La bailaora Carmen Cortés pone a compás los versos de Sor Juana Inés con éxito

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FOTOGRAFÍA. ALMAGRO (ESPAÑA), 06.07.2019. La bailaora, coreógrafa y directora artística Carmen Cortés, durante el estreno de "Juana Inés" celebrado el pasado miércoles en el marco del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, en Ciudad Real. Efe.

Efe – Los silencios, las esperas y el arrebato de la bailaora Carmen Cortés contienen el coraje y la desesperación de la poesía de la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz en el espectáculo que la barcelonesa ha representado esta noche, con un gran éxito, en el Festival de Teatro Clásico de Almagro. Almagro (Ciudad Real) España, domingo 7 de julio de 2019.

Cortés (1957) retrata a golpe de soleá, martinete, seguirilla, rondeña, taranto y tanguillos a una mujer que reivindicó hace más de 350 años su inteligencia y su derecho a ejercerla en un mundo de hombres.

Con música del «gran» Gerardo Núñez, ella y Carme Portaceli dirigen «Juana Inés», en la que firma la dramaturgia Nando López y la iluminación Juan Gómez Cornejo, con Javier Conde a la guitarra, Antonio Moreno «el Cancu» al cante y Rafael Serrano a la percusión.

«Es una música maravillosa con pautas, con cante, con palabra, con palos muy serios como la soleá o el taranto pero también hay una parte más desenfadada cuando Juana Inés le pide a su madre con 7 años que la vista de hombre para ir a la universidad, una escena que hacemos a ritmo de tanguillos», ha explicado Cortés a EFE.

Juana Inés, ha recordado, fue una de las primeras mujeres que luchó por sus derechos en igualdad y de las primeras que ya fueron «acusadas» por ello y castigada «con el alejamiento de todo lo que fuese una luz».

Fue gracias a que mandó a las virreinas todo lo que escribió por lo que se han podido conservar los documentos que escribió, ha precisado.

Entre las frases más impactantes del espectáculo y que mejor definen al personaje Cortés destaca «¿en qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas?».

También le parece especialmente reveladora «si alzo la voz es porque ya no puedo más. ¿De qué envidia no soy blanco? ¿De qué mala intención no soy objeto? No hay don que reciba más ataques que el entendimiento».

Todo lo de Sor Juana Inés, afirma, «es muy importante y no se puede perder nada de su lucha. Soy flamenca y la he traído a mi terreno porque es mi tradición y en lo que yo me muevo», explica Cortés sobre el espectáculo.

«A todas las mujeres nos pasa de todo lo que a sor Juana Inés hace tantos años. Y no tenemos que ir muy lejos, todos los días hay asesinatos. Ella dice que el amor a los versos la condenó al silencio», recalca.

Juana Inés, que decía cosas como «finjamos que soy feliz triste pensamiento un rato», «nos enseña a ser mejores, a luchar por lo que creemos, por el deseo de saber, de conocimiento, de salir de la ignorancia. Los artistas nos debemos a eso, ser el altavoz de quienes no tienen voz».

«Mi trayectoria ha sido de amor a la danza, al progreso… La primera vez que yo hice teatro flamenco fue con Mario Maya y fue muy especial. Era teatro gitano que contenía una protesta sobre cómo trataban a los gitanos y a las personas de una condición con problemas de todo tipo. Ha pasado mucho tiempo y los seguimos teniendo», reivindica.

Los poemas de Juana Inés, añade, «son el reflejo de una poeta y una escritora brutal, que tuvo que enfrentarse a infinitas trabas en su deseo por aprender, por saber, pero que es una desconocida en los festivales de teatro y de danza. Nuestra obligación es sacarla de ese lugar oscuro en la que quisieron meterla sus enemigos».