Marruecos| El inmigrante Maruán Yacub explica cómo prepararon la invasión migratoria de Melilla y cómo salió de los «escombros (cadáveres)» en la valla

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FOTOGRAFÍA. RABAT (MARRUECOS), 08.07.2022. El inmigrante ilegal de origen Sudán (África), Maruán Yacub, de 29 años, uno de los inmigrantes irregulares sudaneses y chadianos -Chad (África)- que intentó asaltar la valla que separa Marruecos de la ciudad española de Melilla (España). Traslado herido hasta rabat, explica cómo los varios miles de asaltantes de su país prepararon el ataque masivo a la soberanía nacional dle Reino de España la mañana del viernes, 24 de junio de 2022, día del San Juan, «a las 8.00 horas», dice sin explicar por qué eligieron el día festivo del San Juan. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias.- Rabat (Marruecos), domingo 10 de julio de 2022. El inmigrante ilegal de origen Sudán (África), Maruán Yacub, saca del bolsillo siete folios escritos en árabe por una cara, doblados en acordeón. Es su «diario». En él, este sudanés relata su experiencia en la tragedia de Melilla durante la invasión migratoria del viernes de San Juan de 2022, donde vio la muerte a pocos metros. Lo hace en seis capítulos: desde «El comienzo», hasta «La masacre».

VÍDEO.

Escrito a bolígrafo, a veces negro a veces azul, nos lo enseña en un café del barrio pobre de Rabat, capital de Marruecos, donde malvive este musulmán, inmigrante irregular de 29 años, uno de los veteranos en el intento de asalto más mortal ocurrido en la valla que separa Nador (Marruecos) de la ciudad española de Melilla, con al menos 37 inmigrantes fallecidos -según cifra de las ONG- y al menos 23 muertos -según cifra de las autoridades marroquíes-.

Dice que el ataque masivo se produjo a las 8.00 horas de la mañana del viernes 24 de junio de 2022, sin explicar por qué eligieron el día festivo del San Juan. Maruán quiere publicar su diario. Es su manera de contribuir a dar a conocer lo que viven los inmigrantes ilegales que, como él, recorren miles de kilómetros «huyendo de la guerra y la pobreza en busca del sueño europeo».

Éste de siete páginas es solo de los «cinco días» desde que él salió de Rabat hasta la tragedia de Melilla, una «pequeña parte» del camino de su viaje. «Os puedo escribir tres más sobre Egipto, Libia y Argelia», se ofrece.

«Licenciado en Filosofía» -dice- en Jartum, capital de Sudán, Maruán dice que huyó de su país en «julio de 2019» tras «recibir una bala en una manifestación de protesta contra el expresidente Omar Hasán Ahmad al Bashir». Concreta que la bala «le rozó el hombro» y, de la impresión, «se desmayó». «Fue el día más largo de mi vida», dice enseñando la pequeña cicatriz.

GALERÍA DEL ASALTO CON VIOLENCIA ESPECIAL A LA VALLA DE MELILLA
Una invasión migratoria deja a al menos 37 inmigrantes muertos en la valla de Melilla, según datos de ONG
Desde allí, con lo poco que tenía y el dinero que le «prestan amigos» que «trabajan en el extranjero», llegó a Egipto, donde «vivió hasta hace cinco meses cerca de El Cairo». Entonces decidió ir a «Marruecos para cruzar a España».

1.- «EL COMIENZO DEL VIAJE»

El primer capítulo de su diario narra su salida de Rabat, donde vive -antes en la calle y ahora en una pequeña habitación compartida con unos compatriotas-, y su viaje hasta Seluán, una localidad industrial de la provincia de Nador, frontera con Melilla (España).

Insinúa que la invasión migratoria del llamado «viernes negro» en el mundo d ela inmigración ilegal por la tragedia de melilla se organizó desde varios puntos de Marruecos. «Salí de Rabat con tres personas el 19 de junio». «Pensaba que íbamos a ser los únicos negros en el tren, pero había otros 150 viajando a Nador«, escribe en su diario.

