El secretario general de NNGG del PP de Sarrià-Sant Gervasi renuncia a la militancia en el PP por razones políticas

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Juan Cremades, secretario general de las (NNGG) Nuevas Generaciones de Partido Popular español en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi de la ciudad de Barcelona, renunció ayer a la militancia en el Partido Popular; después de cinco años de militancia por «razones morales y políticas». Cremades señala como uno de los motivos de su renuncia » La inacción de la cúpula del partido nacional y autonómica ante el desafío separatista de un Artur Mas que amenaza con romper España inmediatamente.

Ayer, día 23 de septiembre 2014, el secretario general de las juventudes del Partido Popular de Cataluña en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi de la ciudad de Barcelona comunicó en una carta, enviada en esta casa, » la dolorosa determinación de poner fin a mi militancia en el Partido Popular», tras cinco años de militancia en el PP.

En su carta de renuncia a la militancia, que adjuntamos a continuación, Cremades  cita como motivos de su renuncia:

«La inacción de la cúpula del partido nacional y autonómica ante el desafío separatista de un Artur Mas que amenaza con romper España -inmediatamente-. La pasiva actitud ante la derogación de la Doctrina Parot, sumado a la lamentable actitud de los dirigentes del actual PP Vasco, más cercano a Bildu que a las víctimas. La permisividad con la que se ha actuado, dejando al brazo político de ETA ser cada vez más poderoso. La falta de compromiso en reformar un modelo autonómico totalmente deficitario, foco de corrupción y de separatismos. La incomprensión que me produce que el PPC pida un autonomismo diferencial para Cataluña, como lo hacía CIU apenas cuatro o cinco años atrás». Ha escrito Juan Cremades  la siguiente «carta de baja del Partido Popular»:

A través de la presente comunico la dolorosa determinación de poner fin a mi militancia en el Partido Popular y por consiguiente en NNGG de Cataluña.

Me voy con pena de aquel partido al que orgullosamente me afilié hace ya varios años, cuando recién llegado a Cataluña fui consciente de la grave  amenaza que suponía un nacionalismo catalán cada vez más poderoso que ponía en peligro la paz y la concordia de nuestra querida patria, España.

Puse toda mi esperanza, esfuerzo y compromiso en el proyecto popular, intentando hacer oír mi voz en defensa de la unidad nacional, de la familia y del derecho a la vida. Creía en el Partido Popular como una herramienta extraordinaria en pro de estos valores y de la sociedad española en general. Una herramienta que con el paso del tiempo y los hechos, dejó de serlo.

Gregorio Ordoñez, Mayor Oreja, Santiago Abascal, Esperanza Aguirre, José María Aznar y sobre todo Toni Bosch, han sido, son y serán siempre mis referentes. El arrinconamiento y olvido de unos,  la marcha casi obligada de otros, sumado al abandono por parte del partido de sus políticas, principios y valores, han marcado mi marcha.

Siempre creí y conforme a ello actúe  “que la fidelidad al partido y a España estaba en decir lo que se piensa”, y que por encima de la disciplina de partido estaba el patriotismo, la crítica leal y la verdad. Esta teoría que considero acertada en unas Nuevas Generaciones que deben reconducir al partido me produjo más de un encontronazo. Encontronazos que en el último año se convirtieron en situaciones nada agradables.

Juan Cremades en la derecha de Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo popular en ayto de Bcn
Juan Cremades en la derecha de Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo popular en ayto de Bcn

NNGG Cataluña se ha ido devaluando, dejando de ser una cantera de jóvenes con firmes valores. La crítica y la democracia interna no existen y cuando los colores se anteponen a los valores, algo no funciona. NNGG no puede ser un grupo de jóvenes aduladores de sus líderes, NNGG no puede ser cómplice de la falta de democracia interna, y NNGG no puede ser una organización exclusivamente pensada para rellenar mítines o hacer “bicicletadas”. Puedo  afirmar, orgullosamente, que durante años he luchado contra ello, con mayor o menor acierto, pero tristemente “el aparato” ha terminado por agotarme.

A pesar de todo, no puedo negar el afecto y el cariño hacia la mucha gente honrada del PP, no quiero renegar de mi pasado y estoy plenamente convencido de que todo el esfuerzo y dedicación no ha sido en balde. Eso sí, me voy, pensando en lo que pudimos hacer y no hicimos, en los errores cometidos y en todos aquellos compañeros que como yo, hoy, se sienten traicionados.

Una decisión no se toma en dos días, pero acumulo meses de penosas reflexiones, y el anuncio de hoy por parte del Presidente del Partido de no reformar la criminal Ley del Aborto, ha terminado por colmar el vaso. Mi marcha, por tanto, se trata de una decisión largamente meditada y que obedece a razones morales y políticas, que no solo afectan a la organización juvenil del partido.

La inacción de la cúpula del partido nacional y autonómica ante el desafío separatista de un Artur Mas que amenaza con romper España inminentemente. La pasiva actitud ante la derogación de la Doctrina Parot, sumado a la lamentable actitud de los dirigentes del actual PP Vasco, más cercano a Bildu que a las víctimas. La permisividad con la que se ha actuado, dejando al brazo político de ETA ser cada vez más poderoso. La falta de compromiso en reformar un modelo autonómico totalmente deficitario, foco de corrupción y de separatismos. La incomprensión que me produce que el PPC pida un autonomismo diferencial para Cataluña, como lo hacía CIU apenas cuatro o cinco años atrás.

 El no plantear, ni siquiera, la devolución de la competencia de educación al Estado, punto de poder y adoctrinamiento de los nacionalismos. El incumplimiento de las sentencias judiciales por parte de la Generalidad, ante los brazos cruzados del Partido Popular.

La marcha atrás en la  Reforma de la ley del aborto, ante las presiones del mal llamado sector “progresista” del partido. La escasez por no decir nulas políticas familiares, sumado al desprecio por parte de cierto sector del PPC hacia la Plataforma Es Familia, por la que tanto trabajé junto a grandes compañeros. La actitud crítica y la falta de medidas ante la corrupción. La falta de democracia interna y el pisoteo de nuestros propios estatutos…

Por todo ello, no puedo seguir siendo parte del Partido Popular. Mi corazón me impide ser cómplice de esta traición al militante, al ciudadano español y a la misión histórica para la que el Partido Popular fue concebido.

A partir de hoy, dejo de ser una “rara avis” dentro Partido Popular, pasando a ser un español más que no se quedará de brazos cruzados en un momento crucial para España.