La procesada intendente de los Mozos Teresa Laplana: «Yo no conocía a los «Jordis»»

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FOTOGRAFÍA. AUDIENCIA NACIONAL (MADRID) ESPAÑA, 22.01.2020. La intendente de los Mossos Teresa Laplana (2ª a la derecha) ha asegurado hoy que no conocía al exlíder de ANC Jordi Sànchez, condenado a 9 años de cárcel por el procés, hasta que le vio por primera vez durante el cerco a la sede de la Consellería de Economía del 20 de septiembre de 2017. Efe

Efe – La intendente de los Mossos d’esquadra, Teresa Laplana, ha asegurado hoy que no conocía al exlíder de Asamblea Nacional catalana (ANC), Jordi Sànchez, condenado a 9 años de cárcel por el procés, hasta que le vio por primera vez durante el cerco a la sede de la Consellería de Economía del 20 de septiembre de 2017. San Fernando de Henares (Madrid) España, jueves 22 de enero de 2020. 

Tras el extenso interrogatorio durante tres días a Trapero en el juicio por rebelión en la Audiencia Nacional, la siguiente en declarar ha sido Laplana, que se enfrenta a 4 años de cárcel por sedición en relación a su actuación el 20-S durante la concentración en el departamento de Economía para protestar por un registro de la Guardia Civil contra los preparativos del 1-O.

Laplana, que siempre declaró por videoconferencia durante la instrucción de esta causa por motivos de salud, ha relatado que ese día ella se encontraba de reposo en su domicilio por prescripción médica a causa de un síndrome vertiginoso, situación que le provocó confusión sobre algunas actuaciones y algunas horas cuando redactó la minuta policial.

A preguntas del fiscal Pedro Rubira, ha explicado que pese a encontrase en esa situación acudió a la sede de Economía porque el comisario que le dijo que él se encargaba finalmente avisó de que no podía trasladarse hasta allí, dado que además de ese registro se estaban produciendo varias actuaciones encaminadas a frenar el 1-O.

«Al no haber más mandos que pudieran desplazarse consideré que era mi responsabilidad a pesar de lo mal que me encontraba», ha señalado la intendente, a la vez que ha reconocido que lo que no llego a pensar es que la diligencia duraría tantas horas.

«La afluencia de gente al lugar era imparable», ha descrito Laplana, que ha recordado que cuando ella llegó a las 8.45 había ya unas 500 personas.

El fiscal ha querido saber qué perfil tenían los concentrado y ha relatado que era «de todo tipo», había gente mayor y de otras edades que no parecían radicales.

Si bien su actitud era muy reivindicativa y expresaban claramente su rechazo a la actividad de la Guardia Civil en forma de proclamas y cánticos a favor del referéndum como «votarem», a ella no le pareció que tuvieran una «actitud violenta» ni hubo intentos de intrusión en el interior del edifico registrado.

Su misión, ha explicado, era principalmente la de transmitir a sus superiores lo que estaba viendo, realizar la interlocución con los representantes de la Guardia Civil y cursar sus peticiones, «pero no tenía capacidad para movilizar a los efectivos de orden público», ha puntualizado, al aclarar que ella no era la jefa del operativo como, según ella, erróneamente hizo consta el instructor de las diligencias.

Su principal intervención, según ha dicho, consistió en tratar de facilitar la entrada de tres detenidos para que pudieran estar presentes en el registro.

El comisario Ferran López, segundo de Trapero, le llamó y le pidió que se pusiera en contacto con el responsable de la Brimo para establecer un dispositivo y coordinar la llegada de los detenidos a Economía.

La cantidad de gente y su actitud reivindicativa hizo pensar que una intervención para establecer un cordón de seguridad por el pasaran los detenidos «podía generar desórdenes públicos incalculables que en esos momentos no se estaban produciendo»

Al no poder actuar la Brimo «por la fuerte resistencia de los concentrados», le informaron de que iría un representante de ANC para ver si se podía hacer una gestión para retirar a los concentrados y que se pusiera en contacto con él, para lo que le dieron su teléfono.

Laplana habló con él tres veces y, a preguntas del fiscal, ha manifestado que Sànchez en ningún momento interfirió en su trabajo porque «podía decir misa. No tenia ninguna atribución para condicionar una actuación policial, no es nadie para entrometerse en las ordenes que da la Policía».

También ha revelado que tampoco llegó a ver a la secretaria judicial cuando salió del edificio a través de la azotea porque ella ya no se encontraba en el lugar, ya que su relevo llegó a las 10.45 horas, previamente habló con ella dos veces por si quería abandonar la sede de Economía y esta le dijo que se quedaría hasta acabar la diligencia.

A preguntas de su abogada, Olga Tubau, la misma que defiende a Trapero, ha sostenido que en ningún momento trató de impedir o entorpecer esa diligencia.

«En ningún momento fue esa mi intención, lo único que deseaba es que se desarrollara con la mayor normalidad dando curso a todas las peticiones de Guardia Civil». «Siento que no pudiéramos responder a tiempo a todas las peticiones», ha lamentado.