Dos escándalos de corrupción causan un terremoto en la FIFA. Siete de sus dirigentes han sido arrestados este miércoles, 27 de mayo 2015, seis de ellos de madrugada en el lujoso hotel Baur au Lac de Zurich. Estados Unidos los acusa de fraude, asociación delictiva y blanqueo de capitales y pide su extradición. Entre ellos se encuentran el vicepresidente de la FIFA, el británico Jeffrey Webb, y altos cargos sudamericanos.
La investigación llevada a cabo por la fiscalía de Nueva York se centra en los sobornos y comisiones recibidos desde los años noventa por valor de más de cien millones de dólares, a cambio de la concesión de derechos televisivos y contratos de marketing de competiciones organizadas en Estados Unidos y Sudamérica.
Catorce personas estarían implicadas.
Según la justicia estadounidense, estos delitos se habrían preparado en su país, y los pagos habrían sido efectuados por bancos estadounidenses. El otro proceso corresponde a la fiscalía suiza, que investiga a diez personas por supuesta gestión desleal y lavado de dinero en relación con la adjudicación de los mundiales de fútbol de Rusia y Qatar. Mientras el presidente del organismo, Joseph Blatter, da la callada por respuesta. El próximo viernes intentará ganar su quinto mandato ante el otro candidato, el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein.
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