugar al ajedrez con guantes de boxeo. ¿La manía de mirar para otro lado y hacerse el loco? El autoengaño siempre es la peor mentira: ayuda muy poco no querer entender -Minimizar, banalizar, justificarse que el cráter dejado por la corrupción, el impacto de las peores recortes o la gestión patrimonialista del proceso -torpe herencia confundir país y partido- no son en vano. Por eso la CUP refunfuña y averigua, puro sentido común, que presente y futuro no pueden reproducir el pasado. Cuando el peso de la historia nadie se puede desembarazarse nunca y las mochilas cuentan tanto como pesan. Por suerte, ahora y aquí, el futuro lo pesa todo y cuenta mucho más: el dilema ya no es mantener el proceso, sino ensancharlo. Nada en el tintero, pues: para encontrar la mejor respuesta siempre son imprescindibles todas las preguntas.

De puntillas no vale

Esconder la cabeza bajo el ala y hacerse el loco ya no sirve. Luces y taquígrafos, dice la vieja consigna: el qué, el cuándo, el cómo y el quién, desgraciadamente aún por concretar, le falta la requisitoria capital. Para qué? Insistimos en ello, pues: para salir de él. Clave de bóveda, nos lo creemos o no? Sí, mil veces sí y con todas las dudas, claro. Desde la rabiada necesidad -obstinación terca y esperanza perseverando- de creer.

El rostro del otro siempre está

Y con él, sus razones. Coctelera catalana con todas las contradicciones juntas y algunas paradojas: tras décadas maldiciente de los políticos que dicen una cosa y luego hacen la contraria, ahora lo encontramos contradictorio? Alquilamos sillas? En qué quedamos? Curioso país, el nuestro, donde la virgen es negra, el gorila es blanco y le reímos los goles cada domingo a los que llevan Qatar-ISIS delante y Unicef-refugiados en el culo. Países contradicción. En fin.

Puentes y caminos

Donde arraiga hoy la ingeniería de la esperanza? Mucho se ha hablado, de transversalidad; otra cosa es creer en-la. Elogio de la contradicción compleja, de la pluralidad coral, donde más he aprendido y desaprendido los últimos tres años ha estado discutiendo con un empresario sobre capitalismo senil, con un mozo sobre el concepto neurótico de seguridad y con un capuchino franciscano sobre la ética de la decencia común. Lo más parecido a un país hablando consigo mismo husmeando otros futuros. Modesto criterio y principal virtud de la aportación cupaire: esclarecer como desfigura nuestra sociedad un capitalismo ludópata que todo lo desmenuza. Es decir, la certeza cruda y dura del enorme trabajo que queda por hacer. Si queremos salir de él.

Para no olvidarlo nunca

Que en medio y frente, sobre todo, tenemos un Estado de golpe, variando posmoderna del golpe de estado y de mercado, esbozando todo ya greña. El Leviatán de una máquina de guerra; un TC hecho búnker; el FLA como Fondo de Liquidación de las Autonomías; todo un sistema de poder -bancos, Iglesia y ejército (les suena?) – estrangulando la libertad política catalana y, con ella, las posibilidades de justicia social. Es decir, de salir de él. Fin de ciclo y fin de régimen, en la hora de nosotros mismos, cuando marzo no es ninguna alternativa, mendigar dos votos en cheque en blanco no arreglaría casi nada y hay que presuponer que en el juego de la gallina nadie se quiere despeñarse.

Que ruede la bola, como divisa y rezo

Hay partido, hay que jugarlo entero y es prohibido doparse. Pero dadas las tensiones y dificultades -en parte muy lógicas, que quien se discute por detrás son, entre otros, dos proyectos tan antagónicos y contradichos como CDC y la CUP- sugiero trazar la línea de un mínimo común denominador. Desbloqueo del bucle y deshielo para pasar pantalla. Efecto Arquímedes, baile de bastones de las contradicciones y frágil equilibrio malabar, quizás el único posible, ahora mismo, son dos votos al proceso junto a un plan de choque real y concreto. Concreto y real, como la pobreza y la desigualdad que nos ahoga y aprieta. Lo digo a cuenta y riesgo, para poder silbar colectivamente que el partido ha comenzado y que salimos a ganar, vale decir, a construir. Y luego seguimos tejiendo: y sufriendo, como siempre. Lo escribo sin consuelo: organizamos el pesimismo, susurra Breton; hay que fracasar más y mejor, escribiría Beckett; no tenemos ninguna opción y es por eso que lo intentamos, poetizar los autónomos alemanes. Pero salimos de él. Antes mil veces salir a jugar y quizás perder, que ni siquiera no comparecer al terreno de juego. In dubio, pues, bastante proceso. Siempre.

 Corolario y exordio

Para llegar en el horizonte, siempre hay que pisar mucho barro: un pie en el suelo y otro en el futuro. Lo tienes tiempo de la tensa espera donde todo se aprende y se disloca. La calma como factor revolucionario, que quien quiere hacer algo busca un utensilio y quién no una excusa. Constante humana también: sólo la duda nace la liberación. Por eso retumba tanto Josep Maria Esquirol en La resistencia íntima: generosidad y humildad, la resistencia siempre suele ser discreta. Contracertesa práctica: para mandarlo todo a paseo, siempre estaremos a tiempo. Mientras adelante, que atrás ya no hay nada: sólo un pasado decadente y mediocre donde no podemos volver, de imposición grisborbònica, cartón piedra autonómico y fractura neoliberal. Pásalo: salimos de él. Que ruede la bola de la libertad», sentencia el dirigente de CUP, David Fernandez.

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