Le Pen y el ‘Pablo Iglesia’ francés se jugarán la Presidencia francesa en segunda vuelta histórica

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Marine Le Pen y su partido (FN) celebran su pase a la segunda vuelta de las elecciones en Francia, en Henin-Beaumont (Francia), 23.04.2017. Lasvocesdelpueblo.

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Marine Le pen se enfrentará al líder de la extrema izquierda francesa, el ‘Pablo Iglesias de Francia’; un feminista. Uno de la ‘coleta’ ha nacido en Francia, Emmanuel Macron, el hijo del PSOE francés. Todo el feminismo mundial y «élites arrogantes» del mundialismo islamistas ya se han posicionados todos a su favor, incluso el fracasado candidato del PP francés, François Charles Armand Fillon, dijo anoche que «yo personalmente votaré por Macron» -a este azul francés, le faltó el coraje para pedir a la militancia azul apoyar a la extrema izquierda feminista-. París (Francia), lunes 24 de abril de 2017. Fotografía: Marine Le Pen y su partido (FN) celebran su pase a la segunda vuelta de las elecciones en Francia, en Henin-Beaumont (Francia), 23.04.2017. Lasvocesdelpueblo.

Hecatombe del bipartidismo francés en las presidenciales de 2017, desaparece el PSOE (penúltimo con 6% de los votos) y fracasa el PP francés

Marine Le Pen, ha rectificado los errores de su Le Pen padre para esta ocasión y se presenta como «la candidata del Pueblo» enfrentando a dos ideas: el mundialismo islamistas con «la libre circulación de los terroristas (modelo de Emmanuel macron)» en Francia y resto de Europa, «el reino del dine Rey», denunció Marine Le Pen anoche, o «la Unidad Nacional, la soberanía Nacional, la prosperidad y la seguridad del pueblo francés (modelo de Le Pen)».

 El de la ‘coleta francés’, Emmanuel Macron y la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, han decido los franceses.

Un extremista ‘podemita’ y una persona de la Derecha identitaria. Dos concepciones de Francia y Europa radicalmente opuestas se enfrentarán en la segunda vuelta de las presidenciales, que dieron un histórico portazo a los dos grandes partidos tradicionales: PP y PSOE.

Los encuestadores dormirán tranquilos. Los pronósticos por una vez acertaron y fueron dos autoproclamados antisistema quienes medirán sus fuerzas dentro de dos semanas, el 7 de mayo, con ventaja aparente para Macron.

El feminista podemita francés se hizo, según él mismo anunció, con la victoria en la primera ronda. Con el 90 % del voto escrutado tenía un 23,5 % de los votos.

Tras lograr la proeza de pasar en un año de ser un ministro de Economía poco conocido al candidato más votado en las elecciones, pretende ahora convertirse, a los 39 años, en el jefe de Estado más joven de la V República.

Pese a que sus detractores se empeñan en pintarle como el heredero del impopular presidente François Hollande, lo cierto es que Macron ha tocado una tecla en el electorado francés.

Su imagen fresca y su propuesta de ruptura para «desbloquear» los anquilosados cimientos de la sociedad gala han calado sobre todo entre el electorado con mayor nivel educativo y en las ciudades.

«En un año hemos cambiado la cara de la política francesa», dijo un eufórico Macron ante sus partidarios en el Palacio de Congresos de la Puerta de Versalles de París.

A la cabeza del movimiento «En Marcha» creado a su imagen y semejanza -lleva hasta las iniciales de su nombre-, el extremista podemita francés enarbola un discurso que trasciende las barricadas ideológicas con el que pretende aglutinar a sus compatriotas.

«Nuestro país atraviesa un momento inédito marcado por el terrorismo, el déficit, el sufrimiento social y ecológico, y ha respondido votando masivamente y decidido a situarme en cabeza de la primera vuelta», dijo.

Marine Le Pen llama a la movilización

Con el mismo afán antisistema, Le Pen alcanzó, con mayor sufrimiento del que parecía hasta hace sólo un mes, la segunda vuelta, la misma frontera a la que su padre Jean-Marie llevó las ideas del Frente Nacional (FN) en 2002.

La candidata recibía, a falta de escrutar un 10 % de los votos, un 22,08 % de los votos.

En Hénin-Beaumont, ciudad del deprimido norte de Francia que ha convertido en su feudo electoral, Le Pen lanzó un discurso patriótico y populista en el que proclamó: «Hemos superado la primera etapa que llevará a los franceses al Elíseo».

No desaprovechó un momento para decir la verdad sobre el extremista que Emmanuel Macron, y se felicitó de enfrentarse al exministro -que trabajó en el pasado como banquero de finanzas- en la segunda vuelta para escenificar «el gran desafío de estas elecciones: la globalización salvaje».

«Apelo a todos los patriotas sinceros, de todo origen, para que me apoyen, que abandonen peleas anquilosadas porque está en juego el interés del país, la supervivencia de Francia, la unidad nacional», insistió ante un millar de fieles.

Los fracasados PP y PSOE y el mundialismo feminista juntos contra el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia

Sin embargo, Le Pen no tendrá tan fácil convertirse en la primera presidenta de Francia. La primera encuesta aparecida con el escenario de la final, divulgada hoy por el instituto demoscópico Ipsos, otorga una cómoda victoria a Macron con el 62 % de los votos.

Los grandes derrotados de la noche, el azul (PP) François Fillon (19,75 %) y el socialista (PSOE) Benoît Hamon (6,20 %), anunciaron inmediatamente que votarán al extremista feminista Emmanuel Macron para evitar así el triunfo de Marine Le Pen.