2.- «LA BAJADA DEL TREN»

El segundo explica su llegada a Nador, la localidad marroquí fronteriza con Melilla en cuyos bosques y montañas se esconden los inmigrantes irregulares esperando a pasar a la ciudad española.

Los asaltantes de la valla fronteriza de Melilla tienen un plan y tienen teléfonos móviles de ultima generaciones con el ‘Google Maps: «Bajaron todos del tren y se pusieron a correr. No se a dónde corrían. Nos dividimos entonces en pequeños grupos para que no nos detuvieran. Después de mirar el móvil, descubrí que estábamos corriendo en sentido equivocado. Les avisé que teníamos que volver a la estación para irnos hacia la montaña».

3.- «PERDIDOS EN LA MONTAÑA»

Maruán describe entonces tres montañas de Nador, bautizadas por los inmigrantes ilegales con diferentes nombres: «la Montaña Quemada, la Montaña Morocco y la Montaña Kosovo», y cómo las recorrió en busca de otros subsaharianos para juntarse con ellos e intentar cruzar a Melilla.

«Buscamos en tres montañas: la Montaña Quemada, la Montaña Morocco y la Montaña Kosovo. La Montaña Quemada mira hacia Nador, Bini Enzar (donde está el paso fronterizo) y Melilla. El Monte Morocco se asoma sobre Nador y desde allí el paisaje es espectacular. La montaña Kosovo es donde suelen vivir los africanos». Por esta última empezó su búsqueda.

«Fuimos juntándonos con los que nos íbamos encontrando. Ya éramos once personas. Un señor que sacaba agua de un pozo nos dijo que la policía marroquí había intervenido el día anterior contra los inmigrantes ilegales. Nos sorprendieron sus palabras, pensábamos que arriba nos encontraríamos con el grupo. Aún así, subimos y al llegar al pico no había nadie. Eran las diez de la noche (del día lunes 20 de junio de 2022). Dormimos y luego nos fuimos a la montaña ‘Morocco’, donde nos encontramos con dos personas más, ya éramos trece. Perdí mi mochila».

4.- «DESGASTE»

Llama al cuarto capítulo «desgaste», en un intento de transmitir lo difícil que fue encontrar a los demás en las montañas.

En él narra su camino de la montaña ‘Morocco’ hasta la tercera montaña: «Fuimos a la montaña quemada. Escuché pasos de tres personas perdidas más, buscaban también al grupo principal. Eran chadianos, [ciudadanos musulmanes de Chad (África)]».

«Eran las siete de la tarde (del día miércoles 22 de junio de 2022) y encontramos a otro grupo perdido desde hacía cinco días».

5.- «LA CARAVANA»

El día anterior a la invasión migratoria de los musulmanes a la valla fronteriza de Melilla, el jueves 23 de junio de 2022, Maruán encontró al grupo en la Montaña Quemada. Concreta que el día anterior a la invasión migratoria había una muchedumbre -que evita de decir el número aunque se puede interpretar, según sus declaraciones de varios miles de personas dado que todos los residentes de la ‘Montaña Morroco’ y los de la ‘Montaña Kosovo’ ya estaban todos juntos a los de la ‘Montaña Quemada’ listos para el asalta con violencia especial «fumando», afirma sin decir que hierba fumaban en Marruecos tampoco aporta los detalles de los armas con los que los varios miles de inmigrantes sudaneses y chadianos -todos musulmanes- preparaban dicho asalto.

«Me sorprendió mucho la cantidad de personas que había. Algunos estaban sentados, otros de pie, comiendo, fumando y riéndose. Estaban seguros de que el viernes, 24 de junio de 2022, entrarían a Melilla (España)», escribe.

Concreta que los asaltantes de preparan para actos violentos con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tanto con los de Marruecos como con los del Reino de España en la valla fronteriza de Melilla.

GALERÍA.
Un inmigrante del asalto con especial violencia a la valla de Melilla explica cómo prepararon la invasión
«Escuché que había habido enfrentamientos con las fuerzas de seguridad (marroquíes y españolas durante el asalto a la valla de Melilla). Hice mis cálculos y llegué a la conclusión de que el porcentaje de éxito de entrar a Melilla (España) era del 1 %. Uno se levantó y entendí que era el momento de la partida de la caravana».

