La violenta edil de CUP Maria Rovira dice que ha sufrido «una violación sexual» en plena calle

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La violenta xenófoba edil de CUP Maria Rovira en un imagende CUP Barcelona en la cuenta oficial (municipal) de CUP en Barcelona. Lasvocesdelpueblo.

Redacción – La separatista no dice si iba fumando o borracha aquella madrugada del 1 de septiembre 2016. Sin embargo, defiende la quema de fotos de seres humanos vivos: Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, el mando supremo de las Fuerzas Armadas de la patria y Rey de España. Maria Rovira, la violenta secesionista edil en el Ayuntamiento de Barcelona de la organización racista catalanista antiespañola –organización que llama a la «desobediencia» en Cataluña y quema sin pudor: la bandera de la patria, las fotografía de Su Majestad el Rey Felipe VI y ejemplares de la Constitución Española del 1978 durante el acto del «Once de Septiembre», el día secesionista de Juntos Por El Sí (JxSí): ERC y CDC con su formación: Candidatura de Unidad Popular-Llamada Constituyente (CUPCC)– dice en un comunicado emitido este jueves 15 de septiembre de 2016 con el título «Juntos haremos nuestra la noche» que ha sufrió «una violación sexual, la madrugada del pasado 1 de septiembre» 2016 cuando «volvía a casa desde la Plaza de la Virreina» del barrio de «Gracia (Barcelona) haciendo el mismo recorrido que hace años que hago». La beligerante separatista tacha de «violencia machista» su agresión en el comunicado que reproducimos íntegramente, a continuación. Barcelona (España), sábado 17 de septiembre de 2016. Fotografía: La violenta xenófoba edil de CUP Maria Rovira en un imagen de CUP Barcelona en la cuenta oficial (municipal) de CUP en Barcelona. Lasvocesdelpueblo.

Pero antes, les dejamos con las declaraciones de Maria Rovira del pasado 12 de septiembre 2016 llaman a la «desobediencia» para destruir España y defendiendo la quema de las fotos de los seres humanos vivos

Maria Rovira (defendiendo la quema de foto de un ser humano: «Estamos listos, ya lo hemos demostrado con las manifestaciones en las calles; para avanzar hacia» la destrucción de España. Una destrucción «que entendemos que debe servir para cambiar las condiciones de las vidas de las personas que vivimos a Cataluña. En este sentido, entendemos que es imprescindible la desobediencia hacia aquellas leyes –españolas– que son injustas: Un desobediencia», defiende Rovira, «una unilateralidad«, subrayó la edil de CUP, es decir en eufemismo catalanista: Un Golpe de Estado separatista de JxSí y CUP, que es lo que «estamos cada día defendiendo a la calle para que precisamente», los alumnos que vuelvan este 12 de septiembre al colegio y sus profesores «en diferentes centros escolares» en Cataluña «tengan unas condiciones dignas de trabajo».

Rovira rechaza la opción del referéndum pactado con el gobierno en funciones de Mariano Rajoy y asegura que su partido con solo 10 escaños en el parlamento de Cataluña impulsará el Golpe de Estado: «referéndum unilateral» en Cataluña. Y es que para la beligerante edil de CUP los representantes de los catalanes y restos de españoles en el Congreso de los Diputados del Reino de España no son demócratas. Aún «con unas segundas elecciones en el Estado español», señala Rovira, «todavía existe una mayoría antidemocrática en el Parlamento español que no quiere el Derecho a Decidir y el derecho a hacer un referéndum de autodeterminación aquí en Cataluña».

«Por lo tanto, en una manifestación la gente puede expresarse como quiera y en una sociedad democrática el hecho que se queme o no queme ciertas cosas no debería ser ningún… ni ser ningún problema», dijo Rovira sentenciando que cualquier formación política en cataluña que no defiende la destrucción de España o rechaza la desobediencia y el Golpe de Estado de JxSí y CUP: «nosotros entendemos que» defiendan aquello «que para ellos es una justicia y para nosotros una injusticia» y por lo tante no tenemos nada que comentar porque son partidos políticos «absolutamente antidemocráticos», sentenció haciendo referencia a las querellas presentadas ante la fiscalia General del Estado por la quema de bandera y fotografía del Rey por VOX y Partido Popular (PP) en Cataluña.

Comunicado de la violenta concejala de CUP en el Ayuntamiento de Barcelona sobre su presunta violación

«15 de septiembre de 2016. Maria Rovira, Concejal de la CUP Cambiamos Barcelona

Juntas haremos nuestra la noche

El pasado 1 de septiembre 2016, sobre la una de la madrugada, sufrí una agresión machista. Volvía a casa desde la Plaza de la Virreina de Gracia haciendo el mismo recorrido que hace años que hago. Al mercado de la Abacería Central me despedí de una amiga que me acompañaba y saqué el teléfono para mirar los mensajes. Recuerdo que pensaba, al cruzar el paseo de San Juan, «que suerte conocer el camino perfectamente, sentirme segura en el barrio y no tener que pasar miedo».

Rápidamente fui consciente de que acababa de sufrir una agresión sexual, un ataque machista en la calle

Unos minutos más tarde, cuando estaba a un par de calles de casa, un hombre me sorprendió por detrás, me inmovilizó y me empezó a hacer tocamientos en los genitales. En un primer momento, me quedé en estado de choque, no entendía nada de lo que estaba pasando. Al cabo de unos instantes reaccioné y me salió grito por si alguna persona me sentía y me podía ayudar, pero la calle estaba vacía y no pasaba ningún coche. Empecé a retorcerme para deshacerme de los brazos de aquel hombre, que finalmente echó a correr. 

