«Efecto Mozart» que podría ser Bach, Beethoven o Wagner: una forma de comunicarse entre seres diferentes

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FOTOGRAFÍA. ESPAÑA. SIN FECHA. FECHA ESCRITO, TARRAGONA (CATALUÑA) 04.06.2020. Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart​, más conocido como Wolfgang Amadeus Mozart o simplemente Mozart, fue un compositor y pianista del antiguo Arzobispado de Salzburgo, maestro del Clasicismo, considerado como uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia. Efe

Desde hace más de 25 años se cuestiona su existencia. A principios de los años noventa aparecieron varios estudios científicos a favor de los beneficios que proporcionaba el escuchar frecuentemente la música del genio de Salzburgo, como una musicoterapia para el cerebro y sus neuronas. Para los no iniciados, se denomina «Efecto Mozart» a esas presuntas bondades misteriosas y muy opinables. Algunos afirmaban que curaba la depresión y beneficiaban a los niños en su infancia y aprendizaje por lo que la música mozartiana escaló los primeros puestos en ventas, el mercado musical lo utilizó como márquetin, incluso con experimentos en animales de laboratorio había dado resultados sorprendentes y positivos, los ratones se volvían más intuitivos y las vacas daban más leche. Al poco tiempo aparecieron otros estudios que desmentían esos efectos beneficiosos por lo que se creó una polémica que nunca ha concluido, simplemente ha bajado su intensidad, pero reanudándose en cada nuevo estudio o trabajo alrededor del tema. 

Como melómano y admirador de Mozart, siempre me interesó el asunto y la polémica, aunque tampoco se trata aquí de juzgar quien tiene razón. Sinceramente no sé si escuchar a Mozart te puede hacer más inteligente, lo que sí tengo claro es que, tras muchos años de escuchar su extensa y maravillosa obra, siempre me ha hecho más feliz porque es evidente que su música es fascinantemente bella y su melodía es optimista en sus vibraciones. Las autoridades de algunos estados norteamericanos (Dakota del sur, Texas y Tennessee) solían regalar un CD de Mozart a los recién nacidos, seguramente con la sana intención, al menos, de amenizar los primeros meses del bebé. Incluso los niños de párvulos en Florida escuchaban cada día 30 minutos de música clásica, no tengo dudas en que escuchar música estimula los sentidos, en eso creo que todos coincidimos.

No cabe duda que Mozart fue un genio precoz en el arte de la música, a los cuatro años aprendió a tocar el piano, a los cinco compuso el primer minué, a los ocho su primera sinfonía, a los doce toda una ópera. Su producción asombrosa sigue causando admiración, escribió (algunos afirman que al dictado Dios) más de 600 obras en tan sólo 36 años de vida. Obras antológicas y muy populares: «La pequeña serenata nocturna», la sonata «Alla turca», sus conciertos para piano, las sinfonías 25 y 40, y cómo no, sus óperas más geniales, «Las bodas de Fígaro», «Don Giovanni» o «La flauta mágica».

En definitiva, sea cierto o no el Efecto Mozart, la música es un lenguaje universal que transmite sensaciones y una comprensión no verbal del hombre y del mundo a través de una sensibilidad sonora que es eminentemente abstracta. Éste es el verdadero «Efecto Mozart», que podría también ser, Bach, Beethoven o Wagner. Todos ellos creadores de una forma de comunicarse entre seres de diferentes culturas, etnias y valores que pueden entenderse y hermanarse a través de la música.
Antonio Morales Sánchez