El funcionamiento de Junta y el Parlamento en los EREs falsos de Andalucía

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Los presuntos delincuentes investigados expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, durante el juicio de los ERE. Archivo Efe

Efe – Ese sistema se creó en 2001 con un convenio por el que las ayudas las concedía la Dirección General de Trabajo pero las pagaba el ente público IFA (luego Agencia IDEA), con fondos que la Consejería de Empleo le enviaba mediante las denominadas transferencias de financiación, una herramienta que la Intervención alertó de que se usaba de modo «inadecuado» y que, según el fiscal y las acusaciones, se utilizó para eludir la fiscalización previa de estos pagos. Sevilla (España), domingo 29 de julio de 2018. fotografía: Los presuntos delincuentes investigados expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, durante el juicio de los ERE. Archivo Efe

Durante tres meses, 120 excargos políticos, funcionarios, prejubilados de empresas en crisis, auditores y letrados han descrito el sistema de concesión de ayudas de los ERE y su tramitación por la Junta y el Parlamento andaluces, en un juicio que encausa a 22 responsables autonómicos.

Son los testigos que del 23 de abril y hasta el 25 de julio han pasado por el juicio de la denominada pieza política del caso ERE, que investiga si los acusados -entre ellos los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán- cometieron prevaricación y malversación al diseñar un «procedimiento específico» con el que la Junta repartió 850 millones en ayudas sociolaborales y a empresas en crisis entre 2001 y 2011.

Ese sistema se creó en 2001 con un convenio por el que las ayudas las concedía la Dirección General de Trabajo pero las pagaba el ente público IFA (luego Agencia IDEA), con fondos que la Consejería de Empleo le enviaba mediante las denominadas transferencias de financiación, una herramienta que la Intervención alertó de que se usaba de modo «inadecuado» y que, según el fiscal y las acusaciones, se utilizó para eludir la fiscalización previa de estos pagos.

Por ello afrontan hasta ocho años de prisión dos expresidentes andaluces, dos exconsejeros de Empleo, dos exdirectores de Trabajo, varios excargos de Empleo, dos exdirectores de la Agencia IDEA, un exconsejero de Innovación (a la que desde 2004 estaba adscrita esta agencia), un exinterventor general, dos exconsejeras de Hacienda y otros cargos de este departamento, un exconsejero de Presidencia y un exjefe del Gabinete Jurídico.

Cargos y funcionarios de esos departamentos han declarado como testigos y una idea común entre quienes han visto los expedientes de los ERE, desde los agentes de la UCO a auditores, interventores o funcionarios, es que eran un «caos», sin apenas documentación y desordenada.

Sobre todo hasta 2008, etapa de Javier Guerrero como director de Trabajo, uno de los principales acusados, pues tanto la exasesora María José Rofa, quien proporcionó mucha documentación a la causa, como funcionarios que revisaron expedientes o los abogados de Garrigues que hicieron un informe para mejorar el sistema en 2009 han coincidido en que su sucesor, Juan Márquez, quien también está acusado, intentó poner orden en esto expedientes.

También coinciden en que IDEA era una mera «caja pagadora» de las ayudas y no podía negarse a pagarlas, aunque existe controversia, porque sobrepasó el montante de las transferencias recibidas.

La tesis mayoritaria es que se trató de un desfase contable pero no de un déficit, situación que se redujo con la llegada del exdirector de IDEA Miguel Ángel Serrano, cuando el entonces exviceconsejero de Empleo Agustín Barbéra se comprometió a ello con su homólogo de Innovación Jesús María Rodríguez Román los tres, acusados en este juicio.

Una de las claves del juicio es dirimir si estas ayudas se pagaban a través de IDEA para eludir la fiscalización previa y por qué este sistema se mantuvo durante diez años, pese a que la Intervención insistía en que no era «adecuado».

Interventores, auditores y consejeros de la Cámara de Cuentas han ratificado que estas ayudas no se podían fiscalizar en la Consejería de Empleo porque el expediente de su concesión no incluía ningún documento de gasto, pero hay dudas sobre si el control de la propia transferencia o el posterior en IDEA era suficiente.

También se debate por qué se usaron estas transferencias de financiación, no reguladas específicamente hasta 2013, pero incluidas en la Ley de Acompañamiento a los presupuestos andaluces de 2001 para equilibrar pérdidas de los entes instrumentales, y en las sucesivas leyes de presupuestos como transferencias a IDEA para ayudas sociolaborales.

El exconsejero de Economía Antonio Ávila apuntó que todo fondo a los entes para equilibrar sus cuentas debe enviarse mediante transferencias de financiación, pero no todas las transferencias de financiación a estos entes tienen que destinarse a equilibrar sus cuentas.

Al tribunal le interesa esclarecer si la lectura de la ley de Presupuestos andaluces permitía a cualquier parlamentario saber que las transferencias a IDEA eran para pagar las ayudas que concedía Empleo.

Según los expresidentes del Parlamento andaluz Javier Torres Vela, Fuensanta Coves, Manuel Gracia y Mar Moreno; históricos diputados del PSOE, como Antonia Moro, o el exletrado mayor de la Cámara José Antonio Víboras sí podían saberlo, lo que choca con el desconocimiento de estas ayudas esgrimido por los expresidentes Chaves, Griñán, o los exconsejeros Gaspar Zarrías y Magdalena Álvarez, que además de sus cargos ocupaban escaños.

Entre tanto debate técnico, también se han escuchado en este juicio los testimonios de trabajadores afectados por ERE, que recibieron las ayudas para prejubilarse después de protestar cuando Chaves visitó su pueblo, como el caso de la fábrica Bilore, de Lucena (Córdoba) o tras escribirle defendiendo su «cacho pan», como un exminero Huelva, quien no dudó en enviar esta carta al ver que personas ajenas a la mina recibían estas rentas con cargo al ERE de la Faja Pirítica.

O trabajadores de la limpieza de Granada, a quienes Guerrero les pagó la subida de sueldo por la que llevaban un mes de huelga o el exalcalde de Chiclana de la Frontera (Cádiz) y actual vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, quien escribió a todas las instituciones para pedir fondos para una feria de muestras de su pueblo.