Redacción – El propietario del Restaurante Braseria los Olivos, ubicado en la Avenida de la Costa Brava, número 91, 08380 Malgrat de Mar (Barcelona) Cataluña (España), es una de las miles de víctimas del cierre total de Hostería en nuestro país durante los estados de alarma por el virus chino. Esta padre de familia catalana explica que mientras por un lado se le obligaba de cerrar su negocio, por otro se le obligaba a seguir pagando sus impuestos de autónomo y, quedando contra la pared con solo «cinco euros», explica Manolo, se vio entonces obligado a «reabrir» hasta la fecha y se enfrenta a multas y actas de al menos «200.000 euros», que asegura haber interpuestos varios recursos. Barcelona (España), sábado 13 de marzo de 2021.
VÍDEO. Malgrat de Mar (Barcelona), 12.03.2021.
El empresario catalán asegura que «yo abrí mi restaurante» durante los meses de estado de alarma decretado para frenar los contagios masivos de la pandemia del covid 19 cuando entonces el Gobierno de coalición del PSOE y Unidos Podemos decretó el cierre de barres y restaurantes o cuando recientemente durante la segunda ola de este virus chino el Gobierno de coalición de la Generalidad de Cataluña de ERC y JxCAT, con el amparo del estado de alarma de los 6 meses del Gobierno central socialcomunista, aún vigente, decretó el cierre de la hostelería en la Comunidad autónoma de Cataluña.
«Estuve cerrado un tiempo, pero cuando no podía aguantar más y que encima» desde el Gobierno central y autonómico me seguían «cobrando los impuestos para autónomos y solo me quedaba cinco euros», ha alegado Manolo, «tuve que elegir entre comprar una barra de pan» con los cinco euros «o irme a trabajar» que significaba «reabrir el bar», ha explicado a Lasvocesdelpueblo.
Desde entonces, ha dicho el vecino de Cataluña, él tomó la decisión correcta de «abrir el bar con el horario que hay que hacerlo», apostilló Manolo. Tras la apertura unilateral de su negocio, las autoridades gubernamentales mandaron a la Policía a por Manolo, que afirma que fue multado y que presentó recursos.
«Entre multas y actas» por abrir en estado de alarma, «ascienden a unos 200.000 euros» que debe pagar a la administración por su insumisión social al decreto de estado de alarma.
«A mí el Gobierno no me deja trabajar; y como no me deja trabajar pues no podré pagar esos 200.000 euros que quiere que le pague». «Pero, aún así tengo recurridas las multas», apunta y denuncia que las multas se han producido en «un estado de alarma ilegal».
El empresario también se ha dirigido al Gobierno de coalición del presidente Pedro Sánchez y vicepresidente Pablo Iglesias, a quienes ha dejado claro: «Que suelte ya el dinero y se deja de tonterías». «Que suelto el dinero de las ayudas de todos los comerciantes y todos los autónomos y que no se lo gaste en tonterías y chorradas». «Estamos» nosotros los hosteleros «desesperados».
Insiste en que «luego» Sánchez e Iglesias «nos piden el voto pero poco dan la cara» ahora cuando les necesitemos. El Gobierno Sánchez e Iglesias, a su juicio, es el único de toda Europa que no ha dado las ayudas económicas a los autónomos. «Sois unos sinvergüenzas», ha dicho. «Eso lo digo yo, el «hostelero insumiso»; sois unos sinvergüenzas».
El empresario compara su «insumisión» social a la insumisión política del separatismo en la Comunidad autónoma de Cataluña, respecto al Procés separatista. ¿Mi «insumisión la hago para poder comer» mientras la del vicepresidente del Gobierno de JxCAT y ERC, con funciones de presidente de la Generalidad de Cataluña, Pere Aragonés (ERC) para qué sirve? «Para repartirse la pasta entre ellos…» (Generalidad y Gobierno Sánchez e Iglesias), agregó a Lasvocesdelpueblo.
Para acabar, al Gremio de Restauración de Barcelona, Manolo ha pedido que rechace las restricciones horarias impuestas por el Gobierno de coalición de ERC y JxCAT de Pere Aragonés porque los cargos del Ejecutivo catalán sí que pueden ir al trabajo normalmente y cobrar sus sueldos cada mes, yendo o no al trabajo, mientras que los ingresos de los restauradores dependen únicamente de que hayan levantado las «persianas» de sus negocios, zanjó.
