La falta de una proteína favorece la aparición de la obesidad

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Vista de tres personas con obesidad en la calle. Efe.

Efe – La deficiencia en la proteína DOR (también llamada TP53INP2) promueve la generación de nuevas células adiposa. El laboratorio trabaja ahora en desvelar este mecanismo en detalle para completar el conocimiento sobre los distintos tipos de obesidad, y contribuir a su prevención y tratamiento. Barcelona (España), jueves 19 de abril de 2018. fotografía: Vista de tres personas con obesidad en la calle. Efe.

Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona han descubierto que la deficiencia en la proteína DOR favorece la aparición de una forma de obesidad menos perjudicial ligada al número de células de la grasa.

La investigación, que publica en portada la revista ‘Nature Cell Biology’, ha desvelado que la deficiencia en la proteína DOR (también llamada TP53INP2) promueve la generación de nuevas células adiposas, que almacenan grasa, produciendo una forma de obesidad menos perjudicial.

En este trabajo liderado por el científico del IRB Barcelona Antonio Zorzano, también catedrático de la Universidad de Barcelona y miembro del CIBERDEM, junto a laboratorios de Gotemburgo (Suecia), Tarragona y Girona, los investigadores han observado que los pacientes obesos presentan niveles bajos de DOR en su tejido adiposo.

Para seguir investigando la relación entre DOR y la obesidad, los investigadores del Laboratorio de Enfermedades Metabólicas Complejas y Mitocondrias del IRB, referente en el estudio de dicha proteína, generaron un modelo de ratón deficiente para esta proteína, que presenta una marcada obesidad en ausencia de complicaciones metabólicas, como la intolerancia a la glucosa o la inflamación.

Estos modelos mimetizan el efecto observado en los pacientes obesos pero metabólicamente sanos analizados en este estudio.

«Todos estos resultados nos permiten entender el mecanismo por el cual existen personas que no llegan a desarrollar las enfermedades asociadas a la obesidad», ha señalado Zorzano.

La evidencia existente apunta que los seres humanos, a partir de los 20 años mantienen estable el número de células adiposas.

Por ello, si se adelgaza o se engorda, lo que varía es el volumen de estas células, pero no su número.

Sin embargo, según la nueva función de DOR revelada en este estudio, la reducción de los niveles de esta proteína en las células madre que dan lugar a los adipocitos, podría aumentar el número de células adiposas en la vida adulta.

«Es importante señalar que la solución a la obesidad no estaría en incrementar, mediante tratamientos, el número de células adiposas ya que la obesidad debe prevenirse», ha advertido Zorzano, que reconoce que «este estudio nos ayuda a entender mejor las distintas formas de obesidad en humanos».

El laboratorio trabaja ahora en desvelar este mecanismo en detalle para completar el conocimiento sobre los distintos tipos de obesidad, y contribuir a su prevención y tratamiento.