En franco declive, Cs afronta un 10N de malabares, vetar a Sánchez o VOX no sería creíble

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), AÑO 2019. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante una rueda de prensa. Madrid, 26.09.2019. Con todas las encuestas en contra y en franco declive, Ciudadanos afronta una campaña electoral de auténtico juego de malabares para intentar agarrarse al centro al mismo tiempo que promete pactar con el PP, pero sin descartar tampoco de forma tajante un acuerdo con el PSOE tras las elecciones. Efe

lasvocesdelpueblo y Agencias – Con todas las encuestas en contra y en franco declive, Ciudadanos afronta una campaña electoral de auténtico juego de malabares para intentar agarrarse al centro al mismo tiempo que promete pactar con el PP, pero sin descartar tampoco de forma tajante un acuerdo con el PSOE tras las elecciones. Madrid (España), jueves 26 de septiembre de 2019. 

Además un veto a Pedro Sánchez no sería creíble después de que Albert Rivera lo levantara en el último minuto de la legislatura planteando esa abstención condicionada que le habían reclamado algunos miembros de la ejecutiva hace tres meses y que abrió una crisis sin precedentes en la formación.

Crisis que también se ha reflejado en la militancia, ya que en el último año Cs ha perdido el 4,5 por ciento de los afiliados y en algunos territorios, como en Canarias, alcanza hasta el 30 por ciento, según fuentes de esta formación.

En todo caso y una vez pasada la euforia de los 57 escaños obtenidos en las elecciones del 28 de abril, que dejó a Cs a nueve escaños y a menos de un punto del PP, ni Rivera ha conseguido ser el líder de la oposición pese a su empeño verbal ni tampoco el partido ha servido para desbloquear la legislatura, aunque daban los números.

Y es por eso por lo que algunos críticos con esa estrategia han advertido de la «irrelevancia» que planea sobre Ciudadanos y algunos, aunque aplauden el giro de 180 grados de Rivera de última hora, creen que llega tarde.

Con esta carta inesperada, Cs intenta retener a su electorado de centro al venderse también como la única fuerza que se ha movido para tratar de salvar la legislatura, pero, según dejan claro fuentes de la formación a Efe, fue una solución solo para ese momento y no se propondrá en campaña.

La campaña, que está empezando a diseñarse, hará hincapié en la idea de sumar con el PP si hay posibilidad de gobernar tras el 10N, pero si no la hay, no aclaran cuál será el plan B en el caso de que vuelva a haber partido con el PSOE, como ocurrió el 28 de abril.

Sí insisten en que hay que construir una alternativa a Sánchez pero por ahora no tienen previsto que la Ejecutiva vaya a volver a aprobar un «no» al candidato socialista, aunque aseguran que ni antes ni después de los comicios habrá una oferta al secretario general del PSOE.

A 45 días de las elecciones, Ciudadanos ya se ha puesto manos a la obra y lo ha hecho con las encuestas a la baja, que, en el caso del último CIS de septiembre, descienden hasta la cuarta posición con el 8,6 por ciento de los votos (el 28A obtuvieron el 15,86 por ciento).

Dicen en Cs que no les preocupa porque es lo que siempre les pasa con los sondeos y están convencidos de que no van a tener fugas ni por la derecha ni por la izquierda, aunque pueden sufrir la desmovilización de un electorado harto de tener que volver a las urnas y de repetir las elecciones por segunda vez en cuatro años.

Les pasó en la repetición de 2016, cuando pasaron de 40 a 32 diputados si bien la caída en porcentaje no llegó ni a un punto.

Por eso quieren hacer una campaña menos invasiva, sin grandes mítines y con actos más temáticos, y están dando también una vuelta al programa electoral, aunque básicamente dejarán la mayor parte de las propuestas.

También van a mantener las listas electorales al margen de algún retoque puntual, por ejemplo para sustituir las salidas de Toni Roldán, que fue el número 2 por Barcelona, o Francisco de la Torre, que ocupó la sexta posición en la candidatura por Madrid.

LOS MALES DE CIUDADANOS

Con la irrupción con fuerzas en el escenario político español, sacando músculo un 7 de octubre de 2018 en la cubierta del palacio Vistalegre, dando ‘voz’, tal como se define ‘La Voz del Pueblo (español’ (VOX), a los votantes de la derecha sin complejos, Ciudadanos de Albert Rivera —siendo el partido que se beneficiaba constantemente de ese electorado, entonces huérfano por el viaje sin fin del PP del expresidente Mariano Rajoy Brey hacía el llamado «centro»— no supo aceptar aquélla evidencia y cayó más bajo, asumiendo el juego del PSOE y de la extrema izquierda, y peor aún, dejándose llevar por un ‘progres’ de toda la vida: Manuel Valls (PSOE).

Asimismo, cargos destacados de Cs y la dirección del partido naranja, excepto la líder catalana de Cs, Inés Arrimadas, tacharon a VOX de tosos los males, con el mismo discurso del separatismo, la extrema izquierda y el PSOE. Lo que entonces no sabía Rivera es que esos insultos eran contra sus propios votantes.

De hecho, VOX —entonces contra todos, y hay que subrayar también que tras conocer los resultados de las últimas elecciones de abril de 2019 el PP de Pablo Casado se sumó al carro de Cs, PSOE, Podemos y separatistas contra VOX. La antivox del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, llegó a tachar de «extrema derecha a VOX» junto a la prensa afines al PP: El Español de Pedro J. Ramirez, Antena 3, etc.. también el propio presidente del PP, Pablo Casado, se sumó al carro de los insultos contra VOX— mantuvo el rumbo y según las últimas encuestas, VOX podría volver al Congreso de la XIIII legislativa del reino de España con sus 24 diputados de abril de 2019, al perder solo 8 decimales, según la encuesta de ABC conocida hoy.

Otro error de bulto de Cs ocurrió las últimas horas de que se acabase el tiempo de la investidura de Sánchez. Ciudadanos quitó el veto al PSOE de Sánchez, únicamente para luna abstención a la investidura de Sánchez. Un riesgo letal que cualquiera formación política negociaría con su nuevo socio antes de anunciar. Lo lógico sería que en vez de la abstención, imposible porque el PSOE necesitaría más formaciones que se abstuviesen, que Ciudadanos le diera al PSOE un «SÍ» a la investidura de Sánchez.

Asimismo, ante la campaña del 10N, Rivera ni puede vender en la campaña el veto a VOX por «tener VOX la lepra» -según Manuel Valls- ni vetar al PSOE de Sánchez porque ya ofreció a Sánchez su abstención, aunque fuera a cambio de medidas contra el Procés en Cataluña. cero indulto a los presos del Procés y estudiar el 155 en Cataluña.

Tanto es así que Rivera estaria copiando la propuesta electoral de VOX. Rivera ya avanzó éste miércoles en Vic (Barcelona), intervenir los Mozos de Escuadra y complemento salarial para los Policías Nacionales y Guardias Civiles que trabajen o viven en Cataluña.