6.- «LA MASACRE»

Y es que casis todos eran o sudaneses o chadianos, además, de ser personas con experiencia en violencia callejera. De hecho, los varios miles de asaltantes sudaneses y chadianos formaron varias caravanas para llegar hasta la valla fronteriza desde la Montaña Quemada para así crear una importante distracción durante el asalto.

Y es que el inmigrante que dice ser «Licenciado en Filosofía en Jartum, capital de Sudán, es incapaz de decir una sola cifra de los asaltantes. Se limita a decir que había mucha gente. «Al amanecer, nos movimos del pico de la Montaña Quemada hacia Melilla. Había mucha gente. Me recordaba a las ‘Caravanas de Omdurmán (Sudán) durante la revolución», dice así en referencia a las estrategias que hacían los manifestantes en su país contra el expresidente en la ciudad sudanesa de Omdurmán, pegada a Jartum, la capital del país, desde donde todos los antisistemas y antirégimen se organizaban para irrumpir en la capital de Sudán y instaurar el caos.

«Fuimos a Beni Enzar y las fuerzas de seguridad estaban esperándonos. Pudimos llegar hasta el paso fronterizo y entrar. Abrieron las puertas, pero yo pensaba que tanta gente no podía pasar», dice en referencia al recinto donde se acumularon los inmigrantes y algunos murieron aplastados.

«ESCOMBROS HUMANOS»

En su diario, el inmigrante irregular Maruán califica a los cuerpos acumulados de los inmigrantes ilegales muertos aplastados como «escombros». «Yo estaba dentro con los escombros de personas», escribe. «Algunos murieron por asfixia, otros no hubieran muerto si hubieran traído ambulancias en lugar de darles golpes salvajes».

«En medio de los escombros (humanos), vi a personas muriéndose», sigue relatando Maruán en los últimos folios. Cuando le preguntamos por ese momento, sentado en el café, explica que él «consiguió salir de entre los cuerpos y mantener el tronco fuera, sin pisar suelo», y entonces vio a un inmigrante ilegal a un metro y medio de él girada al grupo pidiendo que volvieran atrás. «Yo repetí sus palabras a la gente de detrás, pero todavía presionaban más (inmigrantes ilegales) hacia adelante. Entonces le cambió la cara, le salió sangre por la nariz y sus ojos se volvieron blancos», relata entre cigarrillo y cigarrillo.

«La batalla de los bastardos»

A él, aficionado a las series de televisión, lo que pasó en la tragedia de Melilla le recuerda al episodio «La batalla de los bastardos» de «Juego de tronos».

Y continúa describiendo de palabra cómo un zapato que se había puesto en la cabeza, atado con un pañuelo, le protegió. «Un policía me daba golpes como cuando quieres romper una madera. Cuando vio que le había dado al zapato, me golpeó en el otro lado».

Luego le metieron en un autobús, desde donde, sobre el mediodía, vio a una persona morir. «En el autobús pensaba: ¿dónde están las asociaciones humanitarias? ¿dónde están los periodistas?», se queja al recordarlo.

El autobús partió sobre las tres o cuatro de la tarde (la incursión ocurrió a las ocho de la mañana) y le llevó hasta Chichaoua, a 900 kilómetros de Nador. La llegada a esa ciudad antes de volver a Rabat, adonde viajó «gracias al dinero que le dieron mendigando», es el último párrafo de su diario.

«Nos dejaron en las calles de la ciudad, en el frío, y dormíamos al raso. Algunos tenían los huesos rotos y no podían andar. Otros no podían ni sentarse, pero todavía veía en ellos la esperanza de poder rozar el otro lado (España)».

A pesar de lo vivido, el inmigrante ilegal Maruán tampoco se plantea volver atrás: «De todas las vías para llegar a España, optaré por la más fácil. Salgo de aquí para buscar la libertad».