Agencias – El presidente del Partido Popular (PP) y candidato a la presidencia del gobierno (diputado electo), Mariano Rajoy Brey, abre hoy una primera ronda de contactos con los líderes políticos para sondear la posibilidad de llegar a un acuerdo que permita la formación del nuevo Gobierno aunque, de momento, el PSOE ya ha avanzado de que no tiene intención de facilitar su investidura. Barcelona (España), jueves 30 de junio de 2016. Fotografía: La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, junto a Mariano Rajoy y Alberto Fabra en la plaza de Toros Valencia. Archivo twitter del Alberto Fabra. Lasvocesdelpueblo.
En esta primera fase, el presidente del PP espera conocer el ánimo de los otros líderes de llegar a un entendimiento y, a partir de ahí y si ve una «buena disposición», el PP nombrará una comisión negociadora para hablar con los demás. Rajoy cree que «lo más razonable» es que este proceso de negociaciones se haga con «la mayor celeridad posible» y para ello apuesta por que todos los actores, incluido él, sean «rápidos, diligentes y constructivos».
Asume que, con 137 escaños que tiene el PP, no puede pretender aplicar «al cien por cien» sus propuestas pero cree posible impulsar un acuerdo para un Gobierno «con amplia base parlamentaria para cuatro años», que dé «seguridad, certidumbre y confianza» en un momento en el que España afronta retos importantes. No obstante, ha reiterado su intención, si no hay un acuerdo para un gabinete de coalición, de gobernar en minoría, con los votos que ciudadanos han otorgado al PP.
Desde el PSOE, hoy han sido mucho los barones territoriales que han tomado partido después de que la dirección federal del PSOE, comenzando por Pedro Sánchez, remarcara que no apoyaría la investidura de Rajoy ni votando a favor ni mediante la abstención. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, reconoce que sería «un fracaso institucional» tener que ir a unas terceras elecciones aunque ha avisado que su partido tampoco está «dispuesto a hacer cualquier cosa» para que no se dé ese escenario.
García-Page ha reconocido que si en diciembre el pacto del PSOE con Podemos y Ciudadanos era «difícil», hoy es una «quimera» aunque ha añadido que «ojalá» fuera posible. En esta misma línea, el presidente de Aragón, Javier Lambán, ha dejado claro que nunca verá razonable que su partido por la vía de la abstención o por la vía del voto activo apoye una investidura como presidente de Mariano Rajoy.
Para Lambán, Rajoy debe «ponerse a trabajar», dejar su «indolencia absolutamente culpable» y buscar los apoyos para su investidura, pero no en el PSOE. El presidente aragonés ha recordado que el PP ha ganado las elecciones y tiene «toda la legitimidad» para gobernar mientras que el PSOE ha perdido «con toda claridad» y le corresponde irse a la oposición.
También le endosa la responsabilidad a Rajoy el presidente valenciano, Ximo Puig, que considera que «ya es hora» de que el líder del PP «se ponga a trabajar» para intentar formar gobierno porque los ciudadanos no están «para ofrecer flores a Mariano». Sí está dispuesto a negociar bilateralmente Ciudadanos, pero ha advertido de que «sin un entendimiento» a tres junto al PSOE no será posible un gobierno, aunque está dispuesto a estudiar otras propuestas y formatos que se le planteen.
En declaraciones a Efe, el presidente del Principado y secretario general de los socialistas asturianos, Javier Fernández, ha descartado cualquier posibilidad de que su partido opte a formar gobierno y ha emplazado al PP a buscar otros aliados para investir como presidente a Mariano Rajoy. «Nos podemos sentar a hablar con quien sea pero a efectos de conseguir algo eficaz, solo la mesa a tres puede dárnoslo», ha avisado el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta.
Como hizo ayer el líder del partido, Albert Rivera, Girauta ha lanzado la pelota al tejado de los socialistas, que son, ha sugerido, los que, si no se abstienen, bloquearían la legislatura otra vez. Podemos parece quedar al margen de estas sumas parlamentarias para la investidura mientras se reabren las heridas internas y las discrepancias entre partidarios de Pablo Iglesias y de Íñigo Errejón por los resultados del pasado domingo.
Errejón, que se mostró reticente al acuerdo con IU, ha reconocido hoy que la alianza electoral «no ha funcionado» después de perder más de un millón de votos y ha abogado por valorarla «con más cuidado» de cara a futuras citas con las urnas. Ha querido taponar la herida el secretario de Organización, Pablo Echenique, que ha advertido de que actuará de manera «contundente, decidida, concreta y grave» contra quienes no comprendan que las guerras internas «nos desangran, nos queman y nos hartan».
«Si la vía del amor y los cuidados se demuestre inútil» -avisa-, extirpará las «malas hierbas de las violencias enquistadas». Tiras y aflojas que se reproducen también en su socio, Izquierda Unida, a pesar de que su acuerdo electoral le ha permitido pasar de cinco a ocho diputados en el Congreso, integrados eso sí, dentro del grupo de Unidos Podemos o en sus confluencias.
En una carta dirigida a la militancia de IU, Alberto Garzón defiende la confluencia con Podemos aunque no haya «seducido» al electorado de izquierdas que en las anteriores elecciones de diciembre sí había confiado en estas dos fuerzas políticas. No comparten esta visión sectores críticos de la dirección de Izquierda Unida, que creen que el modelo de confluencia con Podemos ha sido un «fracaso profundo» para IU porque no han sumado ni donde el acuerdo de coalición «era nuevo» ni donde hubo candidaturas compartidas en diciembre.
