¡Madrid!

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA). 11.09.2017. En la imagen, unas banderas separatistas 'Estrelladas' durante un acto secesionista en Cataluña. Efe

Redacción.- Barcelona (España), sábado 5 de febrero de 2022. Se anuncian medidas para instalar instituciones públicas, desde Madrid, a otros territorios del Estado. Se habla incluso (con ignorancia) de la necesidad de una descentralización, como si España fuera un Estado centralista que necesita trasladar instituciones de la capital a otros lugares. Es oportuno relacionar este tipo de propuestas con Alemania, al ser el único Estado europeo que sirve para este debate, ya que por ejemplo el Tribunal Constitucional no está en Berlín sino en Karlsruhe o las mejores universidades no están necesariamente en la capital etcétera. Ahora bien, como en España generalmente en estos debates comparados ‘se toca de oído’, conviene advertir que este tipo de medidas en Alemania repercuten a favor de una mayor articulación del Estado extendiendo éste sus ramas a los distintos territorios de la nación. Y es que este tipo de decisiones pueden, en función del sentido que adquieran, contribuir a fortalecer al Estado, o a debilitarlo. En Alemania esto funciona sirviendo además a la mayor movilidad; y la mayor movilidad favorece los intereses unitarios del Estado alemán.

En un país como Alemania, donde previamente se consigue eliminar cualquier signo político-identitario en los Länder (incluyendo por supuesto las lenguas), ‘descapitalizar‘ (por hablar así) fortalece los intereses de la nación. En cambio, en un Estado como el nuestro (donde se practica una política identitaria de ciertas regiones o territorios), la descapitalización se entiende en el contexto del mayor (si cabe) debilitamiento del Estado. Que nadie se engañe. Es claro que esto es lo que quieren los socios del Gobierno. En este contexto, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, quiere llevar piezas de museos en Madrid a las comunidades autónomas. Eso sí, en un país como el nuestro nadie, en cambio, se plantea siquiera la posibilidad de trasladar por ejemplo industrias catalanas o del País Vasco a Teruel o Soria. O incluso de Barcelona a Lérida.

En España queda la judicatura y Madrid. Se entiende así que ambos sufran fuertes envites. Se habla y actúa con mucha arrogancia, como si en España no padeciéramos desde hace décadas una tendencia de fortalecimiento político de ciertos territorios de la periferia en contra de la España del interior.

En conclusión, mientras haya separatistas, es un error ‘descapitalizar‘ España y quitar peso a la capital. Si no hubiera este factor, la descapitalización sería en efecto un acierto. Pero entonces, está bastante claro…, ¡no lo propondrían ni Gobierno ni sus socios!

Santiago González-Varas Ibañez,

Catedrático de derecho administrativo, doctor en Dresden, Becario Humdoldt, exprofeor en Friburgo