Efe – El presidente de Camerún, Paul Biya: «En nuestras regiones del noroeste y suroeste, fuerzas negativas pensaron que podían aprovechar las demandas corporativistas para tratar de implementar un proyecto secesionista, y no hace falta decir que el objetivo de los secesionistas está socavando nuestra Constitución», aseguró hoy Biya en su discurso de investidura, pronunciado en francés. «A los terroristas en las regiones Noroeste y Suroeste les prometo que tendrán en frente a nuestras dispuestas fuerzas de seguridad y a la ley», subrayó el jefe de Estado, quien ha renunciado, hasta la fecha, a negociar con los separatistas. Yaundé (Camerún), martes 6 de noviembre de 2018. Fotografía: YAOUNDÉ (CAMERÚN), 06.11.2018. El presidente de Camerún, Paul Biya (c), asiste a una ceremonia para jurar su cargo ante la Asamblea Nacional para un séptimo mandato, en Yaundé (Camerún), hoy, 6 de noviembre de 2018, tras ser proclamado ganador de las elecciones el pasado 7 de octubre con más del 71 % de los votos. Efe.
El presidente de Camerún, Paul Biya, juró hoy el cargo ante la Asamblea Nacional para un séptimo mandato, tras ser proclamado ganador de las elecciones el pasado 7 de octubre con más del 71 % de los votos.
«Pido aquí y ahora al pueblo camerunés que me ayude», afirmó Biya, de 85 años y en el poder desde 1982, durante la ceremonia de investidura solemne en el Parlamento.
Yaundé y otras ciudades amanecieron blindadas bajo un fuerte despliegue de seguridad, en una tentativa por evitar protestas de grupos opositores -que tildan los comicios de fraudulentas- y que el domingo concluyeron con el arresto de al menos 38 personas.
Con la jura del cargo, Biya se consolida como el segundo presidente, no solo de África sino del mundo, que más tiempo lleva en el poder -con 36 años consecutivos-, tan solo por detrás del jefe de Estado de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang.
La ceremonia en el Parlamento se vio ensombrecida por el secuestro este domingo de 79 alumnos de educación secundaria y dos docentes en la Escuela Presbiteriana en Bamenda, capital de la Región del Noroeste, una de las dos regiones anglófonas donde operan grupos armados seccionistas.
«En nuestras regiones del noroeste y suroeste, fuerzas negativas pensaron que podían aprovechar las demandas corporativistas para tratar de implementar un proyecto secesionista, y no hace falta decir que el objetivo de los secesionistas está socavando nuestra Constitución», aseguró hoy Biya en su discurso de investidura, pronunciado en francés.
«A los terroristas en las regiones Noroeste y Suroeste les prometo que tendrán en frente a nuestras dispuestas fuerzas de seguridad y a la ley», subrayó el jefe de Estado, quien ha renunciado, hasta la fecha, a negociar con los separatistas.
La denominada crisis anglófona -convertida en 2017 en un conflicto armado entre las Fuerzas Armadas de Camerún y grupos separatistas- se mantiene muy presente en el Camerún postelectoral, con episodios violentos en ambas regiones.
En el último año, cientos de personas han muerto como consecuencia de ataques violentos y enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y las milicias separatistas, e instituciones como colegios han sido allanados.
La violencia y el miedo a la represión del Ejército impidió el paso 7 de octubre a muchos ciudadanos de las regiones anglófonas ejercer su derecho al voto, con una participación inferior al 6 % en la región Noroeste y al 16 % en la región Suroeste, pese a que Paul Biya fue también el candidato más votado.
El experimentado jefe de Estado, que aseguró hoy que Camerún «avanza decididamente en el camino del progreso», mantiene su política de no diálogo con los secesionistas; opuesto a cualquier tipo de concesión pese a la creciente inestabilidad.
Camerún fue colonia británica y francesa hasta 1960, cuando se independizó de ambas potencias e instauró un Estado federal que perduró hasta la celebración de un referéndum en 1972, que dio luz verde a su unificación.
El inglés y el francés son idiomas cooficiales y conviven junto a otras 250 lenguas nativas.
El actual conflicto comenzó en 2016, con manifestaciones y huelgas de profesores y abogados que exigían un uso igualitario del inglés en los tribunales y colegios y una mayor voz en el Gobierno.
