Lenin, Trostki y Stalin dieron respuestas contundentes durante la revolución rusa

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Lenin, Trostki y Stalin dieron respuestas contundentes en el momento histórico en que se fraguó la revolución rusa, de la que se conmemora el centenario, una celebración a la que la almeriense editorial Confluencias aporta una antología de entrevistas con esos tres líderes que la hicieron posible. Archivo Efe.

Efe – A diferencia de la vida bajo los zares, «la vida política y cultural del país es ahora muy diferente de la del viejo régimen, cuando la ignorancia, la falta de cultura, la sumisión y la opresión política de las masas permitió a los gobernantes permanecer en el poder…». Sevilla (España), lunes 25 de diciembre de 2017. Fotografía: Lenin, Trostki y Stalin dieron respuestas contundentes en el momento histórico en que se fraguó la revolución rusa, de la que se conmemora el centenario, una celebración a la que la almeriense editorial Confluencias aporta una antología de entrevistas con esos tres líderes que la hicieron posible. Archivo Efe.

Lenin, Trostki y Stalin dieron respuestas contundentes en el momento histórico en que se fraguó la revolución rusa, de la que se conmemora el centenario, una celebración a la que la almeriense editorial Confluencias aporta una antología de entrevistas con esos tres líderes que la hicieron posible.

Las cuatro entrevistas seleccionadas con Lenin fueron efectuadas por periodistas del ámbito anglosajón, la correspondiente a Stalin fue publicada en la propia URSS y hecha por el escritor alemán Emil Ludwig, especializado en biografías y uno de los autores más leídos de su época, y la efectuada a Trostki fue llevada a cabo por otro de los mayores superventas de todos los tiempos, Georges Simenon, para ‘Paris-Soir’.

«Los protagonistas de la Revolución Rusa» es el título que encabeza esta antología publicada en la colección «Conversaciones», consagrada a entrevistas con personajes históricos, escritores y artistas.

La entrevista con Trostki se hizo en junio de 1933, cuando el que fue jefe del Ejército Rojo ya era un prófugo de su antiguo compañero de armas Stalin y se hallaba en Prinkipo (Turquía), rodeado de medidas de seguridad, la descripción de las cuales, así como otros filtros que el entrevistador tuvo de pasar, ocupan las primeras páginas del texto de Simenon:

«El señor Trostki le recibirá mañana a las cuatro. Pero antes tengo que decirle que el señor Trostki, cuyas palabras han sido deformadas demasiado a menudo, desea recibir con antelación sus preguntas por escrito. Responderá por escrito…» -esa fue la literalidad de la advertencia del secretario de Trostki que Simenon incluyó en el arranque de su entrevista-.

Simenon encontró a un Trostki sonriente que a las seis de la mañana ya esta pescando y que dedicaba el resto de la jornada a trabajar en sus escritos y su correspondencia, y que en una de sus respuestas se refirió a España y su república sin ningún optimismo:

«Es cierto que, durante este tiempo, el movimiento revolucionario en España no solo ha barrido la dictadura de Primo de Rivera, sino también la monarquía (…) pero el equilibrio interior está lejos de haberse conseguido en la península del otro lado de los Pirineos. El nuevo régimen español todavía no ha demostrado su estabilidad», respondió cuando la República española ya tenía dos años.

Cuando Emil Ludwig, en diciembre de 1931, pregunta a Stalin si la estabilidad del Gobierno soviético se basa en el terror, el dictador comunista lo niega, tacha esa apreciación de «equivocación» y responde con otra pregunta:
«¿Cree que es posible ejercer el poder y mantener el apoyo de millones de personas durante 14 años por medio de la intimidación y el terror? No, eso es imposible».

Y añade que, a diferencia de la vida bajo los zares, «la vida política y cultural del país es ahora muy diferente de la del viejo régimen, cuando la ignorancia, la falta de cultura, la sumisión y la opresión política de las masas permitió a los gobernantes permanecer en el poder…»

Una de las entrevistas más antiguas agrupadas en esta antología es la que el periodista del Manchester Guardian Arthur Ransome le hizo en noviembre de 1922 a Lenin, en la que el líder bolchevique se ofende cuando se le inquiere por las penurias que el nuevo régimen comunista no sabe cómo evitar: «Afirmo con rotundidad que los rumores de que vamos a implantar de nuevo las cartillas de racionamiento carecen de todo fundamento».

Todas las entrevistas han sido traducidas por el también editor José Jesús Fornieles Álvarez, quien en el prólogo a esta antología señala que cien años después «del triunfo de aquella ilusión, todos conocemos, más o menos, la historia de los países comunistas. Al final, todos desaparecieron sin que los empujara nadie, como azucarillos en un vaso de leche, quedando sólo dos anécdotas, para su desgracia: Corea del Norte y Cuba».