Le perseguí por el Paseo de San Juan arriba hasta que lo perdí. Aunque yo temblaba, y rápidamente fui consciente de que acababa de sufrir una agresión sexual. Un ataque machista en una calle por donde paso un mínimo de dos veces al día.

Tanto mi compañero, que vino rápidamente a casa, como mis amigos me aconsejaron que llamara a –la policía autonómica española en Cataluña– los Mossos de Escuadra, y pese a que no estaba segura de si su gestión me ayudaría en ese estado, llamé. En un primer momento me hicieron exponer lo que me había pasado y me aseguraron que enviarían a alguien inmediatamente. Voy ducharme, ya que sentía la fuerte necesidad de hacerlo, y nada más salir me llamaron los Mossos en el interfono.

Aquel discurso exculpatorio me encendió de rabia y les respondí que lo que había sufrido era una agresión machista

Abrí la puerta para esperar a fuera, y lo primero que vi fue un hombre muy alto, corpulento, uniformado y con todas las armas subiendo por las escaleras. Estuve a punto de cerrar la puerta, aún en estado de choque y sugestionada, hasta que vi que detrás de él subía una mujer. Volví a repetir –por tercera vez en 20 minutos– lo que había pasado y los describí de nuevo el agresor –unos 30 años, 1,75 metros, vaqueros cortos, camiseta blanca y una mochila negra–.

Lo primero que me dijeron –yo prefiero pensar que contradiciendo sus propios protocolos– es que «estas cosas pasan, que son personas que no están bien de la cabeza«. Aquel discurso exculpatorio me encendió de rabia y les respondí que lo que había sufrido era una agresión machista y que no pasaba porque sí, pero no tenía ánimo de descubrirlos la existencia del sistema que hace que los cuerpos de las mujeres sean objeto de ataques como este. A continuación me dieron la dirección de la comisaría donde podía poner la denuncia ya la mañana siguiente me acerco.

Y debido a que me sugiera que el delito que han cometido contra mi intimidad no es lo suficientemente grave

Allí ya estaban informados de lo que había pasado a la madrugada y me llaman enseguida. De nuevo soy atendida por un hombre, un agente del área de investigación que, todo sea dicho, se disculpa explicando que la mujer que lleva este tipo de casos no está, en ese momento. Explico de nuevo qué pasó y me vuelve a responder con el discurso victimizando y exculpatorio de «son gente que no está bien de la cabeza». Mientras escribe, el agente me pregunta:

«¿Y el –agresor– no te intentó robar? Porque entonces podríamos poner que es un intento de hurto con violencia y sería un delito más grave». Yo me quedo estupefacta por el hecho de que la pena sea superior cuando se sustrae un objeto inanimado que cuando se ataca el cuerpo de una mujer, con las consecuencias psicológicas y físicas que se pueden derivar. Y debido a que me sugiera que el delito que han cometido contra mi intimidad no es lo suficientemente grave.

Mientras pica la información en el ordenador me confiesa que «Gracia tiene un índice muy bajo de delincuencia, pero es uno de los distritos con más asaltos sexuales en la calle». ¿Pues, cómo es posible que las mujeres de Gracia y de la ciudad no estén informadas de donde deben ir más alerta por si los hay que defenderse?

¿Cómo puede ser que las entidades del barrio y los grupos y organizaciones de mujeres no estén al corriente de la situación real de sus calles para poder intervenir? ¿Por qué no se han hecho públicas las caras de los agresores si los Mossos tienen localizados un buen número?

Me da el nombre de un spray por si durante los próximos días tengo miedo al volver a casa

A menudo el único discurso hacia las agresiones sociales es el del miedo. Si caminamos por una calle oscura de madrugada ya sabemos a que nos exponemos, debemos vivir asustadas, como si de noche las calles fueran sólo territorio de los hombres. Pero es esta falta de información, esta indefensión buscada, esta falta de capacitación de quien piensa la seguridad en las calles y de quien lo ejecuta lo que nos hace vulnerables a las agresiones. Agresiones que, cabe recordar, son conductas patriarcales normales llevadas totalmente al extremo.

Finalmente acabamos la descripción de todo lo que había pasado, lo transcribe y me enseña algunas fotos de diferentes agresores. Asimismo, me da el nombre de un spray por si durante los próximos días tengo miedo al volver a casa. En el momento no lo descarto, pero más tarde pienso que volveré a retomar las clases de artes marciales que hacía años había hecho.

Seguidamente me dicen que me llamarán el lunes siguiente para hacer un seguimiento de cómo está todo, llamada que sólo se ha producido para decirme que las cámaras de los establecimientos donde sucedió la agresión no enfocaban hacia la calle y por tanto no servían. Ninguno más información.

Podemos hacer mucho más en materia de agresiones machistas, empezando por reconocer la necesidad de grupos feministas combativos

Si algo estoy aprendiendo de esta experiencia malograda es que no es coherente pedir a las mujeres que denuncien, si la gestión que se hará de su denuncia es ésta. Que las instituciones, también las municipales, podemos hacer mucho más de lo que hacemos en materia de agresiones machistas, empezando por reconocer la necesidad de grupos feministas combativos, reforzarlos y referenciarlos.

Asimismo, que la información que tienen los cuerpos de seguridad debe servir también para alarmarnos; porque sí, es alarmante que no podamos volver solas en casa, que pasamos miedo a la calle, que no tengamos las herramientas para defendernos del terrorismo machista con todas sus expresiones, y en este sentido tengo más claro que nunca que hay que apostar por la autodefensa feminista y entre todas hacer nuestra la noche».