Barcelona (Reino de España), miércoles 11 de septiembre de 2024 (Lasvocesdelpueblo).- Manifiesto Diada separatista 2024: ¡Basta de chuparnos las heridas! Luchamos juntos hasta la independencia.
11S Volvemos a las calles. Independencia
Hoy, con motivo del Día nacional de Cataluña, la sociedad civil nos encontramos en las calles, demostrando nuestra fuerza y diversidad reafirmándonos en el convencimiento de que la movilización ha sido, es y será un motor para lograr nuestra liberación nacional.
Cataluña y los Países Catalanes no son inmunes a los retos del XXI y el país necesita respuestas, y el expolio fiscal es una limitación. Vivimos años marcados por la represión y los continuos ataques a nuestra lengua por parte de los estados español y francés. Pero, además, nuestra sociedad se ve afectada por una desigualdad social cada vez más profunda, que pone en peligro derechos políticos, sociales y nacionales. También nos encontramos en medio de una emergencia climática que requiere acciones decididas y comprometidas para garantizar un futuro sostenible para las siguientes generaciones. Asimismo, el crecimiento del discurso de odio y la antipolítica se convierten en una amenaza que hay que combatir y que pone en peligro la cohesión social.
Sin embargo, los catalanes siempre hemos demostrado nuestra voluntad de no resignarnos ante los retos y las injusticias. El Onze de Setembre es un homenaje a quienes, en 1714, defendieron las constituciones y libertades catalanas. Desde entonces, este país se ha movilizado siempre que ha hecho falta. Lo hemos hecho históricamente, durante la dictadura, y lo hemos hecho también durante las últimas décadas: El 10 de julio de 2010, los Días Nacionales posteriores, las protestas post-sentencia, las movilizaciones por la lengua… y lo continuaremos haciendo siempre que sea necesario defender a los intereses de ese pueblo. Hemos demostrado tantas veces como ha sido necesario la formidable potencia de cientos de miles de personas en las calles, en movilizaciones que han maravillado al mundo y han situado la independencia de Catalunya en el centro de la agenda política.
Sin embargo, es evidente que ante los retos actuales, este país no puede esperar más. Para superar los desafíos de las sociedades modernas, son necesarias las herramientas de un estado propio como, obviamente, es la financiación. Por eso, este Onze de Setembre debemos volver a las calles reclamando nuestra independencia, porque de motivos sobran:
Para defender y promover la lengua catalana:
- Para garantizar el deber y el derecho a hablar el catalán, ya una educación de calidad en nuestro idioma que siga haciendo de la nuestra una lengua de acogida.
- Para garantizar que los medios de comunicación en lengua catalana, en especial las televisiones e Internet, lleguen a todos los Países Catalanes.
- Para combatir la dejadez de nuestros representantes en la defensa y uso de nuestra lengua y para garantizar el derecho a vivir plenamente en catalán.
Para eliminar el expolio fiscal, cifrado en 22.000 millones de euros anuales que enriquece a la hacienda española en detrimento del desarrollo económico, social y cultural de los catalanes:
- Para disponer de todos nuestros recursos, diseñar actuaciones de protección y promoción social, garantizar una sanidad y una educación públicas de calidad y puestos de trabajo dignos.
- Para acompañar a las empresas catalanas en los retos de la reindustrialización y descarbonización de la economía catalana.
Para decidir sobre nuestras infraestructuras, garantizando una movilidad digna y sostenible. - Para preservar y gestionar nuestros bienes naturales y para garantizar un futuro al campesinado catalán, que ama y cuida nuestra tierra.
También debemos volver a las calles para garantizar un futuro digno y justo para todos los catalanes:
- Para garantizar el acceso a la vivienda a precios asequibles, garantizando el derecho a vivir dignamente en nuestros barrios y pueblos.
- Para detener la espiral gentrificadora que desdibuja y desarraiga nuestras ciudades al servicio de los fondos buitre y el turismo masivo.
- Para revertir las desigualdades territoriales de una política de infraestructuras diseñada desde Madrid al servicio de las empresas del Ibex.
- Para garantizar un futuro digno a nuestros jóvenes, que no tengan que sobrevivir entre contactos temporales y largas listas del paro juvenil.
- Para que los ayuntamientos catalanes tengan los recursos suficientes para desarrollar las políticas sobre las que tienen competencias, pero muchas veces no la financiación. Para preservar y gestionar nuestros bienes naturales y para garantizar un futuro al campesinado catalán, que ama y cuida nuestra tierra.
- Estar sometidos a España es una amenaza estructural para la supervivencia de la lengua y la cultura catalanas y para garantizar un futuro digno para los ciudadanos de este país. La independencia es un proyecto para vivir mejor.
Sin embargo, los partidos políticos independentistas han sido incapaces de ponerse de acuerdo y de trazar una estrategia compartida para hacer efectivo el derecho a la autodeterminación aunque la ciudadanía catalana se ha movilizado una y otra vez. Les hemos facilitado mayorías parlamentarias, que unos y otros han derrochado en discusiones cainitas.
La pelea permanente y las disputas electoralistas nos han llevado a donde estamos: la Generalitat de Catalunya en manos de un gobierno españolista que hace pocos días se arrodillaba ante Felipe VI, el rey del 3 de octubre. Un gobierno que niega categóricamente nuestro derecho de autodeterminación y que quiere cerrar el conflicto político en los despachos. Dicen incluso que han pacificado Catalunya. Que ya existe normalidad «autonómica».
¿Pero de qué normalidad hablan? ¿En qué país es normal que un presidente de la Generalitat, que un diputado electo que además es jefe de la oposición, pueda participar de los debates parlamentarios? ¿Dónde está la normalidad cuando un golpe de estado judicial se niega a aplicar la amnistía a cientos de compañeros y compañeras independentistas? ¿Cuándo los delitos de malversación, de sedición o los desórdenes se desvirtúan al gusto del represor?
¿De qué normalidad hablan? ¿En qué país es normal que se criminalicen entidades y ciudadanos por manifestarse, como el pasado 8 de agosto. ¿Es normal que los compañeros de los CDR sigan acusados de terrorismo? ¿Es normal que la ciudadanía no pueda expresar su voluntad en un referendo? No, no es algo normal. ¿Es esto todo lo que ofrece la democracia española?
¡Salimos a las calles porque ni estamos pacificados ni nos han pacificado!
Por eso hacemos un llamamiento a todos los independentistas: ¡Basta de chuparnos las heridas! Organícese! ¡Que cada uno de nosotros trabaje en este proyecto colectivo que es la libertad de nuestro país! ¡Luchamos juntos hasta la independencia!
Hoy, aquí, entidades diversas nos hemos unido demostrando que es posible llegar a acuerdos por las cuestiones que realmente importan. ¡Demostramos que el independentismo es fuerte, transversal, inteligente, y que aquí no se rinde nadie! La sociedad civil estamos y estamos, unidos y trabajando para construir un país libre del que todo el mundo se sienta parte. Ante un Estado español que no ofrece ningún futuro digno para los Països Catalans, volvemos a las calles: Por la justicia, por el país y por el futuro de nuestra gente. ¡Independencia!
¡Viva Cataluña libre!
Barcelona, miércoles 11 de septiembre de 2024
Assemblea Nacional Catalana (ANC)