Efe – Aclamado por unas 8.000 personas, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha culminado hoy el 39 Congreso Federal erigiéndose en la esperanza de los indignados del 15M y tendiendo la mano a las «fuerzas del cambio» para construir una «mayoría alternativa que acabe con esta etapa negra de gobierno del PP». Madrid (España), domingo 18 de junio de 2017. Fotografía: Pedro Sánchez, nuevo secretario general del PSOE, durante el acto de clausura del Congreso Federal del partido, celebrado hoy, domingo 18 de junio de 2017, en Madrid. Efe.
Con los 48 miembros de la nueva ejecutiva a su espalda -una dirección de fieles que ha logrado un apoyo del 70,5 %-, Sánchez ha dejado claro que una moción de censura contra Mariano Rajoy depende de que Podemos y Ciudadanos dejen de vetarse.
«El cambio depende de tres fuerzas políticas; si continúan los vetos, el PSOE hablará claro y dirá a los votantes progresistas que en las próximas elecciones apoyen mayoritariamente al único partido que lo puede garantizar, que es el PSOE», ha recalcado.
Tras comprometerse a «trabajar sin descanso» para conseguir esa mayoría transversal que él siempre ha defendido, Sánchez se ha mostrado «dispuesto a «hablar» con Podemos y Ciudadanos «respetando la autonomía de cada partido» y ha anunciado que va a impulsar un «espacio de coordinación» parlamentaria con ellos dirigido a desmantelar las leyes del PP.
En nombre de la «izquierda real y de gobierno» y de un «nuevo PSOE que es el PSOE de siempre, el que nunca tuvo miedo al cambio», se ha mostrado convencido de que el proceso de renovación que lidera pone a su partido «rumbo a la Moncloa».
Para ello, Sánchez aspira a recuperar el voto de izquierdas absorbido por Podemos, el voto de los indignados por la corrupción y los desencantados con la gestión de la crisis, y por eso hoy se ha dirigido «a quienes se convocaron hace seis años, un 15 de mayo, al grito de no nos representan».
A estos les ha dicho que «su demanda de regeneración pronto será una realidad» y que el nuevo PSOE es la «izquierda que no defrauda y que escucha». «Con ejemplaridad y solvencia aspiramos a representar a quienes gritaban que nadie les representaba».
En su discurso, de casi una hora, Sánchez ha recalcado que hará una «oposición de Estado», pero que se situará «enfrente» de un gobierno al que ha acusado de vulnerar la Constitución y de «corromper todo lo que toca».
En el congreso en el que el PSOE ha asumido el carácter plurinacional del Estado, Sánchez ha reivindicado una España «nación de naciones» que reconozca la plurinacionalidad en una reforma federal de la Constitución y que «quiere a Cataluña», y se ha declarado «a favor de España y del catalanismo» porque los «éxitos del catalanismo desde siempre han sido los de la democracia española».
No han faltado en su discurso palabras de agradecimiento a Susana Díaz y Patxi López y de reivindicación del legado de unos expresidentes que no le han acompañado, ni un homenaje a los desaparecidos Elena de la Cruz, José Antonio Alonso, Pedro Zerolo y Carmen Chacón.
«Hemos dicho izquierda, hagamos izquierda. Hemos dicho cambio, hagamos realidad el cambio», se ha despedido Sánchez recogiendo la máxima política de Chacón.
El 70 % de respaldo con el que Sánchez ha sacado adelante la ejecutiva y el resto de órganos y el voto en blanco que le han concedido sus críticos refleja las manos libres que le han dejado los barones para articular el nuevo organigrama socialista.
Sánchez ha hecho uso de ellas para laminar a referencias del partido como Eduardo Madina, Elena Valenciano, Antonio Hernando, José Blanco y José María Barreda, lo que ha llevado al presidente asturiano y expresidente de la gestora, Javier Fernández, por boca de su portavoz parlamentario, Fernando Lastra, a acusar de «sectarismo» a la nueva dirección.
También el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha avisado de que alguien tendrá que explicar por qué se quiere debilitar su liderazgo al frente de un partido fuerte, como el PSPV-PSOE.