La sequía en España

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MUNDO, 06 DE MAYO DE 2023- Detalle de una tierra árida con tierra seca y agrietada en un periodo de crisis de agua que causa sequía en la superficie del planeta Tierra. Imagen creada por Freepik/Lasvocesdelpueblo 

Redacción.- Barcelona (España), sábado 6 de mayo de 2023. La sequía es un problema que afecta a la mayoría de los países del mundo y España no es una excepción más si sabemos que el 73,7% de su superficie es árida, y las diferentes culturas y gobiernos que han ido pasando por la península ibérica lo sabían y buscaron la mejor manera de proveerse de diferentes sistemas (pozos, acueductos, aljibes, canales de riego y pantanos) que les permitiera llevar el agua a donde hiciera falta. Estamos en época primaveral, pero ha llegado el calor de forma adelantada, parece que estamos en verano, lo grave de la situación es la falta de lluvia que aqueja a toda España, encontrándose en estos momentos las reservas de agua a menos del 50% de su capacidad. Los agricultores no podrán sembrar como cada año por estas fechas, solo tendrán derecho al agua para regar los árboles frutales y garantizar su supervivencia para el próximo año.

No solo la agricultura es la afectada, también la ganadería, la industria y la población en general que tendrá que pagar más por el precio de los productos. Las zonas más afectadas son las regiones de Andalucía y Cataluña. En el caso catalán, el Parlamento, aprobó una proposición de ley presentada por JxCat, sobre medidas extraordinarias y urgentes para hacer frente a la sequía, y salió adelante con los votos favorables del PSC, JxCat, ERC, Cs y el PP. La abstención de VOX y la negativa de los Comunes y la CUP.

El tema de la falta de agua no debe responder a colores políticos de turno, porque una vez cumplen su mandato, el proyecto que habían iniciado, queda acabado cuando entra un nuevo Gobierno, como por ejemplo en la época del expresidente José María Aznar, quien aprobó el Plan Hidrológico Nacional, el año 2001, y al llegar el expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero, lo cambió por la creación de 51 plantas desalinizadoras y solo han funcionado 17. Ahí han quedado grandes inversiones en plantas inauguradas, pero no acabadas, como por ejemplo en Andalucía: la desaladora del Bajo Almanzora en Almería, la presa de Rules en Granada, el embalse de Siles en Jaén y la presa de Alcolea en Huelva. Existen defensores de las dos maneras de llevar el agua, ya sea por trasvase (minuto 29-49) o desalinización (posición ecologista).

Para el Responsable de prensa y redes sociales en Agencia Catalana del Agua (ACA), Xavi Duran Ramírez (marzo 2017), el trasvase puede ser una solución para aquellos ríos que tienen excedentes de agua y que pueden aportar recursos a las zonas más necesitadas, pero se debe tener en cuenta que actualmente existen pocos ríos con exceso de agua y tiene un alto coste de energía para bombear el agua durante su recorrido hasta su destino. En cuanto a la desalinización, afirma que su instalación no depende del clima, garantiza una cantidad fija de agua y no coge recurso de otra cuenca, pero la desventaja es que tiene un elevado coste energético para producir agua (osmosis inversa) y el impacto ambiental que puede ocasionar la salmuera resultante del proceso que es vertido a unos kilómetros mar adentro.

Por otro lado, el problema de la sequía en España debería ser tratado como una cuestión de Estado, por un organismo independiente de los gobiernos de turno, porque el agua es un elemento imprescindible para la vida de las personas, los animales y las plantas. Nos afecta a todos. El problema debería ser tratado por reconocidos expertos profesionales en la materia, que estudien el tema, y planifiquen qué y cómo hacer, controlando los resultados. Así tenemos el ejemplo de Israel, que teniendo un territorio con un 60% de desierto y el 95% de sus tierras son áridas, ha pasado de ser un país deficitario a exportador de agua desalinizada, además, ha desarrollado un plan estratégico de gestión del agua y el desarrollo de la agricultura en el desierto por medio de tecnologías.

Por otra parte, a continuación se mencionan algunas medidas preventivas para combatir la sequía: adecuar los cultivos a especies que necesiten el mínimo de agua y adecuar el sistema de riego, implementar medidas estructurales con mejores sistemas de riego o sistemas de distribución y de reutilización del agua más eficientes, diseñar jardines y parques públicos con árboles y plantas resistentes a la sequía, monitorear las sequías midiendo los niveles de lluvia y comparándolos con el uso de agua, rotación de cultivos para disminuir la erosión, etc.. También, se hace necesario tomar medidas urgentes, para solucionar el problema, pero a la vez trabajar para el futuro, tomando medidas correctoras, antes de que sea demasiado tarde, como: desalinización del agua de mar, recoger agua de lluvia para épocas de sequía, riego por goteo o riego por aspersión, la ingeniería de cultivos, recolectar agua del aire, bombas solares, el compostaje, la plantación de más árboles (reforestación de los bosques), cultivar plantas que sean resistentes a la sequía, rotación de cultivos para disminuir la erosión o sembrar cultivos con menor demanda de agua en los periodos secos, utilizar técnicas de labranza conservacionista para reducir la evaporación del agua del suelo, fomentar la reutilización del agua tratada para riego y otros usos no potables, la construcción de presas y embalses que por cierto el Gobierno actual según informes hasta el año 2021, es el país que más presas ha demolido (108) en Europa. Igualmente, en caso de sequía grave, se pueden seguir las siguientes medidas: reducir el riego de jardines y campos de golf, limitar el uso de agua en piscinas y fuentes, utilizar grifos y duchas de bajo flujo, fomentar la reutilización del agua tratada para riego y otros usos no potables, etc.. Por último, como ciudadanos de a pie podemos aportar nuestro granito de arena: reparar las fugas de agua en grifos y tuberías, instalar grifos y duchas de bajo flujo, usar la lavadora y el lavavajillas solo cuando estén llenos, tomar duchas cortas en lugar de baños largos, cerrar el agua mientras se ponen el champú y el jabón, recoger el agua de lluvia para regar las plantas, no dejar correr el agua mientras se cepillan los dientes o se afeitan, recoger el agua limpia que se usa al cocinar que puede servir para regar las plantas, etc..

En conclusión, estamos frente a un problema grave, el agua es un elemento imprescindible para vivir y no se debería politizar, no es momento de buscar culpables, pero sí de tomar conciencia de la situación y adoptar medidas para hacer frente a la falta de agua. Así mismo, educar a la población en el uso del agua, seguir el ejemplo de la experiencia de Israel para combatir la sequía y continuar la investigación por parte de los expertos. «Nunca reconoceremos el valor del agua hasta que el pozo esté seco», (Thomas Fuller).

Manoly A. Roldán