El fiscal cree que los padres querían matar a la niña gallega Asunta pese a hacerlo solo uno

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EFE – El fiscal Jorge Fernández de Aránguiz ha expresado hoy su convencimiento de que los padres de Asunta, únicos acusados de su muerte violenta, planearon de manera conjunta su fallecimiento, algo que no ve incompatible con que de la asfixia se ocupase solo uno, en este caso la madre, Rosario Porto. Santiago de Compostela, 22 octubre 2015. <Fotografía: Imagen del circuito cerrado de televisión del juicio por la muerte violenta de Asunta Basterra que llega, tras las pruebas periciales y la documental, a la exposición en sala de las conclusiones de el Ministerio Fiscal por parte de Jorge Fernández de Aránguiz. Foto/Efe>.

En la sesión de hoy, el representante del Ministerio Público ha remarcado que hubo una sedación «repetida» en el tiempo, que sufrió Asunta Basterra, y la cual tuvo que ser llevada a cabo «a ciencia» cierta y con «paciencia» por ambos progenitores, puesto que dicho crimen «no se entiende» como cosa de uno de ellos en exclusiva.

«Sedarla está intrínsecamente relacionado con el asesinato y aquí aparece Alfonso», ha asegurado el fiscal, para seguidamente recordar que fue el padre de la víctima el que compró hasta en tres ocasiones grandes cantidades de fármacos con el principio activo Lorazepam, que reveló la autopsia como existente en el cuerpo de la pequeña.

De Aránguiz se ha referido, asimismo, al «silencio» que ambos están teniendo durante el transcurso del juicio en el que no se han incriminado mutuamente, algo que para el fiscal no tendría sentido en la cabeza de «un padre» puesto que cualquier persona se revelaría contra la madre después de los indicios existentes contra ella. Aprecia, no obstante, un silencio mutuo que percibe como extraño y que se ha visto acrecentado, a su entender, por la memoria «selectiva» de Alfonso Basterra, circunstancia que hace que el propio representante del Ministerio Fiscal se pregunte: «¿Fue más listo que ella?»

Ha puesto de relevancia, merced a ello, la acusación pública, la existencia, por tanto, de una «defensa concordada». Del 21 de septiembre de 2013, cuando falleció Asunta, ha dicho que está comprobado que la madre estaba con la niña en el momento de la asfixia y no se puede «descartar» que no estuviese el padre de la cría.

El fiscal admite como posibilidad de «objeto para la asfixia» el «manojo de papeles» hallado en la papelera de la habitación de la casa de Teo (A Coruña) en la que supuestamente murió Asunta, aunque acepta también como compatible con esa sofocación una funda de almohada de la cama, que no estaba allí, como tampoco aparecieron las alfombrillas del coche de Rosario Porto ni las zapatillas de deporte que llevaba la pequeña Asunta, que fue hallada descalza.

Ha hecho referencia el fiscal, por último, a la cuidadosa postura en la que se encontró el cuerpo sin vida en la pista forestal, que para el fiscal revela el «vínculo emocional» entre la víctima y sus asesinos. El representante del Ministerio Fiscal se ha dirigido al jurado popular que juzgará el caso y les ha reconocido el deseo «humano» de encontrar un móvil para este macabro hecho.

«Si me preguntan de qué estoy convencido yo, les diría que Alfonso buscaba recuperar a Rosario y con ello su modus vivendi». El Ministerio Fiscal pide 18 años para cada uno de los acusados. Rosario Porto y Alfonso Basterra son los únicos imputados por el crimen de su hija Asunta Basterra, que fue encontrada en una pista forestal de Teo en la madrugada del 22 de septiembre de 2013.