«Mujeres de Cs» exigen a la ministra Irene Montero Gil rectificar su comparación entre mujeres afganas y españolas

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), AÑO 2021. La ministra de Igualdad, Irene Montero Gil. Efe

Redacción.- Madrid (España), martes 31 de agosto de 2021. La presidente de Ciutadans Partit de la Ciutadanía-Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas García, ha firmado un escrito junto a otras mujeres de la formación naranja, las llamadas «Mujeres de Ciudadanos (Cs)», como la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, la secretaria general Marina Bravo, y las diputadas nacionales de la formación Sara Giménez, María Carmen Martínez Granados y María Muñoz Vidal, donde exigen a la ministra de Igualdad Gobierno de coalición socialcomunista de España, Irene Montero Gil (Podemos), que rectifique la equiparación que realizó entre la situación de las mujeres afganas con la situación de las mujeres españolas.

Las «Mujeres de Ciudadanos (Cs)» firmantes afirman ser «conscientes de que la vida bajo el régimen talibán es una cárcel para ellas», por lo que no comprenden «las afirmaciones recientes de la Ministra de Igualdad», firman en el texto que Lasvocesdelpueblo ha tenido acceso y que reproducimos íntegramente más abajo.

«Es una ofensa para todas ellas establecer una relación de comparación entre su sufrimiento y las cotas de igualdad alcanzadas en nuestro país, en cuyo nombre habla la ministra Montero cuando realiza sus declaraciones», indican en su escrito.

Desde la formación de liberal inciden en que «nadie niega que quede un importante trecho de camino a recorrer dentro de nuestras fronteras para la plena igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, pero sí rechazamos (…) esa comparación tan frívola como inadmisible».

Por ello, desde Cs consideran las palabras de la ministra como «una afirmación intolerable por parte de cualquier gobierno democrático y verdaderamente consternado por el drama en Afganistán».

El texto está firmado, a su vez, por todas las eurodiputadas de Ciudadanos (Cs), Maite Pagazaurtundúa, Susana Solís y Soraya Rodríguez, las consejeras autonómicas de Cs, Rocío Ruiz, Rocío Blanco, Verónica Casado y Ana Carlota Amigo; así como por la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masía; las coordinadoras autonómicas de Cs Patricia Guasp (Baleares), Carmen Picazo (Castilla La-Mancha) y Beatriz Pino (Galicia); las vice-alcaldesas de Zaragoza, Alicante y Salamanca, Sara Fernández, María Carmen Sánchez y Ana Suárez Otero, respectivamente; o las portavoces autonómicas Ruth Merino (Cortes Valencianas), Susana Fernández (Junta General del Principado de Asturias), Gema Gómez (portavoz de Cs Valladolid y vicepresidenta de la Diputación) o Anna Grau (diputada en el Parlament de Catalunya).

Texto

«Madrid, martes 31 de agosto de 2021. En las últimas semanas, mujeres de países de todo el mundo hemos alzado nuestra voz para denunciar las terribles consecuencias que la visión fundamentalista que quiere imponer el régimen talibán entrañan para las condiciones de vida de las mujeres y niñas en Afganistán.

Los niveles de terror infundidos por los radicales islámicos han sacudido el sentir de la comunidad internacional, consternada por el drama causado a centenares de miles de civiles abocados a huir y volcada en numerosas operaciones de rescate para lograr evacuar a ciudadanos afganos. Durante los días que han durado esas labores humanitarias, las mujeres y niñas afganas han merecido la especial atención de gobiernos, organizaciones, instituciones y entidades de innumerables democracias internacionales. Su situación seguirá en el foco de todos cuantos estamos sinceramente concernidos por las reiteradas violaciones de derechos fundamentales que los talibanes van a seguir llevando a cabo en Afganistán, con especial saña entre la población femenina.

También durante estos días hemos comprobado con crudeza cómo el autoritarismo se ha apoderado de un país y establecido un régimen que responde con coacciones, secuestros y violencia a los rescates de civiles llevados a cabo por varios países de la comunidad internacional, entre los que nos sentimos orgullosas de contar a España. Ese abismo en el respeto por los Derechos Humanos entre los sistemas democráticos y los totalitarios se aprecia con nitidez cuando hablamos de la igualdad de derechos y libertades entre hombres y mujeres.

En ese sentido, el régimen talibán es conocido por las vejaciones, humillaciones, prohibiciones y violaciones de derechos de mujeres y niñas: el veto a su escolarización o la imposibilidad de permitirles trabajar son sólo un ejemplo de las normas de los radicales quieren imponer, asentadas sobre un modelo de sociedad que anula la autonomía de la mujer y que incluso en ocasiones las condena al abandono o la muerte. Así, la obligación de llevar burka, hacerse acompañar de un varón en espacios públicos, no poder reír en público ni hablar con varones que no sean su marido o no poder practicar deporte forman parte del cúmulo de atropellos que se ciernen como una realidad sobre ellas.

Nosotras, las mujeres españolas, hijas y, en ocasiones, madres de una de las democracias más respetuosas con los derechos de la mujer, ante esa lista de atropellos sólo podemos sentir nuestro repudio, junto con la consternación de constatar que haya lugares en el mundo en los que nacer mujer pueda acarrear estas terribles consecuencias.

Conscientes de la aberración que ello supone, celebramos todos y cada uno de los rescates que han permitido a mujeres huir de un futuro que las condena a una nefasta existencia. Es por ello que, conscientes de que la vida bajo el régimen talibán es una cárcel para ellas, no comprendemos las afirmaciones recientes de la Ministra de Igualdad del Gobierno de España, que ha equiparado la situación de la mujer en nuestro país con la de quienes hoy viven amenazadas, encerradas y coartadas de toda libertad. Es una ofensa para todas ellas establecer una relación de comparación entre su sufrimiento y las cotas de igualdad alcanzadas en nuestro país, en cuyo nombre habla la ministra Montero cuando realiza sus declaraciones.

Nosotras, que hemos levantado la voz ante el horror de las mujeres afganas en parlamentos, en medios de comunicación, que hemos ofrecido, impulsado y celebrado la acogida de muchas de ellas en países democráticos, no podemos tolerar unas declaraciones que buscan diluir su dolor mediante la caricaturización de la democracia española como un país opresor para las mujeres.

Nadie niega que quede un importante trecho de camino a recorrer dentro de nuestras fronteras para la plena igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, pero sí rechazamos, con la firmeza de la razón, la convicción democrática y el respeto al sufrimiento de las mujeres afganas, esa comparación tan frívola como inadmisible. Por fortuna, ninguna de nosotras conocemos el horror al que están sometidas hoy las mujeres afganas bajo el régimen talibán porque, como la ministra Montero, somos profundamente afortunadas de haber nacido o vivir en España.

Con la misma convicción con la que unimos nuestras voces a la denuncia de la situación de las mujeres afganas, solicitamos una rectificación inmediata a Irene Montero, cuyo puesto de responsabilidad convierte sus palabras en una afirmación intolerable por parte de cualquier gobierno democrático y verdaderamente consternado por el drama en Afganistán.».