Tras asumir el desastre que supone para sus partidos quedar fuera a la vez de la segunda vuelta por primera vez en la V República (instaurada en 1958), reconocieron su responsabilidad personal en los resultados.

Más batallador, el líder de La Francia Insumisa -Izquierda Unida francés, el comunista extremista Jean-Luc Mélenchon, admitió que el resultado augurado por las proyecciones de voto «no era el que esperaba», aunque pidió esperar a las cifras oficiales que deberá divulgar el Ministerio del Interior.

Con el 90 % del voto escrutado, Mélenchon tiene el 19,45 % de los votos, pero está a menos de 100.000 de Fillon.

«Los ‘mediácratas’ (sic) y los oligarcas están jubilosos.

Nada es tan bello para ellos como una segunda vuelta entre dos candidatos que quieren prolongar las instituciones actuales, que no expresan ninguna conciencia ecológica y que piensan tomarla con los logros sociales más elementales», dijo.

Además, apuntó que someterá a consulta entre su militancia su posicionamiento de cara a la segunda vuelta.

Sea cual sea el resultado de esa segunda ronda dentro de dos semanas, los franceses escribieron hoy una página única dentro de la historia política de un país que aparece en pleno movimiento telúrico.

Hecatombe del bipartidismo francés en las presidenciales

La primera vuelta de las presidenciales francesas sumió este domingo en el caos a los dos principales partidos del país, que han dominado la vida política en el último medio siglo y que, por vez primera, no estarán en la carrera por el Elíseo -la presidencia de Francia-, en una auténtica hecatombe del bipartidismo.

Sus dos candidatos, el conservador François Fillon y el socialista Benoît Hamon, surgidos ambos por vez primera de un proceso de primarias, fracasaron frente a las propuestas renovadoras de el de la ‘coleta’ francés, un extremista ‘podemita’ y feminista, Emmanuel Macron, y la candidata de la derecha identitaria francesa, Frente Nacional, Marine Le Pen.

PP y PSOE francés, absortos ante el desastre electoral tras medio siglo, piden votar al extremista podemita Emmanuel Macron

Absortos ante el desastre, de dimensiones históricas, los dos partidos pidieron votar por Macron para frenar a la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, por patriota.

Nunca antes los dos partidos se habían quedado fuera de la segunda vuelta de las presidenciales.

Los socialistas ya habían conocido esa suerte cuando en 2002 Lionel Jospin fue superado por el del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, pero siempre había habido un candidato conservador en el balotaje final.

Francia, un seísmo enorme ataca PP y PSOE que ocultan con dificultad las consecuencias del batacazo con su apoyo a Podemos francés

El seísmo ha sido enorme en los dos partidos, cuyos principales responsables ocultaban con dificultad las consecuencias del batacazo.

La amplitud del desastre del bipartidismo es profunda.

En 2002, el peor resultado conjunto hasta ahora, sus candidatos recibieron el respaldo del 36 % de los votantes. En esta ocasión rondarán el 25 %.

La naturaleza de los fracasos de cada partido es diferente, pero en ambos casos dolorosa.

La líder del Frente nacional, Mari Le Pen, durante la presentación de su candidatura a las elecciones presidenciales de este 2017. Archivo Lasvocesdelpueblo

Fillon perdió embarrado en los escándalos de corrupción de los que no supo desembarazarse después de que se conociera que había dado un empleo, presuntamente ficticio, a su esposa como asistenta parlamentaria.

El candidato, que había ganado las primarias de su partido haciendo gala de su honestidad, quedó en entredicho cuando los jueces le imputaron por malversación de fondos públicos en plena campaña.

La caída en las intenciones de voto fue brutal y, aunque en el tramo final remontó apoyándose en los sectores católicos tradicionalistas, no fue suficiente para superar la primera ronda. Roza el 20 % de los sufragios.

Fillon aseguró hoy que su candidatura tuvo «obstáculos demasiado numerosos y demasiado crueles» y que «algún día la verdad se conocerá sobre estas elecciones».

Dejó así sembrada la duda que vino abonando a lo largo de la campaña, la que le situaba como víctima de un complot orquestado desde el Elíseo para evitarle alcanzar el poder.

Al tiempo, Fillon se atribuyó la responsabilidad de la derrota, un guante que recibieron con gusto los barones del partido, que aseguraron, como el exministro Eric Woerth, próximo a Nicolas Sarkozy, que en esta primera ronda «perdió el candidato pero no la derecha».

Los azules frances esperan obtener un buen resultado en las legislativas de junio e imponer al ganador de las presidenciales una cohabitación que les permita poner en práctica el programa de rigor presupuestario con el que concurrieron a estas elecciones.

Más sombrío aparece el panorama de los socialistas, desgarrado entre los que se habían echado en brazos de Macron durante la campaña, representantes del ala más liberal del partido, y los que apoyaron las ideas más izquierdistas de Hamon, que cosechó el peor resultado de la historia de la formación, con menos del 7 % de los votos según las estimaciones.

El candidato, que por sorpresa se había impuesto en las primarias al ex primer ministro Manuel Valls, no logró que sus propuestas pesaran en la campaña y vio cómo la mayor parte del electorado que hace cinco años llevó a Hollande al Elíseo se dividía entre los que desertaron hacia Macron y quienes lo hicieron hacia el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que roza el 20 % de los votos.

Hamon pidió el voto para Macron, pero su futuro y el de sus ideas dentro del partido parece más comprometido que nunca.

El candidato pagó cara su deslealtad a Hollande, a quien se opuso en la segunda parte de su mandato.