Los epidemiólogos ponen en duda la desescalada por COVID 19 en España

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FOTOGRAFÍA. BADALONA (ESPAÑA), 29.04.2020. Varias familias juegan en la playa de Badalona, este miércoles en Barcelona, cuando se cumplen 46 días de confinamiento por el estado de alarma decretado por el gobierno para frenar la propagación del coronavirus. Efe

Efe – Los datos epidemiológicos en comunidades como Madrid, Cataluña, Castilla y León o Castilla-La Mancha ponen en duda a día de hoy, 29 de abril de 2020, que todos los territorios puedan iniciar en igualdad de condiciones la desescalada el 11 de mayo, aunque aún queda más de semana y media para comprobar hasta dónde pueden llegar los efectos de la tendencia a la baja de los contagios. Madrid (España), jueves 30 de abril de 2020.

Ese ritmo decreciente se mantiene por encima de unas estadísticas que siguen contaminadas por la sucesión de notificaciones erróneas o retrasadas, como se ha puesto de manifiesto este miércoles, en el que han aumentado las muertes (325) y los contagios (2.144), y ha habido un notable incremento de pacientes curados (6.399), debido a unos datos agregados de Galicia, que dejan este titular: más de la mitad de enfermos de la COVID-19 han sido ya dados de alta.

Esos doce días que restan hasta el inicio de la desescalada se aventuran muy agitados en el terreno político, tras la amenaza la oposición, con el PP en primera línea, de dificultar la nueva prórroga del estado de alarma anunciada ayer por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y las demandas de las autonomías sobre el plan.

CRITERIOS EPIDEMIOLÓGICOS

A falta de que se concreten los parámetros de los criterios epidemiológicos para la desescalada, diversos expertos consultados por Efe consideran que algunos territorios siguen con datos de contagios por encima de los que se considerarían adecuados para llevar a cabo el desconfinamiento, como el que fija dos nuevos casos por cada 100.000 habitantes.

El número de positivos, según este baremo, sigue siendo todavía muy alto en las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, las más pobladas de España y las más castigadas por la epidemia de coronavirus, pero también en zonas más diseminadas de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Según los datos actualizados del Ministerio de Sanidad, que sitúan la media española en 86, la Comunidad de Madrid ha registrado 60.765 casos diagnosticados por PCR con una incidencia acumulada en los últimos 14 días de 168,67 afectados por cada 100.000 habitantes. Madrid ha sumado este miércoles 981 nuevos casos, el triple que ayer.

A Madrid le sigue Castilla y León, la región con el territorio más grande de España, con 16.690 positivos detectados y una ratio de 165,4. A continuación se sitúa Cataluña, con 48.654 y 158,29; y Castilla-La Mancha, con 15.785 y 154,56. Castilla y León ha contabilizado este miércoles 101 casos, Cataluña, 496, y Castilla-La Mancha, 79.

En el polo opuesto se encuentran Asturias, Baleares, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia, que en los últimos días han tenido dos o menos contagios por cada 100.000 habitantes, pero a las que en la serie agregada de los últimos 14 días se les imputan, respectivamente, 25,32; 23,75; 20,88; 28,28 y 9,04.

Junto a este criterio, hay otros de índole epidemiológica que también se deberán tener en cuenta para la desescalada, como el número de reproducción básico (R), o sea, el promedio de contagios secundarios que puede causar una persona con la COVID-19 y cuya media actualmente es de 0,77.

CONTAMINACIÓN ESTADÍSTICA

En el recuento diario de datos, los contagios aumentaron significativamente este miércoles hasta los 2.144, al igual que el número de curados, debido a notificaciones de Galicia, que también ha consignado 128 muertos en sus centros sociosanitarios, que no se han sumado a los 325 diarios, pero sí al global de fallecidos, que se eleva a 24.275.

Lo que sí se ha añadido al total de 6.399 han sido los 3.552 curados confirmados asimismo por la Xunta, lo que sitúa el total en 108.947, con lo que las altas son ya más de la mitad de los contagios detectados por PCR, que se acercan a 212.917.

Todas estas notificaciones y presentaciones de datos, ahora separadas, ahora agregadas, han contaminado sin solución de continuidad unas estadísticas ya suficientemente trastocadas desde que se rompió la serie histórica a mediados de mes, sin que se haya recompuesto.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha dicho que corregirán en breve los datos de hoy, en el enésimo reajuste, como otros que se vienen haciendo desde el pasado 17 de abril, cuando Sanidad emitió una orden para fijar a las comunidades un modelo único de notificación.

CRÍTICAS A LA DESESCALADA

Las dudas y críticas iniciales sobre el plan de desescalada por fases se han materializado este miércoles en duras acusaciones de la oposición y en las primeras reclamaciones de las autonomías, que piden más claridad y una mayor flexibilidad en su aplicación.

Cataluña, el País Vasco, Galicia y la Comunidad Valenciana plantean unidades como la región sanitaria como referente territorial en lugar de la provincia, una cuestión que el propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha avanzado que el Gobierno estudiará siempre que las propuestas garanticen la «estanquidad» en términos de movilidad y cumplan los criterios sanitarios y económicos exigidos.

Illa, que ha insistido en que el plan «es dinámico y flexible» y permitirá dar soluciones a la realidad epidemiológica de cada territorio, ha pedido «unidad» a las administraciones y los partidos políticos especialmente en esta fase de desescalada.

Unidad que, a la vista de lo acontecido esta mañana en el Congreso, no parece probable. El PP ha endurecido sus críticas al Gobierno, acusando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de no informarles nunca, de mentir y de hacer el ridículo, y ha amenazado con dejar de apoyar las prórrogas del estado de alarma.

Ese malestar por no participar en la planificación de la desescalada lo han expresado también otros grupos como el PNV o ERC, que ha pedido al Gobierno que reflexione «si quiere mantener» el caudal de apoyo de la moción de censura de 2018 y de la propia investidura.