Las autonomías y el Procés elevan la tensión en el último debate del 10N

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 07.11.2019. Las dirigentes de los principales partidos con representación parlamentaria, (i-d) Irene Montero (Unidas Podemos), Ana Pastor (PP), Inés Arrimadas (Ciudadanos), María Jesús Montero (PSOE), y Rocío Monasterio (Vox), antes del inicio del debate a cinco que protagonizan de cara a las elecciones generales del 10N, este jueves en La Sexta TV. Efe

Efe – El funcionamiento del modelo autonómico y en especial las políticas que aplicar para resolver la crisis de Cataluña han sido los dos ámbitos que han disparado este jueves, en el último debate de la campaña, la tensión entre los cinco primeros partidos estatales: PSOE, PP, Cs, Unidas Podemos y Vox. Madrid (España), viernes 8 de noviembre de 2019. 

En estos dos bloques del debate que ha retransmitido La Sexta, a tres días del 10N, han continuado dos de los enfrentamientos directos que han protagonizado María Jesús Montero, del PSOE, e Inés Arrimadas, de Cs, por un lado, y la propia Montero con Arrimadas y Ana Pastor (PP), por otro.

El primero ha tenido como telón de fondo la comisión de investigación sobre el uso de tarjetas cargadas con dinero público en prostíbulos, como presuntamente habrían hecho excargos de la Junta andaluza cuando la gobernaba el Partido Socialista.

La número uno de Cs por Barcelona ha intentado que la ministra de Hacienda respondiera por qué no ha comparecido este jueves ante la misma a pesar de que estaba convocada.

Montero, por su parte, ha procurado que Pastor y Arrimadas aclararan por qué sus formaciones han secundado en la Asamblea de Madrid una proposición no de ley que ha promovido Vox, en la que se pedía la ilegalización de los partidos separatistas que atenten contra la unidad de España.

El primer rifirrafe en estos dos bloques se ha producido cuando ha tomado la palabra Ana Pastor y ha asegurado: «Se nota que hay muchas personas que no han gestionado nunca nada».

Arrimadas ha interrumpido el discurso de la número dos de la lista del PP por Madrid para señalar: «Ni robado de la corrupción…».

La ex ministra en gobiernos de José María Aznar y de Mariano Rajoy, tras este intercambio de reproches, ha destacado que «el estado de las autonomías es lo mejor» que le ha sucedido a los españoles porque ha supuesto la aproximación de la gestión al día a día de los ciudadanos.

En este momento Monasterio le ha reprobado que confunda la centralización administrativa con la descentralización legislativa, y por ello, ha puesto énfasis en la necesidad de acabar con «17 mercaditos».

La aún diputada del PP ha replicado: «Ustedes quieren matar moscas a cañonazos». Tras este instante, ha pedido que tengan «un poquito de idea de gestión».

María Jesús Montero ha defendido el modelo competencial actual.

Pero aquí se han enzarzado la ministra en funciones y la exministra del PP cuando ésta ha reprochado que la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al Palacio de La Moncloa tuvo el apoyo de «lo mejor de cada casa», en referencia las formaciones independentistas catalanas y vasca.

Sobre la gestión en Cataluña Arrimadas y Montero han vuelto a cruzar acusaciones, ya que la representante socialista ha asegurado que la de Cs «no tiene proyecto para Cataluña», lo que le ha valido esta contestación: «Es una frivolidad que trate así a los que estamos sufriendo y nos partimos la cara por defender España; un poquito de humildad».

La candidata del PSOE ha esgrimido el modelo de su partido como el que mejor garantiza la autonomía de Cataluña sin caer en tentaciones de recentralización, y además ha dicho que las escenas de violencia vividas recientemente en las calles son las «imágenes del fracaso del proyecto secesionista».

Monasterio se ha adherido a la ilegalización de los partidos separatistas, así como «medidas excepcionales», en tanto que Pastor ha abanderado la defensa del marco constitucional.

Irene Montero, de Unidas Podemos, ha planteado la necesidad de reconocer la diversidad en Cataluña y en el País Vasco, y ha dejado claro que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, no le inspira «ninguna simpatía». El diálogo es la solución a su entender.