Madrid (Reino de España), martes 29 de octubre de 2024 (Lasvocesdelpueblo). Caso Agresiones sexuales Íñigo Errejón Galván | Declaración Institucional del Grupo VOX Asamblea de Madrid: INTEGRIDAD, EJEMPLARIDAD Y HONESTIDAD DE LOS CARGOS Y REPRESENTANTES PÚBLICOS. Vivimos tiempos en los que el ejercicio de la política se está viendo empañado por una alarmante sucesión de episodios que lo deshonran: escándalos de corrupción, casos vinculados a la prostitución y a las drogas con dinero público, agresiones sexuales por parte de la clase política dirigente o el encubrimiento de tales actos.
Estos comportamientos ensombrecen el ideal del servicio público, suponen un creciente desencanto en los ciudadanos y socavan profundamente su confianza en las instituciones y sus responsables políticos.
Es tiempo de una reflexión profunda. Los políticos, si han de conservar el respeto y la credibilidad, deben asumir con humildad sus errores y trabajar para erradicar de una vez por todas estas prácticas indignas. Solo mediante un ejercicio de la política basado en la honestidad, la transparencia y la ejemplaridad puede restaurarse y fortalecerse el vínculo esencial entre los ciudadanos y sus instituciones. La confianza de la sociedad en ellas comienza por el compromiso de cada uno de nosotros con la integridad, ejemplaridad, responsabilidad y el servicio público.
La integridad y la ejemplaridad son pues el pilar fundamental de cualquier representante que aspire a ser digno del mandato ciudadano. No son sólo un valor personal, es sobre todo una obligación pública que otorga legitimidad a cada decisión y acto. Son, en esencia, lo que separa a un verdadero servidor público de aquel que utiliza el poder en su propio beneficio.
La integridad y ejemplaridad también implican consistencia. No basta con ser honesto sólo cuando es visible; debe de estar presente en los momentos menos observados y en las decisiones que, aunque puedan pasar desapercibidas, impactan en los demás.
Solamente actuando con honestidad, se puede ser un verdadero ejemplo para la sociedad. La falta de ejemplaridad transmite el mensaje implícito de que quienes ostentan el poder están por encima de las normas morales y sociales que se exigen al resto de los ciudadanos. Ejemplos en los últimos tiempos tenemos muchos.
Mientras las instituciones implementan medidas que buscan fortalecer la transparencia y prevenir la corrupción en todos los niveles de la administración pública y el ámbito privado, cada vez son más los escándalos que dejan al descubierto sobornos, enriquecimiento ilícito y un uso abusivo del poder en beneficio propio.
Mientras se insiste desde las instituciones en la tolerancia cero frente a la violencia contra las mujeres, ofreciendo a las víctimas todos los medios para denunciar, se suceden casos de agresiones sexuales o vejaciones a mujeres protagonizados por algunos de sus propios dirigentes en los que, en lugar de actuar con contundencia, se buscan excusas y se silencia a las víctimas.
Cada nuevo escándalo evidencia la desconexión entre el discurso institucional y la realidad de una clase política que, en demasiadas ocasiones, parece considerar la ley como una barrera para los demás, pero no para ellos mismos.
Asimismo, cada político, como servidor público, es responsable de sus acciones y decisiones ante los ciudadanos a quien representa. Ser responsable significa actuar con plena conciencia de que cada decisión que tomamos afecta a personas reales, sus vidas y su futuro. Implica asumir las consecuencias de cada actuación, sin excusas. Solo con un alto sentido de la responsabilidad se puede construir una política donde se respete la representación que se ostenta y se honre el compromiso de trabajar siempre por el bien de todos.
Por tanto, la Asamblea de Madrid recuerda que el cargo político es un deber, no un privilegio, y que devolver a la res pública el honor y la dignidad que siempre debió ostentar, es obligación de todos.